Una Visita Al Doctor

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El olor a alcohol médico y a consultorio rondaba por el alrededor, ya habían pasado días desde aquella pelea en la escuela en la cual yo obvia y claramente no participe. Ahora estaba sentado en una silla, al costado de una camilla.

Joven, el señor Voordes tiene que descansar.— La enfermera me tomó con delicadeza del hombro, la seguí hacia afuera viendo como mamá miraba desde la ventanilla cubriendo su boca con preocupación.

Es que no lo podía creer ¿por qué a papá le pasó algo así? No, olvidenlo, si sabía el porqué pero simplemente no era capaz de afrontar las consecuencias de los actos.











Era viernes por la mañana, último día de escuela en la semana. Estaba alegre, claro que sí, hoy las clases serían más rápidas de lo normal porque duh, los profesores sólo llegan a calentar el asiento.

Estaba listo, útiles, vestimenta, solo faltaba el desayuno.

Baje para sentarme en la mesa, mamá ya tenía las cosas listas solo esperaba que papá bajara para empezar a desayunar.

Vi como miraba el reloj y si que era raro, papá siempre bajaba antes que yo por las mañanas. Pero en fin, unos diez minutos después se escucho bajar a alguien por las escaleras.

Papá Paul siempre, pero siempre aparecía fumando un cigarrillo. Lo cual hacía enojar a mamá como nada.

¡Paul, ¿que te dije de fumar dentro de la casa!? ¡Le hace mal al niño, y a ti también! ¡Mirate! ¡No haz dejado de tocer en semanas!— Mamá cubría su boca y nariz con la mano, yo hacía lo mismo.

El se acercó a papá y le arrebato el cigarro de la mano, apagandolo con su propia lengua como si no quemara. Fue a botar el resto y de brazos cruzados miró desde la cocina a papá.

No me mires con esos ojos. Lo que hago lo hago por tu bien y por el de Tord. ¡Es mas, lo hago por el bien de todos en esta casa!— Molesto mamá se sentó nuevamente en la mesa, y en cuanto lo hizo empecé a comer.

A papá sin duda no le importo, aunque tuvo un ataque de tos muy fuerte. Eso nos preocupaba a mamá y a mi. Esta no era una tos normal, era una tos rasposa y al parecer dolorosa para papá por lo cual le miramos al mismo tiempo.

En cambio a otras veces, papá no dejaba de tocer y pude ver como ponía y estrechaba la mano contra su pecho. Entonces le vi caer de rodilla al suelo, su mano estaba llena de sangre que había salido de su boca y mamá corrió hacia el pues había caído completamente piso.

¡TORD RÁPIDO, LLAMA AL 911!— Tenía a papá en brazos, se encontraba demasiado alterado así que deje mis cosas de lado y corrí hasta el teléfono.

Marque el número de emergencias y fue contestado casi al instante.
¿911 cuál es su emergencia?—Una voz femenina se escucho al otro lado del teléfono.

—¡M-Mi papá está mal! ¡Esta muriendo o no lo se, acaba de desmayarse y sangro mucho por la boca! ¡Vengan rápido!— Preguntaron la dirección y yo la di sin dudar, la ambulancia llegaría en unos quince minutos.













—¡¿CÁNCER?!— Mamá estaba devastada, lo veía venir pero la noticia aun pegaba con mera frialdad en el pecho.

Si. Lamentablemente su esposo tiene Cáncer Pulmonar. Por suerte no es muy grave, estos síntomas sólo marcan el inicio de una grave enfermedad.— El doctor tomó unos papeles, alistandolos.

Eso no ayuda, la pregunta es si podrá recuperarse o no.— Le dije al doctor, solo quería saber si mi padre se mantendría con vida si o no.

—Fue detectado a tiempo, sus pulmones siguen en funcionamiento. No como en una persona sana, pero lo están. Tendremos que hacerle una radiografía para saber el estado exacto en el que se encuentran ambos pulmones.— Voltee a ver a mamá, el era quien tomaba las decisiones. Amaba mucho a papá apesar de todo, y se que estaría de acuerdo en que se hagan los procedimientos.

Haga lo que tenga que hacer, yo solo quiero que mi marido se recupere y esté bien.— El me miró, tomó mi mano con la suya mientras sus ojos se cristalizaban.

Todo saldrá bien, mamá.— Acaricie su mano con mi dedo pulgar, y el me dedico una sonrisa mientras con su otra mano limpiaba sus lágrimas.









Mire a papá desde la ventana de la habitación que daba hacia el pasillo, verlo conectado a esas máquinas me partia el corazón. Yo sabía que el era un hombre fuerte, por eso yo se que el cancer no podrá ganarle y tendré la esperanza de que estará bien.

No quiero que mamá se quede solo, sin alguien con quien compartir sus sentimientos, sin alguien con quien pueda pasar sus buenos y malos momentos. Se que también existo, pero no puedo comprenderlo como papá lo hace.

Y ahí estaba parado en la ventanilla viendo como mamá observaba a través del cristal, cubriendo su boca con su mano llenando su alma de preocupación.

Después de verle suspirar, se acercó a mí tomándome del hombro mientras me miraba con una sonrisa quebrantada.

Vamos, cariño. Tu padre tiene que descansar, vendremos a verlo después.— Seguido de eso tomó mi mano, le seguí a través del pasillo hasta llegar a la salida y ambos caminamos devuelta al auto.










Al llegar a casa mamá abrió la puerta dejándome entrar, luego el paso a la casa y cerró la misma. Dejó las llaves en la mesita de la entrada y camino a la cocina para ponerse frente al lavabo.

Le mire desde la isla a mitad de la cocina, me daba la espalda pero aún así podía adivinar que estaba sufriendo.

¿Quieres algo de comer, tesoro?— Volteo a lo que yo negué con la cabeza, adoraba la comida que mamá hacía pero al verlo así lo mejor era que se fuera a descansar.

Mejor ve a dormir, se que es una situación muy fuerte mamá, pero... Ambos sabemos que papá va a superarlo.— Sonreí un poco, entonces vi como mi madre se acercó y me abrazo, me abrazo con fuerza sintiendo como se agitaba y las lágrimas caían en sobre hombro.

No se que haría sin ti, cariño.— Volvió a abrazarme y beso mi mejilla, después de eso se retiro a su habitación con cansancio.



¡Hay Un Monstruo Bajo Mi Cama! [TomTord] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora