Capítulo 9

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Cuatro días después de lo ocurrido, bastante temprano en la mañana, me despertó un montón de susurros detrás de mi puerta. Suponiendo que era Kreacher, me di vuelta y me propuse volver a dormir, pero segundos después, escuché como se abrió la puerta, así que me volteé de nuevo y vi a los Weasley, a Sirius, a Hermione y a Harry entrando a mi habitación.

-¡Feliz cumpleaños! 

Todos sonreían, y la señora Weasley fue la primera en abalanzarse sobre mí para darme un abrazo.

-Muchas gracias a todos, en serio -fue lo único que pude decir, viendo como todos me sonreían, y algo pasmada por toda la atención y las miradas sobre mí.

-Vamos, Lottie -dijo Hermione-. Bajemos a desayunar.

-Te esperamos abajo, querida -me dijo la señora Weasley con cariño.

-¡No te tardes! -me gritó Ginny una vez que ya estuvo fuera.

Los únicos que se quedaron atrás fueron Sirius y Harry.

-Tu regalo no llegara hasta la cena, espero que no te importe -me dijo Sirius.

-Te dije que no era necesario -respondí.

-Ya lo sé. Pero no te hice caso -se dio la vuelta y salió, dejando la puerta entreabierta.

Harry y yo nos reímos.

-Fue una linda sorpresa -comenté sin más.

-Te lo mereces -me dijo él. Yo negué con la cabeza, pero con una sonrisa en la cara-. ¿Tienes tu pulsera?

-Claro que sí, ¿por qué?

-Quiero darte esto ahora -me dijo, sacando una cajita de su bolsillo-. Dame tu pulsera.

La saqué del cajón de mi mesita de noche y se la entregué. Harry me dio la cajita para que yo la abriera mientras que él se acomodaba mientras abría la pulsera.

-Harry, es precioso -le dije. Lo que había dentro era un dije con forma de un par de alas.

-Pensé en tu forma de animaga -me explicó mientras lo añadía a la pulsera-. Es parte de ti y esta es una forma de representarlo.

-Gracias, Harry -lo abracé y me puse la pulsera de inmediato.

En cuanto salió, me cambié de ropa mientras pensaba en que tenía suerte de poder estar pasando un cumpleaños con gente que me importaba y sin sentirme mal.

-Ojalá pudieran estar aquí -le dije al aire, hablándole a la abuela y al abuelo, esperando que me escucharan y que celebraran conmigo desde donde estuvieran.

Una vez que llegué a la cocina, me di cuenta que las sorpresas no terminaban allí. El desayuno de ese día fue uno de los más animados que habíamos tenido hasta el momento. Al estar preocupados por Harry y cansados por la limpieza, no teníamos mucho tiempo de comer con tranquilidad, ni de estar todos juntos, siempre alguien tenía algo que hacer. De hecho, me sorprendía ver al señor Weasley aún en el cuartel, pero una vez que terminamos de desayunar, se fue al Ministerio, algo apurado. 

La señora Weasley nos perdonó la limpieza del día, diciendo que podíamos seguir al día siguiente, así que todo lo que hicimos fue conversar y tratar de encontrar cosas divertidas que hacer. Cuando ya llegaba la hora de cenar, llegaron también al cuartel Remus y Tonks, junto al señor Weasley, que ya había terminado su jornada laboral. 

-Feliz cumpleaños, Lottie -me dijo Remus cuando me vio, dándome un abrazo.

-Ya estás un año más vieja -me saludó Tonks, riéndose.

-Casi alcanzándote -le respondí. Ella se llevó una mano al pecho, haciéndose la ofendida.

-¿Trajiste lo que te pedí? -le preguntó Sirius a Remus. Él sonrió y asintió, entregándole un paquete, con el cual Sirius salió de la cocina.

Charlotte y la Orden del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora