Quisiera Dejar De Verte

555 61 43
                                    

Camine a través de los pasillos, el suelo recién encerado hacia escuchar el chillido de los pasos que daba al caminar.
Al llegar al aula pase sin preguntar, inexpresivo e indiferente.
Me senté en mi asiento, escuchando como el profesor daba quejas sobre mi falta de respeto al entrar. No estaba escuchando.

Miraba el pizarrón, vi como aquel hombre frente a todos rodó los ojos con molestia y siguió escribiendo. Como lo odiaba.

Estaba distraído, lo sabía ¿pero por qué? Es la pregunta o más bien ¿por quién?

Si, no dormí en toda la noche. Daba vueltas en mi cama pues ya habían pasado meses en los que escuchaba como aquella cosa aun habitaba bajo mi cama. Pero ayer, ayer es algo que no olvidare.







Dibujaba algunos planos en el escritorio al otro lado de mi habitación, tenía el celular prendido y los audífonos puestos, escuchaba un poco de música y hacía trazos semi perfectos en el papel.

Oh sí Tord, no hay nadie mejor que tu.—Asenti haciendo el efecto de unas baquetas en mis manos, siguiendo el compás de la canción con mi cabeza.

Tomé el vaso de jugo de naranja con una de mis manos, dando un largo sorbo a este. Entonces escuche un ruido, ya era muy normal que eso pasara cuando cargas auriculares así que seguí con lo mío.

Nuevamente paso, gire un poco para ver que pasaba pero no había nada. Aún no estaba completamente acostumbrado a los ruidos pero no importaba.

Me retire los audífonos levantándome del asiento para ver si una vez más ese mounstruo habitaba debajo de mi cama. Eran las 2:30 de la mañana y según yo a esa hora espantan.

En un movimiento con la mano derrame el vaso sobre los planos y mi mundo se derrumbó.

¡La puta madre!—Me enoje. Había tomado una hora hacer aquellos trazos con dedicación.

Molesto me acerque a la cama con los huevos más grandes del mundo, agachandome bajo esta.

¡Eres un estúpido! ¡Tu y tus asquerosos ruidos arruinaron mi trabajo! ¡Tengo que entregarlo mañana! ¿Acaso no piensas?—Reproche y esos ojos peculiares se abrieron. Gruñó, pero gruñó con fuerza y por un momento me sobresalte.

Oh, no. No me vengas con gruñiditos, tu la cagaste no yo.— Como primera y última opción empuje mi pantufla de conejito hacia debajo de la cama y la escuche chocar con algo.

Santa Madre. Si eres de carne y hueso.—Trague en seco. Me levante con rapidez y volví a la silla, donde claramente había luz. Mostré el dedo de enmedio y volví a mis cosas.






Le había contado a Edd de ello, el se lo conto a Matt algo muy normal y ambos vinieron a mi con dudas. Eran un par de chismosos.

Entonces en el almuerzo Tom se sentó frente a mi. Matt y Edd platicaba muy aparte, así que para no entrometerme comía de lo que tenía en manos, un sándwich de atún.

—. . . Al final ¿restauraste los planos?— Pregunto Tom, mirándome de reojo mientras comía un paquete de galletas.

Se me hizo muy extraño que lo preguntara, después de todo yo no le había comentado al chico del suceso de anoche.

Eh. . . Si, no son los mismos pero ya no importa, ya lo entregue. Por cierto ¿como sabes de los planos?— Pregunté con duda porque ¿bro?¿Tu como sabes de eso? —Edd me lo dijo al igual que a Matt. Después de todo ya soy parte de tu círculo amistoso.—

—¿que? Claro que no, fuiste muy grosero conmigo en un pasado y ahora vienes a decirme ¿que eres parte de MIS amigos?—Estaba algo indignado por eso, quiero decir, cuando pregunté por Edd el fue tan irrespetuoso que creí haberle agarrado algo de rencor. —Además, no se porque Edd te lo contó, no eres de confianza, al menos no para mi.—

Mire como frunció el ceño, quizás estaba enojado, quizás me pase un poco.  .  . Quizás me pase demasiado. No lo sabía, pero solo como suposición creí que había arruinado una oportunidad de dialogar con él.

Terminé mi sandwich de atún para después levantarme del comedor y marcharme queriendo pasar el resto del almuerzo en cualquier otro lado.

Me molestaba el hecho de que Tom hubiera sido tan hipócrita solo porque Edd y Matt estaban junto a nosotros, si no era por eso estaría seguro de que habría actuado como aquel día.

Salí del comedor, caminando nuevamente por el pasillo antes de que el timbre sonara. Entonces escuché una voz muy reconocida, una voz tan irritante que llegaba a ser molesta.

¿Ahora que quieres, Eduardo? Ya cumplí con todo lo que te debía.— Rodé los ojos, no estaba de buen humor para enfrentarme con un dolor de muelas como el español.

¿Quien te crees para dirigirte a mi como si fueras alguien de alto mando? —

Y aquí vamos de nuevo.

—Ya dejame en paz. No quiero problemas ahora mismo.— Le hice una seña con la mano, siguiendo mi camino.

El me tomó del brazo con fuerza, ya lo esperaba.

¡TE ESTOY HABLANDO, CHIQUILICUATE DE MIERDA!—Sin duda alguna, no entendí. —¡QUE QUIERES MIERDA!—Respondí con enojo.

Y así fue como terminé con el ojo morado, tirado en el suelo del pasillo, con moretones en el cuerpo y siendo el objetivo de risas para los estudiantes del instituto.

Pero por otro lado alguien le daba su buena paliza a Eduardo, nada más y nada menos que. . . ¿Tom?
Matt solo miraba con preocupación desde la bolita que nos rodeaba, claro que yo no estaba peleando pero Eduardo y Tom si.

El español fue quien cayó primero al piso, claro que fue amajado a golpes por el cuencas vacías que no paraba de atacarlo hasta que la sangre saliera. Y así fue, cuando tuvo los puños ensangrentados se levantó, dejando a un "gilipollas" como dice el mismo Eduardo, en el suelo.

Se acercó a mí y en vez de extenderme la mano solo me miró como si tuviera pena de mi, metió las manos en los bolsillo de su suéter azul y se marchó.

Oh, genial.—Me levante adolorido, saliendo entre toda la gente mientras me miraban y reían. —Patético.— susurre para mi mismo. Entonces Matt se acercó corriendo.

¡Todd! ¡Santo dios, mirate estas todo moreteado!—  Hizo una serie de movimientos con sus manos para intentar tocarme sin lastimarme.

Suspiré, negué con la cabeza y ambos nos retiramos hacia la enfermería, claro que Eduardo estaba más acabado que yo pero al parecer si no lo hacía Matt me obligaría a base de amenazas.

¡Hay Un Monstruo Bajo Mi Cama! [TomTord] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora