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|10| New era.

Brooke.

Estaba desesperada. ¿Tan difícil era conseguir un trozo de tela? Mis ojos comenzaban a escocer y varias lágrimas amenazaban con salir de ellos. Las lentillas me molestaban, mucho, para ser sinceros. Esta sería la última vez que me pondría unas, lo juro.

Sentí como poco a poco mi vista volvía a la normalidad, hasta que por fin pude volver a ver personas y no manchas moviéndose. Siempre me había preguntado cómo verían las personas con algún problema en la vista y tras haberlo vivido no quería volver a experimentarlo.

Frankie estaba justo enfrente de mí con una sonrisa de oreja a oreja y, aunque ella lucía bastante contenta con el resultado, yo aún temía por este. Me dio la mano y me dijo que la siguiera hasta el espejo más cercano, pero no sin antes pedirme que cerrara los ojos. Estaba cansada de tanto misterio.
No me apasionan las sorpresas... ¿No os lo había comentado antes?

Unos segundos después me soltó la mano y tras unos instantes de pura incomodidad me pidió que abriera los ojos. Miré el espejo atentamente y lo observé asombrada. Guau. Quiero decir, me habían cambiado muchísimo. No habían estropeado mi pelo, al contrario, ahora se veía bastante bien, más brillante y vivo. Mi ropa era bastante llamativa, pero sobre todo diferente a la que solía llevar yo. Aquí puedo llevar pantalones de tiro bajo y camisetas cortas, mientras que en el cielo... bueno... digamos que no está muy bien visto.

Miré a mi amiga con una sonrisa enorme e instantáneamente me volví a mirar al espejo. Di una pequeña vuelta sobre mí misma y por primera vez me sentí segura. Sentí que podía comerme el mundo sin ningún problema y todo había sido gracias a la chica que me "salvó" de morir en la calle.

Frankie me miraba muy feliz, sus ojos lo decían todo. Estaba igual de sorprendida que yo y eso era ya mucho decir.

Frankie pagó todo y me sacó de la tienda rápidamente. Comenzó a caminar muy rápido y yo la seguía unos cuantos metros por detrás de ella, tratando de igualar el paso, pero no lo conseguí. Ahora su cara no mostraba alegría, sino molestia. No logré alcanzarla en ningún tramo del camino, sólo pude ponerme a su lado cuando llegamos a la puerta de lo que parecía que era un bar. Pero estaba cerrado.
Ella entró sin dudar al local, mientras que yo esperé en la puerta hasta que me diera alguna indicación.

Desde fuera sólo escuchaba a Frankie gritarle a alguien, cosa que me sorprendió ya que aunque la conozco bastante poco, parecía bastante tranquila... Por lo menos, ya sé para un futuro que alterarla no es una buena opción, ya que el mismo Satán la posee en sus momentos de nerviosismo.

Minutos después cesaron los gritos y una Frankie mucho más tranquila salió en mi busca.

—Cariño, entra ahí mismo y deja al estúpido de Luca con la boca abierta. —¿Luca? ¿Había dicho Luca? Traté de ignorar mis pensamientos y entré.

Abrí la puerta lentamente para dar un toque de intriga —porque obviamente había que hacer una entrada digna de una main character —. No me dio tiempo a mucho, ya que cuando vi a Luca y a otro chico que aún no conocía, los vi a ambos con los ojos abiertos como platos y la mandíbula casi tocando suelo. Ver la habitación así me provocó una risa que no pude evitar, acto que Frankie imitó.

Todos nos quedamos en silencio por unos instantes. Momento que aprovechó el otro muchacho para presentarse.

—Buenas tardes señorita. Soy Aaron Martin —dijo en tono coqueto mientras se acercaba a mí—, un gusto bella dama —seguidamente tomó mi mano y le plantó un beso.

Un leve sonrojo apareció en mis mejillas, pero también me hizo un poco de gracia su forma de presentarse... ¿Quién se sigue presentando de esa manera en pleno siglo XXI?

