La Novia de la Reina Abominable

Parías

Amity despertaba tranquilamente sobre su cama al sentir llegar a ella los primeros rayos de sol que se colaban por la ventana. Parpadeando un par de veces con sus múltiples ojos, estos se enfocaron sobre la hermosa chica que dormía a su lado. Entonces sonrió, como ya le era costumbre desde hacía unos meses. Le daban ganas de reír cuando lo pensaba. Desde el momento en que el primer humano que bajo de su barco puso un pie en su isla, estos nunca le agradaron. Eran superficiales, egocéntricos, materialistas y terriblemente moldeables por el miedo. Aún así, estos en uno de sus actos de crueldad y cobardía, le habían dado lo mejor su vida, su alma gemela, su amor, su Luz.

La morena comenzó a moverse debajo de las mantas y también despertó.

Luz: Mmm, buenos días hermosa. -Ella se acercó para darle a su novia su beso de los buenos días. Pintándose los labios de violeta al llevarse consigo un poco de la sustancia de la que estaba hecha la abominable.-

Amity: Jajaja, mi color sí que te queda.

Luz: Si, lastima que se desvanece fácil. Tendría que besarte como quinientas veces para conservarlo todo el día.

Amity: ¿Acaso buscas tentarme? -Preguntó pícaramente.-

Luz: Tal vez si, tal vez no. -Respondió con la misma actitud que ella.-

Cuando acabaron con su coqueteo matutino, Amity ayudó a Luz con su arreglo personal y bajaron a buscar el desayuno, que sorpresivamente estaba siendo preparado por unos Lilith y Alador que no dejaban de sonreír como unos recién casados. Emira, Hunter, King y Vee ya estaban sentados en el comedor.

Amity: Buenos días.

Luz: ¿Qué tal la mañana?

Vee: Relajada, aunque creo con demasiada miel. -Comentó señalando a los adultos.-

Emira: Concuerdo. Mamá, papá, se que están felices pero bajen un poco el azúcar. Nos están incomodando.

Lilith: Perdona querida. Pero creo no será posible. Cuando ustedes también se enamoren lo comprenderán. ¿No es así Luz, Amity? -Ambas se sonrojaron con mucha vergüenza. Aunque de igual forma asintieron dándole la razón.-

Tras pasar por ese pequeño momento de vergüenza, las jóvenes enamoradas vigilaban la colonia humana desde uno de sus diversos escondites, discutiendo qué recursos eran necesarios y cuáles serían los mejores asentamientos para apropiarse de ellos.

Amity: Obviamente, primero que nada, necesitaremos más papel y tinta. Con Hunter y Emira aprendiendo a manejar los glifos, se nos están terminando mucho más rápido que antes.

Luz: También quisiera darles unas piedras para afilar. Sus armas ya se veían algo melladas. 

Amity: No es mala idea. También podrían ser útiles para que Eda y Lilith cuiden de sus garras. ¿Qué te parece si tomamos las de la herrería que se encuentra en la plaza del centro? -Preguntó, señalando hacia el mencionado establecimiento que era completamente visible desde su ubicación.-

Luz: Mmm ... -Emitió un quejido que ocasionó duda en su compañera.-

Amity: ¿No te gusta la idea?

Luz: Es que ... a pesar de que cumple el criterio de tomar sólo de los más adinerados, no me siento muy cómoda en este caso.

La esposa del dueño de esa herrería se llama Kikimora, fue una de las que peor me trató de todos, pero su hija Viney es todo lo opuesto a ella. Cuando la señora Odalia me sacó de la casa de los Blight, ella me mostró amabilidad muchas veces sin importar lo que escuchara o le dijeran de mi. Una vez estaba a punto de morir de hambre a media calle del pueblo. Incluso estoy segura de que ya habían llamado a alguien para estar listo a recoger mi cuerpo y arrojarlo a una fosa. Pero Viney se agachó a mi lado a preguntarme qué me pasaba. Solo me dejo unos minutos para entrar a un puesto y regresar con una gallina rostizada entera y una jarra de agua. Verdaderamente salvo mi vida y no me gustaría hacer algo que dañase el patrimonio que sería su herencia. -Amity solo se quedó observando a su morena en silencio con una gran sonrisa.-