30. No es culpa suya

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OLIVIA

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OLIVIA

James y Megan van con nosotros en el Audi de Kyle mientras que Cole y Dallas van en el Jeep con las tiendas de campaña y la comida.

—Oye, ¿y no hay ninguna forma de obviar la parte de dormir en el bosque? —pregunta Megan con una sonrisa nerviosa—. Es que eso de que me pueda comer un oso en mitad de la noche, colarse un bicho en mi cama o algo por el estilo no me resulta muy tentador.

—Hay una cremallera en cada tienda a modo de puerta —intenta tranquilizarla Kyle.

—Y el bicho no necesitará llegar hasta tu cama porque dormirás en el suelo —le recuerda James con diversión.

Meg pone cara de asco.

—En el suelo —repite poco convencida.

—Sobre unas mantas, pero sí, en el suelo.

—Estoy salvada entonces —dice Meg con ironía.

Llegamos hasta Black Lake y bajamos del coche con un calor sofocante. A pesar de que durante el día hace buen tiempo ya nos avisó Dallas de que cogiéramos ropa de abrigo y mantas para la noche. Nos repartiremos de la misma manera que la noche anterior, tres tiendas de campaña con dos personas por tienda. Cada uno con la misma pareja de la noche anterior. Dejamos dentro del coche la comida y las cosas, lo único que bajamos son un par de botellas de agua que repartimos en las mochilas que llevan Dallas y James.

A favor de Dallas debo decir que Black Lake es una auténtica fantasía, tenía toda la razón. El agua cristalina y bordeada por árboles tan verdes que parecen dibujados a mano hacen del paisaje algo casi idílico. Por suerte los únicos animales con los que nos encontramos son pájaros inofensivos que se limitan a piar de aquí para allá y un par de mariposas que les dan unos cuantos sustos de muerte a Megan.

Un par de horas después de comer, a alguien se le ocurre la brillante idea de darse un baño. Los primeros en lanzarse al lago son los hermanos Donovan, prácticamente se empujan el uno al otro como dos niños pequeños hasta que se pegan el planchazo del siglo contra el agua helada.

—¡Kyle, hijo de puta, voy a coger una pulmonía! —grita James en cuanto asoma la cabeza a la superficie.

Deja de quejarse en cuanto escucha a Meg chillar mientras coge carrerilla y salta hacia el agua haciéndose un ovillo.

—No será para tanto —dice Dallas, quien se quita la camiseta haciéndose el interesante y no tarda en unirse al resto.

Entra andando poco a poco por la orilla y, cuando el agua le llega a las rodillas, pone una excusa barata decide y dice que ya se bañará otro día. Está a punto de librarse cuando Megan empieza a salpicarle. James se une a ella y Dallas no tarda mucho en estar empapado y muerto de frío. Verlos gritar y pelearse como si fueran niños es un espectáculo. Kyle en vez de poner paz se dedica a ayudar a Dallas a ahogar a su hermano.

Girls like singers ✔️ [Singers #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora