Capítulo 5

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Advertencia: spoilers del manga.

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Poco a poco fue recuperando la conciencia, lo primero que sintió fue un paño húmedo sobre su frente, la cálida sábana que lo cubría y la suave almohada bajo su cabeza, todo era muy cómodo, luego sintió como una mano frotaba sobre su pecho una sustancia cremosa, obsequiando ligeros movimientos circulares, aquella acción ayudó a que su respiración se volviera más armoniosa, dejó de sentir el masaje en su pecho, por un segundo extrañó el agradable contacto hasta que advirtió que ahora dos manos masajeaban uno de sus pies, eso lo puso alerta y lo obligó a despertarse.

- ¿Qué estás haciendo? -preguntó con la garganta seca, sentándose con dificultad y tirando el paño húmedo en el proceso.

Akaza simplemente dejó de masajear el pie para limpiarse las manos con un trapo, se levantó y salió de la habitación, ¿Dónde estaba? Miró a su alrededor, todo estaba oscuro así que no pudo ver gran cosa, pero definitivamente no estaba en su casa, al poco rato Akaza regresó con una vela encendida que depositó cuidadosamente a un lado de su futón, con la luz pudo ver que el otro no usaba su ropa típica y en su lugar vestía un yukata color rosa, igual que su cabello, dicha visión la pareció extraña, también cargaba una taza la cual le extendió.

- Bebe, te ayudará a mejorar. -le dijo mientras le sostenía la cabeza con una mano y con la otra acercaba la taza a sus labios.

Olfateó un poco pero no percibió nada extraño, solo era té con alguna hierba curativa, bebió sin titubear, al terminar Akaza nuevamente se retiró dejándolo solo, finalmente pudo echar un mejor vistazo a su alrededor gracias a la vela, era una habitación normal sin decoración ni muebles, carecía de ventanas y por ello la oscuridad, en una esquina pudo ver descansando su espada, suspiró aliviado; al mirarse a sí mismo notó con angustia que no portaba su uniforme, retiró la sábana y se dio cuenta con horror que solo llevaba puesto un yukata azul semiabierto que claramente no le pertenecía, en ese instante Akaza regresó con algo en sus manos.

- ¿Akaza dónde está toda mi ropa? ¿Dónde rayos estoy? -preguntó Kyojuro alterado volviéndose a tapar.

El demonio se limitó a sentarse tranquilamente a su lado y le ofreció una bandeja con agua, arroz y frutas.

- Es lo único que tengo en este momento, anoche debí salir a pescar algo, sé que el pescado es bueno para la dieta de los humanos, pero no me dio tiempo, estuve cuidándote toda la noche. -dijo en un tono que sugería que dejara de hablar y comiera si en algo estaba agradecido.

- ¿Por qué? -cuestionó el Pilar confundido.

¿Por qué la Luna Superior 3 se preocupaba tanto por él?

Akaza lo miró con comprensión y decidió tranquilizarlo.

- ¿Recuerdas lo que pasó anoche? Respiraste veneno, te dije que no sería mortal pero que sí tendrías malestar, luego de eso tomaste el que supongo era un antídoto y te desmayaste, te traje a mi casa para cuidarte, te di un baño, te vestí, lave tu ropa -por cierto, está afuera secándose- estuve bajándote la fiebre con paños húmedos y te di masajes en el pecho y pies con un remedio medicinal que yo preparé, para regular tu temperatura corporal.

- ¿Qué? -preguntó el rubio completamente aturdido.

- Si, lo que sucede es que ese sujeto me tiene como perro buscando esta cosa, así que he tenido que leer montones de libros y rollos sobre plantas, flores y todo lo relacionado, pero solo he conseguido hacer té, remedios medicinales, productos para la piel y el cabello, cosas parecidas… -terminó de explicar un poco avergonzado ya que ese deber era muy específico, sin embargo, después de tantos años de búsqueda, se había dedicado a hacer cosas totalmente distintas a la importante misión que le habían encomendado.

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