I.

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"Fight."

Edward munson se consideraba una persona calmada y tranquila, pero ahora mismo, esas cualidades se han ido. Debería de estar en una junta de trabajo, en la zona de abogados, pero no. Estaba estacionando el auto frente  a la escuela primaria hawkins. Porque según el director, su pequeño hijo, había tenido una pelea con compañero de clase.
Estaba completamente seguro que su niño no había querido pelear con mala intención, ¡es su bebé!, no podría lastimar ni a una mosca. Quizás se hayan equivocado de nombre o, ¿lo habrán lastimado a él?, ahora estaba preocupado. En la llamada no le quisieron dar detalles, pasó por la instalación y por fin llego a la dirección.
Tocó dos veces, al escuchar un pase, entró sin más. Para ver lo que más temía, el rostro de su pobre bebé cubierto de lágrimas y un moretón en su mejilla. ¡lo sabía!, el no había hecho nada. Aún no podía ver bien su rostro, ya que se encogió en la silla, al entrar.
Tomé asiento a su lado, intentando que calmará su llanto. No me percaté que habían llegado dos personas más, un adulto y un niño.
Era guapo, además de alto, lo estaba mirando. mientras sostenía los hombros del niño, que supongo es su hijo. Oh, tenía un ojo morado y estaba sollozando.
La voz del director hizo que dejará de mirarlo, y prestará atención a lo que dice.

-Los he citado porque, cómo pueden observar, hubieron conflictos. - explicó, cómo si no fuera lo más obvio. continúo  con la explicación, la cual si puse suma atención. - El señorito munson, atacó al señorito harrington, y tomé la decisión de suspenderlos por dos semanas.

Lo miré sorprendido, ¿en serio iban a suspender a su hijo por un inconveniente?, era injusto o eso creía.
-¿Por qué no arreglamos esto dialogando?, son niños, los niños pelean todo el tiempo y luego vuelven a ser amigos...- intenté sonar lo más convincente, sonreí un poco, acariciando la espalda de mi hijo. - Estoy seguro que will lo siente mucho, ¿no es así, pequeño? - dije mirándolo, esperaba a que diga cualquier cosa, o que guardará silencio.

-Yo, hum, no. - Titubeo un poco, mirándome intranquilo, mientras lagrimeaba. lo único que dijo fue un "no", definitivamente no podrían salirse de esta.

-¡Esto es completamente injusto!, ¡¿va a suspender a mi hijo por defenderse?! - Ahora habló el hombre guapo, su cara le sónaba pero no recordaba de donde. Me miraba enfadado. - ¡Mi hijo no tiene la culpa de que, - apuntando con el índice, a will. - ese, sea un salvaje sin educación!.

Acaba de llamar a su pequeño bebé salvaje, y ha dicho que su educación era nula. ,Ahora si estaba más que enojado.

-¡¿Disculpa!?, te recuerdo que seguimos aquí. - Dije, recordándole la presencia mía y de mi hijo, el cual llamo de manera tan irrespetuosa. - Uno, no dejaré que trates de esa forma a mi hijo, dos, la falta de educación y respeto la tienes tú. Y por último, controla a tu niño. - comentó, apuntando la mejilla del suyo, levantándose del asiento tomando la mano de will.

Conduciendo a casa, miraba de reojo a will, quien miraba por la ventana, quizás le podría explicar bien el porqué de la pelea.

-Will, pequeño. - will le prestó atención,  intranquilo, sabía que le preguntaría. - ¿por qué?

will simplemente lo ignoró, se negaba a hablarle. ¿En serio haría una rabieta sabiendo que lo suspendieron?, hay veces en la que en verdad no lo comprendía, es muy difícil intentar que habrá la boca cuando estaba enojado.

-Esta bien, deja a tú padre en duda - dije bromeando, para aligerar y hacer que soltará al menos una sonrisa.

ya habíamos llegado a casa, el subió a su habitación y yo me quedé en la cocina, quizá preparándole pasta se pondría feliz. No le gustaba realmente que su pequeño este triste.
Prendió la estufa, mientras cortaba las verduras. hoy había sido un día agotador, pasó por su mente la cara furiosa del hombre. ¡Oh!, ya lo había recordado. Steve harrington, había salido con él en secundaria, por esa razón se le hacía tan conocido. No ha cambiado nada, sigue siendo el mismo gruñón guapo  que siempre ha sido.



Miraba atónito cómo el muchacho y su padre salían de la institución indignados, ¿se iban así?, se planteo hacer dicha acción, pero antes debía de negociar para que su hijo no pagará las consecuencias de una pelea. cosa que no logró, y falló.

Opto por salir de allí, dustin aún no había abierto la boca, era extraño.
siempre tenía algo para decir, comprendía que hoy no había sido el mejor día. Lo miró en el asiento del copiloto, su mirada parecía decepcionada y perdida. Su ojo ahora tomó un color más oscuro, ni bien llegue a casa debería de ponerle un parche y desinfectar.

-Dust, ¿quieres contarme tú versión? - intentó que el mayor se abriera y le contase mejor los hechos, así quizás se sienta bien. Pero no obtuvo nada más que un "olvídalo, no fue nada".

Se encaminó a la cocina, para buscar un vaso de agua, ya eran las 9:30 pm.
buscó su telefono y pidió una pizza, no era muy bueno en la cocina. Arroz era lo máximo que sabía hacer, el paquete que no se pasa.

El timbre de la casa casa había sonado, sacando su billetera abrió la puerta, pagó al chico y cerro la puerta con la caja en la mano. Ya en la mesa, llamó a dustin para cenar, viéndolo bajar por las escaleras, tenía un parche en su ojo.

-¿Vas a contarme ahora lo que pasó, capitán garfio? - pregunté en broma, viendo cómo soltó una risa, por fin.

-Estábamos hablando y mhm, dije algo, dijo algo y aquí estamos. - contestó para luego darle un mordisco a su rebanada de pizza, no lo comprendí bien pero se notaba que no quería hablar.

-Oh, sí, comprendo. - asentí, en realidad no había entendido nada, ¿que se habrán dicho para acabar a los golpes?, simplemente adolecentes. - ¿esta buena, dust?

-Sch, si - contestó con la boca llena, con un cambio de humor repentino. Ahora comenzó a hablar sobre un nuevo juego de mesa, su juego favorito, "calabozos y dragones".
lo observo, a dustin desde pequeño le gustaba hablar demasiado, recordó cuando era niño no paraba de hablar y debían de pedirle por favor que se callará. Extrañaba cuando su bebé, era su bebé pequeño y no andaba en peleas. Carcajeó por eso.



Acomodo los platos de pasta y salsa con albóndigas en la mesa, ya todo ordenado subió arriba. Fue al cuarto de will, tocando y se abrió.

-Will, pequeño. - le dí una cálida sonrisa, revolviendo su cabello - ya está la cena, tu plato favorito.

Ví cómo de sus ojos salían estrellas, sonrió y me abrazo. Por un momento recordó cuando era un bebé, tan lindo, en sus brazos.

-Gracias, papi. - will, sonrió y lo abrazo, bajando la escalera. No lo había llamado de esa manera desde que cumplió los 13 años, porque según él era un hombre y, que solo un niño pequeño solo llamaba a su padre de esa manera.

Cenaron y se despidieron, cada uno a su cuarto. Se dejó caer en la cama, apagó su lampara de noche.
acomodo su almohada, dispuesto a descansar.
habían pasado unos 30 minutos, no podía dormir simplemente cerro los ojos. El ruido del pasillo hizo que prestará más atención, quizás will se levanto por leche caliente. Le resto importancia, hasta que su puerta se abrió. Dejando ver a will, sollozando, con su brazo tapaba sus ojos y con la otra sostenía su almohada.

-Pequeño, ¿que pasa? - Le preguntó, saliendo de la calentita cama, caminando a él.

-Tuve una pesadilla y, tengo miedo, papá. - contestó el, hipando, mientras sollozaba más fuerte.

lo tomé en brazos, yendo a la cama, acurrucandolo, cuando era un niño. acariciando su cabello, eso hacía cuando will tenía pesadillas y se quedaba toda la noche a su lado.

-Shh, tranquilo, peque. - siguió acariciando su cabello, diciéndole que ahí estaba y que no había por lo cual temer. - Papá te protegerá de los monstruos.

Reunión - Steddie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora