Epílogo

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Un llanto perturbo el sueño de Agoti, quien se levantó bastante rápido de su cama.
Llegando así a la cálida y linda habitación de su bebé.

Bienvenidos, actualicémosles un poco:
Recordando hace unos largos meses, Agoti había compartido intimidad con su amado, situación en la cual ambos bajo el efecto de la lujuria y la pasión no se plantearon el usar protección, si había algo respecto a la especie de Agoti que ambos no sabían era sobre su fertilidad.
Hace dos meses una sana y linda bebé había llegado a la vida de esta pareja, bebé a la cual llamaron AZara.

— Bro, ve a dormir, yo me encargo. —Dijo Aldryx entrando en la habitación de la bebé.

— No, no. Está bien, calma. —bostezó ampliamente.— Puedo con esto.

— Deja, yo te ayudo. —Insistió el mayor de los hermanos. Tomando a la bebé entre sus brazos.

Si bien Tabi y Agoti tenían una relación bastante estable, apenas habían empezado a movilizarse para compartir una casa juntos, y ahora ellos no vivían bajo el mismo techo, por ello era Aldryx quien siempre se ofrecía a ayudar a su hermano menor, amaba a esa bebé, y desde que se enteró que sería tío se había propuesto ser el mejor tío del mundo.
Solazar no se quedaba atrás, si bien la idea de que su hijo menor tuviera tanta responsabilidad tan joven no le había gustado mucho, había caído de rodillas ante esa linda y tierna bebé.
Era difícil, pero juntos podrían adaptarse.

...

Unos pequeños besos volvieron a despertar a Agoti, quien al abrir sus ojos se encontró a su amado, no había día en el que no llegara temprano a verle, diablos, lo amaba demasiado.

— Buenos días, amor. —dijo Tabi, sentándose en la cama de Agoti, manteniendo a la bebé apoyada sobre su pecho mientras dormía.

— Hola, cariño. —respondió Agoti, estirándose un poco, recibiendo las caricias de Tabi con una de sus manos.

Cerró sus ojos nuevamente, apenas llevaban 2 meses como padres, les había costado un poco adaptarse a esta nueva vida, pero el amor que se expresaban mutuamente no se había debilitado para nada, aquella bebé había llegado a simbolizar su potente amor.

— ¿Cómo va lo de nuestra casita? —Preguntó Agoti, restregando su mejilla sobre la palma de su amado.

— Bien, dentro de unos cuantos días ya estará todo listo. Insisto en que debimos empezar eso mientras estabas en proceso de embarazo.

— Si, pero ya me conoces. Todo lo dejo a última hora, además no tenía ganas de pensar en eso. —se sentó sobre la cama, apoyando su cabeza sobre el hombro de Tabi.

Cerrando sus ojos, realmente a pesar de estar cansado, no podía pedir nada más, se sentía bastante bien realmente, el pensar que ahora compartiría hogar con su pareja bastante cerca de la casa de su padre y hermano mayor le emocionaba, era como un sueño. Si bien habrían dificultades no había nada que pudiera detenerles si estaban juntos.

...

Cargando a Azara en aquella cangurera para bebés, Agoti sostenía el carrito en aquella tienda, mirando los últimos pequeños detalles que no habían comprado para su nuevo hogar.

— ¿Agoti? —Habló una voz femenina a sus espaldas.— Mira, tanto tiempo. Quien te viera, ¿ahora eres papá?

Una de sus exs, realmente se le hacía incómodo recordar esa etapa de mujeriego, pero había cambiado ahora, y no había nada que le hiciera desear volver a eso, actualmente era feliz.

— Sí, de hecho estoy comprando las últimas cosas antes de mudarme con mi pareja. —Respondió con una sonrisa.

— ¿Pareja? ¿Quién es la afortunada? Aaww, tu bebé es muy linda. —Expresó acercando su mano.

Siendo jalado de la cintura, aquella mujer no pudo tocar la mejilla de la bebé. Tabi miraba con seriedad a esa mujer, habían estado trabajando sus celos, pero realmente no era algo que pudiera superar tan fácil. Sin darle oportunidad de despedirse, se llevó a Agoti y su bebé con el, llevándolos a otro pasillo.

— ¿Qué te dije de hablar con esas zorras? —dijo Tabi apretando el trasero de Agoti.

Tensándose, Agoti se ruborizó bastante, mirando con molestia a su pareja por hacer aquello en medio del pasillo público.

— Intentaba no ser grosero, no te pongas celoso. Sabes que te amo a ti. —Le respondió, buscando estar tranquilo.

— Ya verás cuando lleguemos a casa. Te daré un buen castigo por desobediente. —Amenazo el ruso, dándole una palmada en el trasero antes de apartarse.

Con una sonrisa, negó con un movimiento de cabeza, ese chico era el hombre más celoso que conocía, ¿qué era lo peor que le podía hacer?

...

Dicho y hecho, apenas llegaron a la casa del más joven, la bebé quedó bajo el cuidado de su abuelo, quien como siempre, se peleó con Aldryx para ver quien le daría de comer.

Mientras la pareja se mantenía en una situación algo comprometedora, encerrados en la habitación, compartiendo espacio al ruso entre sus piernas, su cuerpo se sobresaltaba con frecuencia, mientras la mano del activo apresaba su cuello.

— Baja la voz, o nos van a oír. —Dijo Tabi, manteniéndose totalmente tranquilo mientras sostenía la cintura de Agoti.

Cubriéndose la boca, el muchacho tembloroso bajo él se encontraba en su límite, cuando el ruso le mencionó un castigo al llegar a casa imaginaba otra cosa.

Cada estocada que daba el otro chico lo hacía sentirse en el cielo, realmente había olvidado lo que se sentía, por miedo no habían realizado mayor interacción íntima durante el periodo de embarazo, y el volverlo a hacer le hacía sentir vulnerable.

Arqueando su espalda, presionó sus palmas sobre su boca, tratando de cerrar sus piernas ante su orgasmo, poco después sintió una calidez en su interior, y tras que Tabi quitara su mano de su cuello tomó aire, llevando sus manos a los hombros del ruso.
Luego de procesar aquella sensación miró con algo de miedo a Tabi.

— Usaste condón, ¿Verdad? —Preguntó con su respiración algo agitada.

El silencio de Tabi le hizo sentir inquieto.

— ¿Verdad? —insistió.

Una risa nerviosa por parte del ruso le hizo sentirse aterrado, y le dio un golpe sobre el hombro, empezando a lloriquear, no quería pasar 9 meses con una criatura en su vientre de nuevo.

Tabi realmente estaba tranquilo, había fingido bien. Si algo había perdurado en su relación eran esas pequeñas mentiras las cuales actualmente utilizaban como bromas en su mayoría, tal y como era este el caso.
Solo pudo limitarse a reír ante la reacción de su pareja, dando besos en su rostro buscando consolarle en su susto, aclarándole aquella broma, era lindo aunque reaccionara de forma exagerada, no podía imaginarse una vida sin él ahora.

Lɪᴛᴛʟᴇ Lɪᴇs - [Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora