Saccharine [Shadails]

6

Y entonces, las salidas comenzaron a ser más frecuentes, con todo y los pensamientos sanguinarios de Shadow, los cuales obvio no podía decir frente a Tails o lo asustaria por completo.

Sin embargo, siempre regresaba a casa sintiéndose entre culpable y desagradable. Sentía culpa al comenzar a enamorarse de verdad, sentir esas mariposas en el estómago que deseaba matar con ácido. Pero al mismo tiempo, tampoco se sentía digno al mirar siempre la hermosura del zorro, creía que en compensación debía arrancarse los ojos y regalarselos

Por otro lado, Tails si que dejaba fluir sus sentimientos como fueran apareciendo, sabía que las cosas no serían color rosa pero eso no lo desanimada para nada, quería seguir disfrutando de este repentino enamoramiento nacido de la curiosidad y el misterio, eso le emocionaba mucho.

Rouge quería acabar con esos pensamientos turbios y malos que solo confundían y dañaban a su amigo, por lo que necesitaba ayuda de una eterna enamoradiza que parecía finalmente estar consiguiendo su objetivo.

—Bueno, Shadow es realmente un caso complicado por esa soberbia que a veces es inaguantable, y eso es lo que lo hace pensar no necesitar el amor de alguien como Tails, —Amy bebió de su taza de café —pero no es imposible tampoco.

—Yo si creo que es un caso perdido. —dijo Blaze mientras le daba una cucharada a su pastel, era tarde de chicas y claro que ella estaba incluida —Conozco a los de su tipo y solo acaban quebrando corazón tras corazón hasta que acaban solos y amargados. Por suerte, mi Silver no es así. —se sonrojó levemente.

—Pues Shadow ya estaba solo y amargado antes de Tails. —Rouge se detuvo a pensar antes de proseguir —¿Eso cambiaría el resultado?

—Claro que si. —dijo Amy —Ahora que Tails apareció en su vida, se siente confundido por lo que esta sintiendo y experimentando, su lado soberbio le dice que a vivido toda su vida sin amor y solo se necesita el mismo, pero obvio su corazón le indica que sentir algo de amor hacía otra persona nunca estaría de más.

—¿Todo eso lo supiste estudiando a Sonic por tanto tiempo? —preguntó Blaze con verdadera curiosidad.

—No, un día me aburrí y me puse a leer un artículo de una revista sobre diferentes tipos de chicos, así que saqué mis conclusiones. —sonrió amablemente.

—Entonces, ¿debo encontrar la forma para eliminar su lado de soberbia?

—En lo absoluto, es parte de su personalidad, deberías neutralizarlo y hacer que disminuya, ¿cierto Amy? —preguntó la de pelaje violeta.

—Exacto, no podrás eliminarla pero si hacerla más suave. Solo metele la idea de que Tails es maravilloso, de que esta a su nivel y le hará mucho bien a su vida, lo hará mejorar.

—Creo que tengo una idea. —las tres amigas rieron y se distrajeron platicando sobre otro tema.

En otra parte, Shadow y Tails habían salido a pasear, el zorro le platicaba sobre cosas de mecánica y sus inventos, a lo que el erizo lo escuchaba muy atentamente, a la par de que se perdía con el dulce y suave tono de voz, y se quedaba maravillado al ver lo emocionado que se ponía al hablar.

Lamentablemente, también le llegaban los pensamientos de comenzar a molerlo a golpes para que dejara de creerse tan inteligente y superior, no podía existir nada superior más que él mismo, quería cerrarle la boca a ese cretino.

Y por impulso, lo interrumpió.

—Desearía... —pero no dejó que el lado malévolo saliera, nunca en presencia de Tails —Probar un poco de ese pastel de cereza que tienes por labios, se ven tan dulces que quisiera devorarlos. —si, definitivamente lo dijo sin pensar.

—... ¡Ay Shadow! ¿Que cosas dices? ¡Jamás creí que fueras así!

Un muy gran sonrojo se hizo presente en el rostro del más bajito, así que trató de ocultarlo entre sus manos, cosa que era inútil y solo lo hacía ver más adorable a la vista del contrario. Quien al ver esos movimientos, sentía que morirá por toda esa ternura que Tails soltaba.

—Perdón, creo que fue muy imprudente. —tomó asiento en una, banca cercana para poder controlarse.

Y de pronto, el zorro le dio un muy rápido beso en los labios y de la vergüenza se cubría con sus dos colas.
El contrario no acababa de procesar lo que ocurrió, así que se quedó inmóvil por unos largos segundos.

—Creo que eso también fue muy imprudente. —decía Tails desde atrás de sus dos colas.

Pero cuando acabó de comprender, miró hacia el zorro y acarició con suavidad su cabeza, estaba encantado por haberlo podido sentir aunque haya sido un solo segundo, deseaba más y más pero tampoco quería incomodarlo ni presionarlo.

—Para nada, fue bastante hermoso de hecho.

Lo tomó de la mano y besó el dorso mientras lo miraba fijamente a los ojos, Tails siempre se sentía entre intimidado y maravillado por esos ojos de rojo intenso, así que solo se puso bastante nervioso y tembló un poco.

Cuando Shadow regresó a casa, Rouge entró segundos después.

—¿Que tal estuvo? —miró a su amigo de espaldas en uno de los sillones y se desplomó sobre los cojines luego de la pregunta —¿Como se supone que interprete eso?

—Mal... —comenzó a patalear como si hiciera un berrinche —¡Mal, mal, mal, mal, mal!

—¿Pero porque?

—¡Porque esa sabandija de dos colas existe!

Rouge se cruzó de brazos y lo miró muy molesta, se acercó hasta donde se encontraba y comenzó a regañarlo.

—No puede ser que cada que salgan a pasear regreses de la misma forma. Shadow, debes decidir que sientes realmente por él, no puedes estar en una eterna ambivalencia donde lo quieres matar a golpes y al mismo tiempo quieres casarte con él, tener la una casita y desayunar hot cakes juntos. —tomó aire para seguir hablando —No puedes jugar y confundir los sentimientos de Tails por siempre, al final él se acabará alejando al saber todas las cosas tan horribles y atroces que piensas sobre él y las que quisieras hacerle. —entonces, recordó el consejo de sus amigas —Tails es un muy buen partido para ti: es amable, cariñoso y tierno, a la par de muy inteligente y maduro, es excelente para ti, se complementan a la perfección.

El erizo analizó todo por unos dos minutos, pues la palabra "perfección" retumbó bastante en su cabeza. Creyó tener la mente serena después de tanto tiempo, comenzó a pensar con claridad hasta que le llegó una llamada y fue a contestar rápidamente.

—Hay unos robots robando una joyería, ¿me acompañas?

—Y de paso me llevó el zafiro que quiero, claro que si. —salieron rápidamente de casa y fueron con prisa al lugar del incidente —Pero cuando volvamos, sigue pensando en lo que te dije.