✞︎ 𝐸𝑝𝑖𝑠𝑜𝑑𝑖𝑜 23

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    Narra Elysia:

Tomé mi mochila para salir camino al lugar en el que me iba a encontrar con Mysie por décimo quinta vez en estos dos meses que se fueron volando, mañana empezaríamos la escuela por desgracia.

Cierto que al verla si se enojó por dejarla en la cabaña de mala muerte esa, pero era ella quien se empeñó en quedarse, no tenía derecho a reclamarme nada.

Me coloqué mis audífonos y puse un poco de música para alegrar el trayecto.

Cuando iba caminando, ví a alguien paseando a su perro, pero esa persona venía concentrada en su celular.

Me parecía que había visto en algún lado aquel rostro. Entonces mi cerebro recordó quien podría ser. Lo que hice fue nada más y nada menos que acercarme a él.

—¿JungKook? —pregunté un poco dudosa mientras me quitaba mis audífonos.

Quitó la mirada de su celular para conectarla con la mía.

—¿Tú eres...? —alzó una ceja.

Ya me olvidó, lógico, solo nos vimos una vez.

—Oh, lo siento. Soy Elysia, a la que le diste un aventón en tu auto —le dije a ver si me recordaba—. Por cierto, muchas gracias, no sabes lo mucho que me ayudaste, tengo una deuda pendiente contigo —reí por lo bajo.

—Ahhhh, ya, ahora te recuerdo —sonrió tímidamente—. No tienes que agradecerme, te veías agonizando para que pasara algún auto —rió.

Si supiera la razón no estaría riendo.

—Dime que tengo que hacer para que nuestra deuda esté pagada —pregunté con mis comisuras alzadas.

De verdad le estoy muy agradecida por ayudarme a salir de ahí. Aunque, ¿Cómo la habrá pasado Mysie?

—Que no, no tienes que hacer nada —en su rostor apareció una sonrisa.

Su sonrisa es hermosa.

—Dime —hablé seria y con tono firme.

—Ya que insistes... —se quedó pensativo—, tu número no estaría mal —me sonrojé puesto que cosas similares a esta nunca me habían sucedido.

Me extendió su móvil. Nerviosa y con mis mejillas de color rosa, cogí su dispositivo entre mis manos y anoté mi número.

—Listo —tomó su móvil de vuelta. Miré abajo y ví lo más lindo que mis ojos pudieron ver—. ¡Oh! —exclamé—, ¿Cómo se llama? —me agaché para quedar a la altura del pequeño perro de no más de diez meses.

—Oh, se llama Bam —acaricié el pelaje del canino.

—Me gusta el nombre —en ese momento me entró una llamada telefónica. Me levanté y de mi bolsillo saqué mi móvil y ví quien era—. ¿Qué pasó? —rodeé los ojos.

¿Para cuando piensas llegar? —preguntó Mysie.

—Ya voy para allá —solté un bufido y colgué—. Bueno me tengo que ir. Adiós JungKook, adiós Bam —agité mi mano mientras sonreía.

—Adiós —el chico repitió mi acción.

Volví a ponerme los audífonos y tomé rumbo a mi destino.

¿Quién iba a imaginar que me toparía con la persona que me echó una mano?

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𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 | 𝐉.𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora