Capitulo 9: Sentimientos Aceptados.

942 86 12
                                    


La atmósfera estaba cargada de electricidad, como si el mismísimo universo contuviera el aliento. Sus miradas chocaron en un destello de intensidad, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse a su alrededor. Todo quedó en silencio, solo interrumpido por el suave murmullo del viento entre las hojas de los árboles.

Él, con su cabello negro como la noche ondeando al viento, irradiaba una confianza serena, como si estuviera en perfecta sintonía con el cosmos. Mientras tanto, el otro, con una determinación feroz brillando en sus ojos, representaba una fuerza imponente de pura naturaleza.

El campo de batalla se convirtió en un escenario donde solo importaban ellos dos, listos para el inevitable choque. En un parpadeo, se desvanecieron del mundo exterior, sumidos en su propio enfrentamiento, donde cada movimiento era una danza de habilidad y estrategia.

La hierba susurraba bajo sus pies mientras avanzaban con paso firme, cada uno calculando su siguiente movimiento con astucia. La Luna se filtraba entre las ramas, pintando patrones de luz y sombra sobre sus figuras en tensa espera.

Los espectadores invisibles, las criaturas del bosque, parecían contener la respiración, como si sintieran la inminencia de un gran acontecimiento. En aquel rincón apartado de la naturaleza, la energía fluía entre los contendientes, creando un aura de anticipación que casi se podía tocar.

Cada gesto, cada mirada, estaba imbuido de significado, como si hablaran un lenguaje propio que solo ellos entendían. Y entonces, con un movimiento coordinado, se lanzaron uno contra el otro, fusionándose en un torbellino de velocidad y habilidad.

El choque de fuerzas era casi ensordecedor, resonando en el aire como un trueno distante. Cada golpe, cada esquiva, era ejecutado con una precisión milimétrica, como si estuvieran bailando al ritmo de una melodía invisible. Y así, en medio de aquel duelo épico, la naturaleza misma parecía inclinarse para presenciar su encuentro.

Chiffon se movía con agilidad entre los edificios de Genétics, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba los estragos dejados a su paso por Kazuya.

"¿Dónde demonios te has metido, Kazuya?", se preguntó en silencio mientras escudriñaba cada rincón en busca de algún rastro de su compañero.

De repente, una voz conocida la llamó desde atrás, interrumpiendo sus pensamientos. Chiffon se giró rápidamente y detuvo su carrera al reconocer a la persona que se aproximaba.

"¡Elizabeth!", exclamó Chiffon con alivio al ver a su amiga aterrizar a su lado.

"¿Qué está pasando? Escuché la alarma y luego vi los destrozos por donde pasó", preguntó Elizabeth, su mirada llena de preocupación.

Chiffon intentó tranquilizarla con una sonrisa forzada. "Solo un pequeño inconveniente, pero no es nada de qué preocuparse. Solo vuelve a tu habitación".

Elizabeth frunció el ceño, sin dejarse engañar. "No me mientas, Chiffon. No soy tonta como para no darme cuenta de lo que está pasando aquí. Estoy segura de que puedo ayudar, junto con Goku".

Chiffon sintió el peso de la determinación en la mirada de Elizabeth y supo que no podía retener la verdad por más tiempo. Suspiró resignada, sabiendo que no habría paz hasta que compartiera la información que tanto ansiaba su amiga.

"Está bien, te lo contaré", cedió finalmente Chiffon.

"Kazuya escapó", anunció con gravedad. "Y en este preciso momento estoy tratando de localizarlo para evitar más estragos".

Los ojos de Elizabeth se abrieron con sorpresa ante la noticia. "¿Escapó? Pero ¿cómo? Se supone que estaba en un lugar altamente custodiado".

"Incluso yo estoy desconcertada por ello", admitió Chiffon con frustración. "Pero tengo que encontrarlo con urgencia antes de que cause un caos mayor".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Dragón Congelado (Freezing Dragón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora