HERSHE

Molestias

"El único lugar al que vamos ahora es tu casa", dijo Somi, inclinándose hacia delante para darle un beso.

Lisa apoyó las palmas de las manos en los hombros de Somi y la apartó de un empujón. "¡Oye! ¿Podrías parar esto, por favor?"

"Sólo pararé si me llevas a tu casa ahora".

"¡No, no, no! Esto no está bien".

La interna no parecía entenderlo. "¿Qué está bien para ti entonces? ¿Esto?" Somi empezó a desabrocharse la camisa.

Oh, ¡mierda!

Lisa se dio cuenta de que la cosa iba en serio cuando vio que un pequeño sujetador rosa quedaba ya al descubierto.

"¡Eh, deja de hacer eso!" dijo Lisa, abotonando de nuevo la camisa mientras Somi seguía desabrochando las otras.

¿Qué debo hacer con esta chica? ¡Maldita sea!

'Se siente como si estuviera caminando en la cuerda floja, tengo el corazón en la garganta, cuento con grandes esperanzas para superarte...'

Ambas dirigieron su atención al teléfono que sonaba en el tablero. Era el de Lisa.

"Perdona, tengo que atender esa llamada" dijo Lisa, ligeramente jadeante.

Somi suspiró con fuerza pero acabó cediendo. Se sentó de nuevo en el asiento del copiloto y se abrochó la camisa. Lisa salió del auto para contestar el teléfono.

"¿Hola?"

"¿Lisa? ¿Estás bien?" Era Krystal la que llamaba.

"Creo que sí. Me alegro de que hayas llamado". Lisa se secó el sudor con el pañuelo.

"¿Por qué pareces agotada? ¿Estabas corriendo o algo así?"

Lisa miró a su auto antes de decir: "Estuve luchando con alguien..."

"¿Qué?"

Lisa se puso de perfil cuando se dio cuenta de lo que había dicho. "Uno de los nuevos internos de la oficina me estaba asaltando en mi auto hace un rato. No sé cómo domarla".

"¿Asaltando?" Krystal se rió. "Deberías intentar dejar de ser encantadora por una vez, Lisa. La culpa es tuya".

"No es gracioso, Krys", siseó Lisa. "Estaba a punto de besarme antes de que llamaras".

"¿Qué? Así que tenía razón, estabas realmente en problemas".

"¿Qué?

"Estaba teniendo una extraña sensación de que tenía que llamarte y no sé por qué. Resulta que entonces sí que necesitas que alguien te salve el pellejo".

Lisa se rió. "Sí. Gracias Krys, te compensaré la próxima vez".

"Los chicos de hoy en día son muy agresivos, ¿no?"

"Ni que lo digas". Lisa puso los ojos en blanco. "Tsk. ¿Qué debo hacer con ella?"

"Dile que ya tienes novia. Ella dejará de hacerlo si haces eso".

"Pero no quiero romperle el corazón, Krys".

"¿Y si te sigue agrediendo? ¿No me digas que cederías?"

"No. Por supuesto que no. Sigo enamorada de Jennie, ¿de acuerdo?", dijo Lisa. "No tengo el más mínimo interés en esta chica dentro de mi auto".

"Entonces dile que estás con Jennie".

"No puedo. Jennie es la que la supervisa. Estaré muerta si lo descubre".

"Entonces díselo a Jennie".