Elizabeth Swan llevaba un caótica vida como celebridad juvenil, hasta que el mundo de las drogas la llevo a tomarse un descanso de su carrera en el pequeño pueblo de su padre, dónde retoma sus viejas amistades, pasará unas buenas vacaciones y quizás...
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(Lizzy llega poco después de que Bella se enterará del regreso de Victoria)
Elizabeth Swan amaba su vida tal y como era, a pesar de que esta tomara giros muy inesperados constantemente.
En Phoenix ella era muy feliz. La ciudad más poblada de Arizona era especial para ella. En su infancia vivía ahí junto a su madre y su hermana, Bella, con quien era muy unida a pesar de ser muy distintas. Elizabeth adoraba a Bella, que siempre fue una hermana mayor muy atenta y Bella consideraba a Lizzy una chica brillante con un buen futuro, una chica aventurera que siempre era querida y adorada por todos los que la conocían, al igual que su madre. Eso hasta que Lizzy llego a un camino de prematura fama y el mundo de las drogas.
Elizabeth Swan a la edad de 7 años comenzó con simples trabajos en la industria como comerciales, pero todo ello cambio cuando a la edad de 10 años participó en un reality show en que se mostraban a jóvenes prodigios. A los 12 años se presentó una oportunidad perfecta para Lizzy: debutar como actriz en un rol protagónico de una saga que pronto seria popular durante sus años de filmación. La fama no tardó y con ella el mundo de las drogas, cosa oculta a la prensa por su agencia a petición de sus padres y para proteger la imagen de su estrella. Para su recuperación se explicó que Elizabeth tomaría un hiatus para centrarse en sus estudios básicos.
Durante los rodajes de las películas en qué participaba la chica, Lizzy vivió con su abuela en Downey, pues estaba mucho más cerca de Los Angeles que Arizona. Durante su rehabilitación pasó ahí la mayor parte del tiempo, alejada de su familia, con excepción de las veces que visitaba Forks y la pasaba con su padre. Lizzy amaba a su abuela profundamente, ya que consideraba que su madre en cierto punto la abandono al no poder con la carga de una hija drogadicta, pero la abuela y las constantes visitas de Bella y su padre, Charlie, la ayudaron a salir adelante y a su "exitosa" rehabilitación.
Para Lizzy fue pesado abandonar a la abuela, pero sabía que con su padre la pasaría bien y sabía que necesitaba un cambio de ambiente, porque quizá, sólo quizás: ella quería cambiar para bien. Para ella no sería tan pesado el cambio de ambiente como lo fue para Bella, porque, aunque amara el clima cálido, de hecho, ella tenía un amigo en Forks que conoció durante sus visitas a Charlie y ese amigo le había presentado a otros chicos, chicos con los que hablaba regularmente por correo y que se hicieron sus verdaderos amigos; ellos harían su llegada más alegre, ellos y sus inolvidables muchachos de La Push.
