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|06| Se vienen cambios.

Brooke.

—¿Entonces vienes sí o no?

La miré dudosa, pero finalmente acepté cogiendo su mano, levantándome de la cama y poniéndome al frente suya.

—Creo que tampoco tengo otra opción, así que sí, voy con vosotros.

Francesca me sonrió amablemente y me agarró del brazo.

—Bien Brooke, antes de nada debes saber que aquí no está muy bien visto que haya ángeles, no nos malinterpretes, no estamos acostumbrados a teneros por aquí. Según lo que sabemos, vosotros nos odiáis, por lo que deberás de cambiar un poco tu apariencia para evitar malos royos. ¿Te parece? —me propuso Frankie.

—¡Oye! No os odiamos, literalmente para nosotros, vosotros sois una leyenda. Nadie sabe si existís de verdad o solamente sois la excusa para meter miedo a los niños. Aunque no me vendría mal un cambio de look a decir verdad. En el cielo sólo podemos escoger entre tres peinados diferentes de mujeres y dos de hombre. Todos debemos de tener el mismo color y sólo unos pocos —ahí me incluyo yo—, podemos llevar el pelo de otro color. Pero solemos estar discriminados por ser diferentes. A veces la sociedad da asco.

—El angelito se vuelve rebelde. Interesante —se burló Luca.

—No me importa si me ves interesante o no —dije girando los ojos molesta.

—Claro, se me olvidaba que allí sois todos perfectos y súper interesantes. Perdone su alteza por haberle hablado así —dijo con tono burlesco mientras hacía una reverencia.

¿Pero y este quién se cree que es? ¿El mismísimo Thenas para hablarme así?

Respiré profundamente un par de veces antes de contestarle, ya que un paso en falso me pondría de patitas en la calle y no era eso lo que estaba buscando en este preciso momento.

—Luca, deja en paz a la chica —dijo Frankie con una sonrisa en la cara.

—Luca, ¿te acuerdas cuándo antes he dicho que no era una asesina en serie? Bien, pues si no me dejas en paz, quizás me convierta en una, siendo tú mi primera víctima — le miré amenazante mientras él ponía una mueca de terror en su rostro. Sólo pude reír ante su respuesta.

Inmediatamente se calló, dejando a Francesca admirando el panorama con una sonrisa juguetona y a mí mirándolo con aires de superioridad.

Brooke 1 - Luca 0

¿Quién ríe ahora capullo?

Tras esta mini disputa Frankie me cogió del brazo y en menos de lo que tardas en pestañear estábamos fuera de la casa, con un Luca no muy contento siguiéndonos unos metros más atrás.

No lo admitiría en voz alta, pero este sitio no tenía tan mala pinta como pensaba. Quizás podría hasta llegar a acostumbrarme a estar aquí.

—Bien Brooke, te voy a explicar ciertas cosas que debes saber. Aunque no sabemos cómo hacéis las cosas allí arriba, tengo que explicarlo por si acaso —dijo mirándome seria—. Primero que nada, aquí no saludamos a nadie, con una sola mirada nos entendemos bien. Por la calle evita hablar con la gente, nunca encontrarás nada bueno fuera. Cada franja de edad tiene acceso a sitios diferentes. Me explico, nosotros tenemos acceso a bares diferentes de los que tienes por ejemplo las personas de treinta años. Es un asco, lo sé, pero según nuestro gobierno es lo mejor. Ellos dicen que debemos relacionarnos con gente de nuestra edad, ya que será con ellos con quien tendremos descendientes —comentó desanimada— , aunque bueno, al final casi nadie sigue las normas. Nuestro dilema es: ¿Para qué se crea una regla si no es para romperla? —Una sonrisa traviesa se le forma en la cara—. Otra cosa, por nada en el mundo debes de separarte de nosotros. Y por último sé quién quieras ser. Juegas con ventaja pelinegra, aquí nadie te conoce, tienes el privilegio de hacer y deshacer al antojo, total, nadie sabrá si mientes.

