El Dragón Congelado (Freezing Dragón)

Capitulo 1: ¿Quién soy?

Antes de comenzar aclare como están divididos los diálogos de los personajes, como la descripciónes.
Ya que he visto gente confundida con mi estilo de separar.

Lo que esté entre comillas "" serán los diálogos de los personajes.

Y lo que no son descripciónes y pensamientos.

Ahora sí comencemos con esta historia.

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La penumbra se cernía sobre él como un manto invisible, un susurro insistente que le llamaba desde la oscuridad. "Despierta", resonó la voz en su mente, y el chico, como si estuviera atrapado entre el sueño y la vigilia, abrió los ojos.

El entorno se reveló ante él, aunque no completamente oscuro, más bien un paisaje bañado por la luz tenue de la noche. Las gotas de lluvia danzaban en el aire, pintando un cuadro líquido en el que él se encontraba inmerso, empapado hasta los huesos. "Espera, pero ¿dónde estoy?" se preguntó, su voz apenas un susurro perdido en la sinfonía de la lluvia.

Miró a su alrededor con desconcierto, tratando de descifrar el enigma de su ubicación. Un dolor punzante se hizo eco en su cabeza, como si intentara recordar algo que se resistía a emerger. "Me duele la cabeza... no puedo recordar nada de lo que pasó", murmuró mientras luchaba contra la niebla que envolvía sus recuerdos.

El sonido metálico reverberó en el aire, acompañado por el tacto frío y liso que se filtraba a través de sus manos. Tocó el suelo y se dio cuenta de que no era tierra firme, sino una superficie metálica que le devolvía una sensación de incomodidad en la espalda y la parte inferior del cuerpo. "Al menos no estoy resfriado", pensó irónicamente, buscando algún consuelo en medio de la extrañeza de su despertar.

Entre gemidos de dolor, trató de recordar quién era. "Mi nombre es...", murmuró, pero las palabras se desvanecieron entre sus labios. Sintió un nudo en el estómago mientras sus pensamientos se enredaban en una nebulosa confusa. "Son Goku... Saiyajin del planeta Tierra", pronunció, como si esas palabras fueran las últimas anclas de su identidad en ese desconcertante momento.

"Aggghhhhh... mi cabeza", se quejó una vez más, mientras luchaba contra el vértigo que acompañaba cada intento de recobrar la memoria. La oscuridad y la lluvia parecían conspirar en su contra, envolviéndolo en un misterio que solo el tiempo y la voluntad le permitirían desentrañar.

"¿Por qué no puedo recordar nada? ¡Siento que he perdido algo importante! Pero, ¿qué es?" Se preguntó con desesperación, su mente envuelta en un manto de incertidumbre. Cada pensamiento parecía un rompecabezas cuyas piezas se negaban a encajar.

"Aggghhhhh, mi cabeza", gemía, como si las respuestas estuvieran a punto de aflorar, pero la niebla mental persistiera implacable. Decidiendo finalmente levantarse a pesar del dolor punzante que retumbaba en su cráneo, notó su vestimenta desgarrada y maltrecha.

La parte superior de su atuendo yacía en ruinas, como si hubiera sido testigo de un feroz enfrentamiento. En cambio, la parte inferior mantenía cierta dignidad, aunque marcada por agujeros que contaban historias silenciosas de su pasado reciente. Mientras exploraba las secuelas de lo desconocido, las heridas emergieron gradualmente, descubriendo una gran laceración en su costado izquierdo.

La sangre brotaba con cada esfuerzo, pintando su piel en tonos oscuros. Con determinación, llevó una mano hacia la herida, sintiendo el dolor agudo que la acompañaba. Intentó, con gestos torpes, taparla de alguna manera, como si tratara de sellar no solo la fisura en su carne, sino también los vacíos en su memoria.

En medio de la oscuridad y la tormenta, luchaba no solo contra las heridas físicas, sino también contra el velo que ocultaba los fragmentos de su pasado. Aunque su vestimenta reflejara el caos de una batalla olvidada, la verdadera guerra se libraba en las profundidades de su mente, donde las piezas dispersas de su identidad yacen esperando ser reconstruidas.