Tratar de sonreír cuando no ves luz alguna es lo más difícil que alguien podría hacer.
Pero aún así Kim Namjoon lo hacía.
Se levantaba por la mañana, quitándose a la chica de la semana de encima, se ponía los calzoncillos, los pantalones, y sin camiseta se hacía un café.
Iba al baño, sin mirarse al espejo y se lavaba la cara y los dientes.
Miraba el móvil, y, sin siquiera importarle la autoestima de la chica que se levantaba desnuda de su sillón decía:
- Te puedo dejar dinero para el taxi, no te puedes quedar, tengo que trabajar.
Obviamente, ante este comportamiento, todas las chicas acababan cogiendo su ropa e insultandolo. Alguna le pegó. Otra le suplicó.
Pero su cara no cambiaba, con esa sonrisa socarrona y sus ojos en blanco.
Kim Namjoon componía música.
Pero sólo su mejor amigo Min Yoongi las había escuchado, y sólo por que él se encontraba en una situación similar, sin embargo, esa es otra historia.
La música que Namjoon componía era hermosa, en lo más doloroso de la palabra. Ahí dejaba todo su llanto interno, todas sus inseguridades.
Hasta que un día, yendo a su trabajo, la vio.
Podría haber sido simplemente una chica más, una vagina más.
Pero no.
No se podría decir que hubiera sido la chica más guapa que había visto, pero sus ojos... sus ojos hicieron que Namjoon se sintiera basura.
Por tratar a las chicas así.
Se sintió una mierda al ver a esa chica salir de ese callejón, con la cabeza bien alta, mirándolo a los ojos y arreglándose la camiseta.
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Sería hermoso decir que Namjoon se liberó de todos sus demonios y que habló con ella, y que se enamoraron perdidamente.
Pero Namjoon simplemente la vio irse, miró al callejón y vio a un hombre salir. Con una sonrisa justo como la que él le había dedicado a aquella chica.
Trabajó sus ocho horas con un dolor de estómago atroz.
Cuando llegó a su casa vomitó, y llamó a su amigo.
- No puedo más con esta mierda tío.
-Lo sé- dijo MIn Yoongi a través del teléfono.
Kim Namjoon fue entonces a su casa, con su madre y tuvo una conversación de tres horas con ella, en la que acabaron los dos llorando.
Namjoon no sabía como su madre se había sentido durante toda su vida, como de usada, como de triste y como de solitaria.
Su madre no le dijo que él era basura por que no sabía como era su hijo, pero dio a entender que, sin un comportamiento así, todos en el país y en el mundo hubieran sido más felices.
Namjoon lloró al imaginar a su madre tan mal, pero su autoestima, obviamente no se recuperó, sino se alarmó más.
Por eso, empezó a investigar, por que otra cosa no, pero inteligente era un rato. Se vio en la biblioteca envuelto de libros de escritoras, de grandes mujeres del mundo.
Dejó de escribir canciones sobre zorras que querían chuparle el pene, y empezó a quejarse de la sociedad en la que vivían. Primero sobre la educación en Corea.
Luego, sobre prostitutas que no tenían donde comer.
Y por último, sobre su pasado.
Ya no culpaba a nadie.
Ya se daba cuenta de que todo era así por algo, y alguien tenía que cambiarlo.
