Mientras Elios iba camino a casa, los entes que estaban a su alrededor comenzaron a alejarse de él, pero Elios no sabía bien por qué. Las personas seguían con su vida normal, llendo y viniendo por las calles mientras Elios estaba perdido en sus pensamientos, sintiendo una oleada de emociones por todo su cuerpo.
La sensación de los pequeños labios que lo habían besado hace unos momentos aún seguía permaneciendo. La extraña calidez que sintió en las manos del infante hicieron confundir a Elios, ya que se supone que, un ser no humano como lo era Satanás, no debería de tener temperatura corporal. Era algo completamente imposible e ilógico.
Al llegar a casa, Elios pudo ver la figura de Hansel sentado frente a la puerta principal cubriendo su rostro entre sus brazos, esperándolo. Elios llegó a su lado y miró a Hansel, tratando de adivinar por qué razón estaba en su casa, llegando a la explicación más obvia.
-¿Te peleaste con Mai?
-Si.- Hansel seguía con su rostro cubierto y su voz salió como si estuviera haciendo un puchero, bastante infantil.
Elios suspiró un poco fastidiado y le dio unas palmadas en el hombro a su amigo.
-Vamos adentro.
Luego de que Elios abriera la puerta principal, Hansel se levantó desganado y siguió a Elios dentro de la casa. Hansel conocía muy bien la casa de Elios, así que se sentó en el sofá delante del televisor, esperando a que su amigo trajera algo para pasar el rato y poder charlar a gusto.
Hansel visitaba a Elios de vez en cuando por motivos diferentes, la mayoría de las veces tenía que ver con alguna discución que había tenido con Mai. Y es que nadie puede culparlos, Mai es una persona con muchos problemas y que ha pasado por muchas cosas desafortunadas en su vida, lo que la llevó a ser como es ahora. Por otro lado, Hansel es todo lo contrario, pero aún así logró que Mai confiar en él y se enamoraran profundamente del otro. Es una relación inquebrantable, con una historia muy linda detrás.
Elios buscó en su habitación unos videojuegos y luego fue a la cocina para sacar un par de gaseosas del refrigerador, ya que él no acostumbraba a beber alcohol. Habían pasado algunas semanas desde que jugaron videojuegos juntos, algo que hacían desde que se conocían.
Unas horas después, luego de varios niveles, combates, risas e insultos, el ánimo de Hansel había vuelto a ser el mismo.
-Oye, ¿tu cómo has estado? No te he visto en la universidad estos días.- Hansel tomó una botella de gaseosa para luego beber de ella.
-Pues, tuve algunos problemas.- respondió mientras seguía concentrado en el juego.
Hansel dejó la botella a un lado y miró a su amigo con curiosidad.
-¿Qué tipo de problemas? ¿Tiene que ver con tu tío?
Elios se quedó quieto un momento, haciendo que perdiera el juego. Las palabras "Game over" aparecieron en la pantalla del televisor, dando por terminado el juego. Los pensamientos de Elios eran un caos total, pero trataba de ordenarlos y mantenerlos estables por el momento. Quería contarle a Hansel todo lo que le estaba pasando, pero era claramente imposible. Después de pensarlo bastante, Elios decidió no decir totalmente la verdad
-Me despidieron del edificio.
-¿Qué? ¿Por qué? Dijiste que te estaba llendo muy bien con las investigaciones, ¿por qué te echaron?- esta vez, Hansel tenía aún más curiosidad.
Elios suspiró y se incorporó en el sofá, todavía dudando de si contarle la verdad a su mejor amigo o no. Elios había matado a más de cien personas en ese subsuelo, exactamente ciento nueve personas poseídas, aunque aún no sabía cómo había pasado ni por qué. Los videojuegos habían pasado a segundo plano, ahora lo que importaba era pensar en cómo escapar de la situación. Elios decidió excusarse y trató de sonar lo más realista posible.

ESTÁS LEYENDO
Tentado por el Diablo
ParanormalElios tiene un pasado con muchos misterios sin resolver y, aunque tiene una vida casi normal, un suceso hará que busque respuestas a varias incógnitas que su tutor nunca quiso responder. Su alma y su destino le pertenecen a alguien más, pero Elios...