Un Reino dividido por Clanes...
Un mundo donde la magia existe y las criaturas de cuentos viven...
Izuku Midoriya es un Omega Curandero de 18 años del Reino Yuei.
Él no pertenece a ningún Clan especial, pero es el mejor Curandero de todo el Reino...
Mientras me cambiaba de ropa y los demás habían sido echados de la cabaña por la Sra. Mitsuki, yo seguía dándole vueltas a eso de pertenecer al Clan Dragón. Era algo tan increíble que no podía evitar ponerlo en duda... Jamás imaginé que un día me dirían que no sólo tenía magia, si no que pertenecía a un Clan tan fuerte y genial como lo era el Clan Dragón. Además... si eso era cierto... ¿Por qué mi madre nunca me lo mencionó? ¿Por qué únicamente me dejó la espada y no me contó la verdad? Tenía tantísimas preguntas dentro de mi cabeza, que a penas pude escuchar los toques en la puerta...
_Sra. Mitsuki: Izuku, cielo... ¿Estás ya listo? _me preguntó tras la puerta, sobresaltandome un poco al estar tan sumergido en mis pensamientos.
_Izuku: ¡Sí, Sra. Mitsuki, ya mismo salgo! _le respondí algo nervioso.
Gracias a la ropa que guardé en mi mochila tenía con qué cambiarme pues... aunque aún llevaba puesto mi pantalón, me habían quitado la camisa y el chaleco... después de todo ambas prendas estaban rotas y manchadas de sangre así que, me pusieron una camisa blanca que me quedaba enorme y no sabía de quién era.
Mas tarde debía de agradecerles a Denki y a Ochaco por no haber dejado abandonada mi mochila en aquella montaña.
Cuándo ya estaba totalmente listo para salir me fijé en la capa roja de Kacchan, la cuál estaba sobre la cama. Me acerqué a ella y sin duda alguna en mis movimientos, la cogí y me la puse sobre mis hombros, notando de inmediato su suave tacto y el aroma de mi Alfa, ayudándome a volver a centrarme en lo más importante... Ayudar a Kacchan a regresar a ser él mismo.
Al abrir la puerta del cuarto vi en medio de lo que parecía ser una sala de estar, a la Sra. Mitsuki, la cuál al fijarse que llevaba puesta sobre mis hombros la capa de su hijo me sonrió con dulzura... eso me hizo avergonzar un poco.
_Sra. Mitsuki: Vamos, Izuku, salgamos. El camino es un poco largo, llegaremos allí de noche. _me comentó mientras se dirigía hacia la puerta.
Yo la seguí y al salir fuera de la cabaña la luz del atardecer me mostró un hermoso paisaje... el cual se reflejaba en los bordes del enorme lago frente a nosotros, sorprendiéndome pues el lago rodeaba la pequeña isla dónde se encontraba la cabaña. Era tan hermoso.
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_Izuku: Que lugar... mas hermoso... _dije en un susurro para mi mismo, pero claramente audible para un Dragón.
_Sra. Mitsuki: Lo es. Katsuki te mostrará el territorio del Clan una vez vuelva en sus cavales. _me dijo, mostrandome una amable sonrisa. _Tenemos que cruzar este puente para llegar a la orilla, de ese modo podré transformarme y nos marcharemos. _me comentó, haciendo que me tensara un poco.
_Izuku: Sra. Mitsuki, yo... yo nunca e subido sobre un Dragón... _le comenté, mostrándole mi preocupación al pensar que surcaria los cielos a lomos de un verdadero Dragón.
