-¡Amor! ¡Te extrañé tanto!- Hansel abrazaba a Mai como si no hubiera un mañana, actuando de manera infantil otra vez, mientras que Mai trataba de librarse de su agarre.
-¡Déjame! ¡Sigo enojada contigo, Hansel!- claro que esto era una excusa, ya que a Mai no le molestaba en absoluto que Hansel la abrazara de esa manera, sólo estaba siendo... ella.
Por otro lado, Elios quería desaparecer del lugar. Ya no aguantaba ver tal escena empalagosa frente a él. Por fortuna, Uriel estaba por llegar al punto de encuentro.
Había llovido durante toda la noche y el olor a humedad estaba presente en el aire. El cielo estaba nublado y el clima no era tan fresco como en otras ocasiones. En otras palabras, era el fin de semana perfecto.
Los últimos días, Elios pasó por varios sucesos repentinos que hicieron que se estresara más de lo habitual, por lo que necesitaba salir con sus amigos a pasar un buen rato y distraerse lo suficiente. Además, no quería pensar en aquél ser por el momento, ya era suficiente con sus apariciones imprevistas. Por suerte los sueños que tuvo cada noche durante años ya no volvieron, pero otras pesadillas tomaban su lugar de vez en cuando, haciendo que para Elios sea más difícil poder dormir a gusto.
Uriel había llegado y se acercaba hacia el grupo que lo estaba esperando. Cuando vió a la pareja detrás de Elios hizo una mueca discreta de disgusto.
-¿Por qué siento que te gusta ser el mal tercio?
-No lo sé, ¿será porque tu no quieres tomar mi lugar?- Elios extendió su mano hacia Uriel para saludarlo.
-Nunca lo tomaría.- dijo haciendo una mueca de rechazo.
En el momento en que Uriel tomó la mano de Elios para corresponder el saludo, su semblante cambió repentinamente. Su cara se volvió ligeramente pálida y una expresión de terror se vió en sus ojos. Elios pudo sentir que las manos de Uriel comenzaron a sudar un poco y a temblar, por lo que soltó su mano y agarró los hombros del contrario, tratando de volverlo en sí.
-Uriel, ¿estás bien?- Elios empezó a preocuparse un poco.
Uriel no respondió. En ese momento, Elios pudo ver por un microsegundo un aura oscura con una forma parecida a la de un felino en el hombro izquierdo de Uriel. Pero, así como lo vió, al instante desapareció.
Hansel y Mai notaron algo extraño y dejaron de hablar para acercarse a los otros dos, quienes estaban callados, mirándose el uno al otro con expresiones raras en sus rostros.
-Oigan, ¿qué les pasa?- la voz confundida de Hansel hizo que ambos lo miraran, ayudando a que Uriel parpadeara un par de veces para luego actuar como si nada hubiera pasado.
-¿Qué? No pasa nada, sólo... noté que Elios tiene menos ojeras que de costumbre.- la sonrisa de Uriel volvió a aparecer y miró a Elios de forma inocente.
Elios no quería sacar conclusiones, pero tampoco podía negar lo que había visto y, a pesar de que Uriel quiso hacer como si nada extraño hubiera pasado, Elios no podía evitar sospechar un poco.
Cuando Elios trató de usar su habilidad nuevamente sobre Uriel para comprobar lo que había visto no pudo ver nada, tal como aquella vez que había desaparecido por horas en la universidad de forma extraña. Al no poder ver nada sospechoso en el cuerpo de su amigo, Elios decidió no darle importancia por el momento, pensando que tal vez había sido el estrés que lo estaba afectando y lo hacía alucinar.
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Tentado por el Diablo
МистикаElios tiene un pasado con muchos misterios sin resolver y, aunque tiene una vida casi normal, un suceso hará que busque respuestas a varias incógnitas que su tutor nunca quiso responder. Su alma y su destino le pertenecen a alguien más, pero Elios...