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Abrió sus ojos, su cuerpo estaba acalorado, ligeramente sudado, el peso de alguien encima de él le advirtió de cierta intimidad.
Sus hombros eran firmes, y su espalda era tan bien formada, deslizó su mano por su columna hasta su espalda baja, cerrando pacientemente sus ojos disfrutando de aquellos gustosos roces entre sus cuerpos.

Una caliente respiración chocaba con su oído, amaba el cómo se estaba formando esto, su cuerpo se sobresaltó, sintiendo un dolor en su interior por una inesperada entrada. Se quejó, lloriqueando un poco, cuando una voz le hablo tratando de consolarle.

- Relájate, todo está bien.

Aquella voz era tan agradable, tan familiar, y ese acento que conocía tan bien le hizo adivinar.

- ¿Ta-Tabi?

Abrió sus ojos de golpe, encontrándose en la oscuridad de su habitación, totalmente solo. Se incorporó en la cama, confundido a más no poder.

¿Qué mierda estaba pasando con el?

Una erección marcaba lo deseoso que le había resultado aquel maldito sueño, no quería, mejor dicho; no iba a permitirse llegar a ese extremo.

Él era hétero, no era un desviado.

Se levantó de su cama, exaltado, y entrando al baño de su cuarto mojó su rostro con agua fría.

Estaba asustado, no quería que le ocurriera esto, no quería que le gustara, no quería ser un rarito, era gracioso cuando el tema era una simple mentira, era muy fácil mentirle a la gente y decir que era gay y tenía una relación con su amigo, pero otra cosa era que fuera cierto.

Se abofeteó a sí mismo, no estaba dispuesto a abrir nuevas posibilidades en su vida, menos la de arruinar su amistad con Tabi, debía ser fuerte.

Más calmado, volvió a la cama, tratando de ignorar su intimidad que exigía ser atendida, se acomodó lo mejor que pudo para poder dormir, pero definitivamente aquella sería una larga noche.

...

Los próximos días siguieron igual, no podía llegar la noche y poder sentirse tranquilo, sentir la paz de no tener uno de esos nuevos sueños húmedos.

Aquella noche podía ser una excepción, en aquella fiesta trataba de evitar a toda costa el contacto visual con su amigo, buscando esconderse bajo el efecto del alcohol a ver si tal vez así podía quitarse de la cabeza aquel maldito pensamiento persistente,  tal vez si lo pensaba demasiado era aún más tentado a cometer o decir alguna tontería; sin embargo, fue extraño lo rápido que comenzaba a sentirse desorientado, pero le restó importancia.

Aunque con aquella actitud suya lo único que lograba era alarmar a Tabi, quien ya tenía interés en saber que era lo que lo traía tan raro, pero hablar las cosas en un lugar ruidoso como aquella fiesta no era lo mejor.

- Agoti, ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo? —Dijo mientras se bebía más rápido su bebida.

Lɪᴛᴛʟᴇ Lɪᴇs - [Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora