nineteen

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HARRY NO ENCONTRABA QUE ÉL estuviera obsesionado con Draco Malfoy por el hecho de estar seguro de que éste era un mortífago. Pero sus amigos realmente pensaban que ya estaba enloquecido por ello, y se cuestionaba, debido a esto, qué tanto sus amigos confiaban en su juicio.

Lo habían visto. Los tres habían visto a Malfoy ir ese día a callejón Knockturn y lo habían seguido hasta la tienda Borgin & Burkes, donde parecía bastante acelerado y fuera de sus casillas. Le habían visto mostrarle algo al hombre de la tienda que escondía en su antebrazo, donde siempre estaba la marca tenebrosa en los mortífagos. ¿Acaso necesitaban más pruebas?

Draco Malfoy había sido quien le había entregado ese collar maldito a Katie Bell, estaba completamente seguro. Y si no había sido él, claramente, lo había hecho alguno de sus fastidiosos amigos.

Entre sus clases privadas con Dumbledore, las clases que tenía como estudiante, ser el estudiante estrella del profesor Slughorn gracias al libro del "Príncipe Mestizo", el equipo de Quidditch e investigar a Draco Malfoy, Harry sentía que explotaría de agotamiento, sin considerar el gran cargo de conciencia que poseía al, nuevamente, ocultarle absolutamente todo lo que sucedía a Lucas, como un mecanismo de protección para el chico. 

Porque Lucas Atreides no necesitaba saber cuán jodida estaba su vida ahora, ni tampoco debía estar involucrado completamente en ella cuando ya había comprometido a todos sus seres queridos. Obviamente, Harry Potter nunca había sido una persona que tomara buenas decisiones, por lo que solo le quedaba observar como el chico del que estaba enamorado parecía alejarse poco a poco de él. 

Y era bastante hipócrita de su parte sentir celos al percatarse de la cercanía del Gryffindor con un chico de Slytherin que parecía haber surgido de la nada con el objetivo de quitarle al australiano. Pero ese día, envuelto en celos y en deseos de demostrar que era mucho mejor que ese Slytherin, Harry se había levantado decidido en derrotarlos en el primer partido de Quidditch de la temporada.

A la hora del desayuno reinaba un ambiente de gran agitación: los alumnos de Slytherin silbaban y abucheaban ruidosamente cada vez que un jugador del equipo de Gryffindor entraba en el Gran Comedor. Harry echó un vistazo al techo y vio un despejado cielo azul celeste: un buen presagio. La abigarrada mesa de Gryffindor, que se veía como una masa compacta roja y dorada, prorrumpió en aplausos cuando Ron y Harry entraron. Harry sonrió y saludó con una mano, sintiéndose bastante exaltado. Buscó con la mirada a su novio, encontrándole, como siempre, sentado en la mesa de Ravenclaw: Había sido bastante fácil reconocerlo, porque era el único que se encontraba con una sudadera roja de Gryffindor en un mar de azul marino, mezclado con algo de verde oscuro.

—¿Me darás un beso de buena suerte?—Fue lo primero que dijo Harry cuando estuvo de espaldas a Lucas, percatándose, al mirar de reojo, que junto a él se encontraba ese Slytherin, el tal Derek Kynes. Ignoró la presencia de ese chico, dejando sus manos en los hombros de Atreides—O tendré que robártelo. 

—Quisiera ver que lo intentes, Potter.

Y claro que lo hizo. Frente a la mirada expectante de todos, especialmente, de ese Slytherin, Harry Potter tomó el rostro de su novio entre sus manos para plantar un duradero beso en los labios ajenos, en movimientos exigentes y posesivos. Se separaron al cabo de un tiempo, soltando una risita triunfante cuando el sonrojo predominaba en el rostro del australiano y sus labios se encontraban ligeramente hinchados.

—Nos vemos luego de partido, Lucas. 

[...]

—Potter se tragó toda tu suerte, Lucas—murmuró Jade, como si aquello fuera un secreto, cuando todos lo habían visto. 

—Cállate, boba—bufó avergonzado el mencionado, levantándose del lugar que ocupaba—. Hermione se traga toda tu inteligencia cuando se besan y yo no digo nada al respecto. 

Jake soltó una risa ante las palabras del Gryffindor, pero no dijo nada al saber que su melliza podría irse contra él si decía algo. Imitó el gesto de su amigo, levantándose de la mesa.

—Vamos, quiero ganar buenos lugares en las gradas para ver a nuestro querido Derek debutar como cazador—Añadió Jake—. Y también para reírme de Potter celoso.

Lucas rodó los ojos y comenzó a caminar fuera del gran comedor y del castillo para dirigirse al campo de Quidditch, sintiéndose algo desanimado de un momento a otro, porque había meditado la corta frase que había dicho su mejor amigo y había caído en cuenta que, efectivamente, Harry Potter era un celoso de primera. Lo había entendido ahora con ese posesivo beso frente a su nuevo amigo, y recordando lo ocurrido en sus tardes de estudio en la biblioteca, en donde Harry aparecía de golpe para pasar unos minutos con él, los suficientes para incomodar a Derek y provocar que se fuera, antes de volver a desaparecer. 

El partido de Quidditch había comenzado una media hora después de lo ocurrido en el comedor. La mente de Lucas vagó por miles de pensamientos, deteniéndose en el porqué el Quidditch era un juego tan amado, cuando las escobas parecían ser jodidamente incómodas que le provocaban un dolor en el trasero de tan solo pensarlo, considerando el hecho de que volaban, y eso significaba estar a varios metros de altura por sobre la superficie, algo aterrador. Trató de seguir el juego con su mirada mientras se oía la voz de Zacharias Smith relatar el partido, con bastante preferencia a Slytherin en sus comentarios. Oyó el apellido de Derek ser mencionado varias veces por el Hufflepuff, porque estaba llevándose toda la atención el Slytherin al sorprender con sus habilidades en aquel juego, anotando varios puntos seguidos que hicieron gritar a todos los Slytherins, incluyendo a los mellizos Harkonnen y a Lucas Atreides. Aunque Gryffindor tampoco se quedaba atrás, porque, como siempre, llevaban la delantera con una ventaja de 100 puntos y con un desempeño casi impecable de Ron Weasley como guardián ganándose los gritos de apoyo de todo Gryffindor. 

El alegre ambiente del partido desapareció para los Harkonnen y Atreides cuando vieron como su amigo Slytherin caía de su escoba, al mismo tiempo en que los gritos de Gryffindor les ensordecían debido a que Harry Potter había atrapado la snitch.




BAGS ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora