Why

4.

When I hear you sing, it gets hard to breathe...

Can't help but think every song's about me...

And every line, every word that I write...

You are the muse in the back of my mind...

En el concierto todas actuaban lo mejor posible, afortunadamente eran felices cuando estaban ahí, cuando sentían el amor de los fans, esa admiración y adoración.

Era la recompensa sin duda de todo lo malo.

Eso era lo que Tzuyu siempre pensaba. Quería mucho a sus fans, estaba agradecida con ellos y de verdad que los amaba.

Si bien estos días habían sido duros, hacerse a la idea de que debía mantenerse alejada de Sana, cuando su corazón, mente, cuerpo y alma querían ir tras ella era difícil, sin embargo Tzuyu era una experta en reprimir emociones y sólo acatar las reglas, aunque por dentro la matara.

Por su parte, Sana intentaba actuar lo más positiva posible, era trabajo, estaba creciendo más su carrera y eso también le emocionaba, le emocionaba ser más reconocida y recibir halagos y buenos comentarios como también proyectos.

Pero aunque quería seguir así, al final estaba demasiado triste por no poder compartir esto con su pequeña gran chica, también le tenía descontenta que no valorarán el trabajo duro de Tzuyu, lo mucho que se esforzaba para estar a la "altura". Ellos no estaban a la altura de su Tzuyu.

Su Tzuyu no era sólo un cuerpo y cara bonita, era una voz angelical, vibrante y llena de sentimientos, era una mente inteligente, demasiado hábil y madura, era talento, era perseverancia, era amor, comprensión, Tzuyu era mucho para el mundo, mucho para ella.

Después del concierto, todas volvieron al hotel para empacar y esperar la hora para marcharse.

Sana estaba preocupada por Tzuyu, la más alta había soltado algunas lágrimas en una canción y definitivamente se veía más seria de lo normal, acompañada de tristeza.

En la cena, algunas hablaban tranquilamente, mientras que otras estaban con el celular.

Tzuyu por su parte había terminado de cenar, no había cenado tanto, ni siquiera tenía ánimos para esto, sólo comió un poco y se marchó a cambiarse.

La japonesa notó esto, todas en realidad y sólo se sintieron tristes por hacer pasar a su pequeña por esto, ella no debería estar triste. Al terminar todas se fueron a sus habitaciones.

Sana miró hacia donde estaba la de Tzuyu, miró por todo el pasillo, ya estaba vacío. Así que decidió acercarse e intentar escuchar algo.

Su piel se erizó cuando una fina y dulce voz se hizo presente. Tzuyu estaba cantando.

Sana no podía evitar pensar que cada canción es sobre ella, sobre ellas.

Respiró hondo, teniendo una batalla interna sobre si entrar o no, no quería meter en problemas a su menor, como tampoco meterse en problemas ella.

Sin embargo, ahora no había nadie, nadie las vigilaba y extraña a Tzuyu demasiado.

Se armó de valor y tocó suave a la puerta, la voz paró. Sana hizo un puchero por eso, quería seguir escuchando su voz, amaba todo de Tzuyu.

La puerta se abrió y la expresión de la taiwanesa fue de sorpresa. Ninguna dijo nada, se hizo a un lado para dejarla pasar, después cerró la puerta y miró a Sana.

- Te escuché cantar.- dijo con vergüenza, mirando la cama de Tzuyu.- cuando te escucho cantar, se me hace difícil respirar.- se dió la vuelta para encontrarse con la profunda mirada de tzuyu.- ¿Aquella canción era sobre mi?

Tzuyu seguía seria, con una mirada neutra, no sabía si acercarse o no, ambas opciones marcaban peligro para ella. Sin embargo sí le respondió.

- Cada canción es sobre ti.

Por un largo tiempo se quedaron así, mirándose, cada una pensando en nada, pero observando, hasta que Tzuyu se acercó, tomó su mano y la llevó a la cama.

La castaña estaba impresionada por las acciones de su chica, a Tzuyu siempre le había costado un poco más dejarse llevar por lo que quería, pero ahora ahí estaba, en la cama de Tzuyu, mientras que Tzuyu la abrazaba y escondía su rostro en el cuello de ella.

Se sentía en el cielo y el infierno al mismo tiempo, un toque que le hacía volar y sentirse en casa, pero a la misma vez le hacía desear y querer más que eso.

- Tzuyu...

- ¿Mmh?

- Cada línea, cada palabra que escribo, son pensando en ti. Eres la musa en el fondo de mi mente.

Tzuyu salió de su escondite y miró a Sana, la luz de la mesa le dejaba ver perfectamente el rostro maravilloso de Sana.

Su mano fue a la mejilla de su chica y le sonrió suave.

- Eres la musa en el fondo de mi mente también.

La besó, se besaron. Y esa noche, dejándose llevar, hicieron el amor una vez más, como si fuese la primera vez y al mismo tiempo la última.