—Encantada, humilde caballero. Mi nombre es Brooke Sallow, un gusto conocerlo —dije tratando de imitarlo mientras hacía una pequeña reverencia y reíamos todos ante nuestro encuentro.

—Luca, no sé de dónde ha salido esta chica, pero me encanta —le dijo riendo.

—Créeme amigo que en cada encuentro me sorprende más — le respondió sin mirarlo, ya que sus ojos estaban fijos en mí.

Frankie y yo nos miramos sonrientes y nos acercamos a la barra para tomar algo.

—Bueno chicos ¿Qué tal os ha ido la tarde? Luca te veo mucho más relajado que antes —les preguntó mi amiga burlándose un poco.

—Bueno... no estuvo del todo mal, aunque mi padre se presentó sin avisar y nos revolucionó un poco... pero nos felicitó por el trabajo, así que supongo que todo bien —dijo Luca un poco dudoso.

—Bueno... me alegro de que por lo menos os dijese algo bueno —comentó Frankie un poco incómoda—. ¡Oh! Cambiando de tema que me acabo de acordar. Esta noche tenemos ensayo, ¿no?

—Dios Frankie, ¡me había olvidado!, eres mi salvación. Matilda se habría cabreado mucho con nosotros si por algún casual no nos llegamos a presentar —le respondió Aaron.

—¿Matilda? ¿Quién es Matilda? —pregunté con curiosidad.

— A ver Brookie, no puedes llegar de nuevas y conocer a todo el mundo. Todo a su debido tiempo, angelito.

Este chico me irritaba. Me irritaba mucho, demasiado. Si hubiera tenido algo en las manos se lo habría arrojado sin pensarlo dos veces, para ver si del golpe se le quitaban los aires de superioridad que llevaba, pero dormía en su casa y no me podía arriesgarme a perder el alojamiento, por lo que contuve mis impulsos y solo le di una sonrisa irónica y esta vez, le hablé a Frankie.

—Entonces, ¿Quién es ella?

—Es la baterista del grupo —dijo en voz alta y se acercó un poco a mi oído—. Es un poco rara al principio, pero no digas que yo te lo dije. Dudo que quieras empezar unos juegos del hambre.

Ambas reímos y los dos chicos nos miraron dudosos, pero ninguno se atrevió a preguntar el porqué de nuestra risa.

Ya se sabe, mejor precavido que arrepentido.

Eran aproximadamente las cuatro de la tarde y los cuatro estábamos ya aburridos de estar en el bar, así que cada uno se fue para su casa. Yo simplemente seguí a Luca.
Cuando llegamos abrió la puerta, me dejó pasar y acto seguido se colocó delante mía, posicionando sus brazos, uno a cada lado de mí, bloqueándome el paso. Ya nos habíamos puesto uno frente al otro en varias ocasiones, pero nunca me fijé bien en la diferencia de altura. Visto desde la posición en la que estaba ahora mismo imponía un poco, pero jamás se lo haría saber. Yo no era demasiado baja y él tampoco era extremadamente alto pero estar inmovilizada frente a él me hizo sentir algo que no debería de haber sentido.

—Estate atenta Brooke, porque no lo repetiré más —dijo Luca sacándome del trance en el que estaba—. Te quedarás aquí todo el tiempo que necesites, pero hay unas reglas que vas a tener que cumplir para que podamos convivir en paz. ¿De acuerdo?


☁️

Holis jejeje, soy yo de nuevo después de un tiempo. Quiero pedir disculpas de antemano por no haber subido capítulos, pero entré en un mini bloqueo y me está costando salir de él, pero bueno... espero que os haya gustado mucho este capítulo y podéis contarme por mi Instagram @paoo_writes qué tal os ha parecido.

Besis  <3

Pao☕️

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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Lo que los mortales llaman cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora