Girls like singers ✔️ [Singers #1]

15. Órgano inconsciente e inmaduro

Kyle parece contrariado con la presencia del chico. Su frente arrugada y su ceño fruncido demuestran que no esperaba verlo aquí o, incluso, que no debía estar aquí. Contemplo la escena desde fuera como una mera espectadora. No tengo ni idea de qué va todo esto y sé que no es el mejor momento para preguntar.

—Esto debe ser una broma, Warren —dice Kyle con incredulidad.

—Eso me gustaría —contesta el chico.

Parece unos cuantos años más mayor que él, tal vez incluso de la edad de James. La mirada del chico se dirige hacia mí en más de una ocasión, como si mi presencia le resultara de lo más inoportuna.

—Necesito que vengas conmigo —le pide nervioso.

—Ni de puta coña. Dije que no quería saber nada y sigo pensando igual —contesta Kyle a la defensiva.

—La cosa está descontrolada, está jodida, no te haces una idea de cuánto.

—Veo que ya vas recordando las razones por las que dije que no quería saber nada —comenta Kyle sarcástico—. Mira, tío, tengo que llevar a casa a mi novia y lo último que quiero es volver a estar de mierda hasta el cuello, ¿vale? No necesito más problemas, he tenido suficientes.

Kyle me señala su coche con la cabeza y me pone la mano en la espalda para que avance. Lo hago despacio, con desconfianza, con mi mirada puesta en el chico que observa cómo nos alejamos con impotencia. Justo cuando estoy a punto de entrar en el vehículo, grita desde la otra parte del aparcamiento.

—¡Eres el único que puede ayudarla y lo sabes! ¡No habría acudido a ti si tuviera otra opción!

Kyle resopla. Se apoya en la carrocería del coche y lo golpea con todas sus fuerzas con el puño cerrado. Su mandíbula tensa y su respiración acelerada demuestran lo nervioso que está. Su mirada se dirige hacia mí y casi puedo ver culpabilidad en ella.

—¿Por qué se supone que tengo que ayudarla?

—Porque te necesita, Kyle, y no puedes dejarla tirada. No a ella.

Deja escapar el aire de sus pulmones con pesadez. Sus ojos conectan con los míos y, cuando lo hacen, mi mente viaja al primer día que pasamos juntos, al recuerdo de ese vacío del que me habló. Verlo ahora tan claro en su mirada me deja sin respiración. No digo nada. El chico se ve desesperado, Kyle parece estar a punto de sufrir un ataque de nervios y, cómo no, con la conversación entre ambos ha quedado claro que hay una mujer de por medio. Porque siempre la hay. Ni siquiera sé por qué me había hecho ilusiones.

—Pillaré un taxi —digo, y me doy cuenta demasiado tarde de que mi voz ha sonado más cortante de lo que en realidad pretendía—. Haz lo que tengas que hacer.

—No pienso dejarte aquí sola —dice él bruscamente.

—El tiempo corre —dice Warren con impaciencia.