No pude evitar sonreír con lo último. Prácticamente me había aconsejado que inventara mi vida. A decir verdad no era nada descabellado lo que me estaba contando. Supervivencia básica lo llamaría yo.
Cuando miré a Francesca no pude evitar sentir una sensación de calidez en el pecho, similar a cuando te abrigas cuando hace frío. Por primera vez en mi vida, aunque sonara tonto, notaba como si perteneciera a allí. Estaba siendo tan amable conmigo sin tener necesidad alguna... Pero de repente tuve miedo. Miedo a que nada fuera real, de que solo fuera un bonito sueño y al despertar volviera a no pertenecer a ningún sitio.

—¿Has entendido todo, niña? —preguntó Luca mirándome fijamente.

—Entendido. No saludar, no hablar con gente por la calle y no separarme de vosotros. Creo que lo tengo —sonreí.

—Entonces manos a la obra. Vas a quedar irreconocible, cariño —dijo Frankie ilusionada.

Francesca se acercó a Luca y le dijo algo al oído que no pude escuchar. Tras un gruñido de su parte, me dedicó una última mirada  y finalmente desapareció cruzando hacia la acerca contraria a la que nos encontrábamos. Lo observé irse con rabia, mientras en mis ojos se reflejaba la duda. Un tirón de mi brazo proveniente de la chica a la que ya consideraba amiga me hizo volver a centrarme.

—Dios Brooke, deja de mirar a ese idiota y vamos dentro de la peluquería. Se te caerá la baba si sigues así. —dijo mientras se reía.

Un leve sonrojo se instaló en mis mejillas. Obviamente no lo estaba mirando porque sí, solo... Estaba tratando de ver el porqué de su cara de enfado.
Si, eso era.

—No miraría a ese engendro del demonio ni aunque me pagaran. ¿Tú lo has visto? Daña a la vista, querida. —le contraataqué riéndome, cosa que hizo que ella también soltase una carcajada.

Ambas entramos a una tienda con una estética bastante... cómo decirlo... ¿diferente? Era un local con las paredes pintadas de negro con cuadros de bandas de rock colgadas en ella. Figuras de calaveras adornaban los estantes y algún que otro vinilo, obviamente de rock, estaba esparcido por una estantería que estaba justo al frente nuestra, junto a los productos para el cabello.

—¡Bienvenidas a Lizzie's Salon! ¿Qué desean? —nos preguntó en un tono dulce la dependienta.

—Venimos a por un cambio de look para mi preciosa amiga. —se dirigió hacia la dependienta— Le rompieron el corazón hace poco y quiere cambiar por completo. ¿Eso sería posible? —dijo Frankie.

— Para eso estamos cariño. La dejaré irreconocible y ese chico se quedará boquiabierto con su resultado —le comentó a mi acompañante y dicho eso se dirigió a mí—. Bien cielo ¿Estás preparada para no reconocerte ni tú misma?

—¿Supongo? —le sonreí a la chica, pero antes me dirigí a Frankie —¿Qué le has dicho a la mujer? ¿De qué chico habla?

—Un mago nunca revela sus trucos, cariño —me dijo guiñándome un ojo.

—Cielo, ven conmigo y siéntate aquí. Tú lo único que tienes que hacer es creer que la magia va a hacer su trabajo y así sucederá.

Dicho eso cogió mi mano y me llevó hasta el sillón más cercano, que a la vez era el más alejado de dónde estaba mi amiga. Cosa que agradecí, ya que así todos nos llevaríamos las sorpresa del cambio. La esteticista me puso un antifaz en los ojos, cosa que no esperaba que hiciese y todo se volvió negro.

•••
Nota de autora.

Buenas buenaas!

Que tal todo? Espero que muy bien <3

Qué os está pareciendo la historia? Os está gustando? Podéis escribirme por Instagram @paoo_writes o @paolaaacb14_ para contármelo jeje <3.
Recordad que un voto y un comentario se agradece muchísimo siempre.
Pao ☁️

Lo que los mortales llaman cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora