Capítulo 13: El proyecto Hybrid, ¿invencibles?

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Todo iba bastante rápido para los chicos elegidos. Era... como aquel primer viaje al mundo Pokemon: Iban todos a enorme velocidad en medio de un remolino de colores y de una ráfaga de viento que aullaba en sus oídos. Finalmente, se sintieron caer de bruces al suelo lleno de césped. Durante unos minutos, los chicos permanecieron tumbados, pues aquella sensación dejaría agotado a cualquiera. Finalmente, pasado 5 minutos, se levantaron y miraron a su alrededor.

Se encontraban en un gran campo verde, con hierba alta. El cielo era azul, más que limpio y claro que el de nuestro mundo, estaba ligeramente con nubes. A lo lejos, se apreciaban grandes montañas nevadas.

"¿Hemos regresado al mundo Pokemon?" preguntó Mina.

"Pues... sí, solo míranos" dijo Rex, señalándose a sí mismo: era un Charmander de nuevo.

Los demás, al levantarse, se dieron cuenta de que también eran sus respectivos Pokemon iniciales, como aquel primer día en que llegaron por primera vez. Katie, quien era la novata, estaba asombrada de cómo ahora ese era su cuerpo.

"Ahora que lo veo, es como ver doble" comentó Dylan, al ver a Rex y Katie: había solo una mínima diferencia por los ojos azules de uno y los verdes del otro.

"Tengo una idea..." dijo Rose, buscando en el maletín del equipo, y sacando un conjunto de pañuelos de colores.

Rex se puso uno rojo, mientras que Katie se llevó uno rosa; por su parte, Zach también se puso uno de color amarillo, Rose uno verde limón, Mina uno lila, Dylan un azul marino, y Sky un blanco/gris. Era un poco excéntrico aquella escena, pero era algo cooperativo.

"Bien... ahora que regresamos, debemos detener a estos tipos antes de que arruinen más el ecosistema Pokemon" sugirió Rose, "¿Dónde creen que estarán?"

"¿De casualidad no tendrán un mapa aparte de los pañuelos?" preguntó Katie.

"Es verdad" Rose sacó el mapa de su anterior aventura, "Pero... es difícil ubicarse desde aquí"

"Oigan, ese no es... ¿la aldea donde vivía Kandia?" pregunto Sky, alzándose en vuelo para ver mejor.

Todos se giraron para ver a donde había señalado: allí a lo lejos, más allá de los campos verdes, había un río en cuyas aguas cristalinas brillaban por el sol. No muy lejos de allí, estaba aquella pequeña aldea donde los chicos habían sido llevado la primera vez por Kandia.

"Pues es un buen lugar para empezar... de nuevo" sugirió Rex, "Vamos a ver"

Se dirigieron a aquel lugar, pero lo que encontraron no era exactamente la tranquila aldea en la que había recordado: había varios gente allí y las casas estaban casi totalmente abarrotadas de Pokemon de todos los tamaños, desde Snorlax hasta Bellsprouts. De igual forma, casi todos estaban heridos, algunos de gravedad y otros solo tenía golpes o moretones. De entre los que estaban ayudando en la sanación de los Pokemon, estaba una forma de un reptil marrón, que todos (con excepción de Katie), reconocieron.

"¡Tía Kangaskan!" gritaron seis de los chicos.

La Pokemon giró su cabeza en dirección de donde provenían los gritos u cara parecía preocupada por los heridos. Sin embargo, pareció recuperar las esperanzas al ver a los chicos; de inmediato, se apresuró abriéndose paso hacia sus antiguos amigos.

"¡Mis niños elegidos!" exclamó Kandia, apretándolos con un abrazo que parecía uno maternal (no hay que olvidar cómo estos Pokemon sentían cariño por los más niños), "¡Sabía que volvería a verlos! ¡Nos han devuelto las esperanzas! Vaya, pero..."

Notó la presencia de Katie, lo que la hizo ruborizarse. No obstante, también le abrazó junto con los demás.

"Tú debes ser una nueva elegida" dedujo Kandia, "¡Qué bueno! Eso nos da mucha más esperanza"

Pokemon Mundo Mega Misterioso, La Mega AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora