De pesadillas y Consuelos

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Nico giró la cabeza hacia ambos lados tratando de ubicarse, buscando algún punto de luz en esa espesa oscuridad. No podía ver nada pero aún así el miedo se anidaba en su pecho, provocando un temblor en sus dedos y acelerando los latidos de su corazón. No había ningún ruido y estaba cada vez más asustado al no poder mirar nada.

Inesperadamente el suelo comenzó a temblar y sintió un vacío en el estómago cuando este se abrió justo bajo sus pies haciéndole tropezar. Una luz entre rojiza y verde salía de la grieta. El terror creció en él y su corazón latía desesperado, haciendo doler su pecho, empezó a correr y podía sentir algo detrás suyo pero no giró, después de todo en la oscuridad ni siquiera podía ver por donde corría.

Su respiración era un desastre y el miedo lo estaba consumiendo, no sabía que hacer ni a dónde correr, su mente no podía anidar otro pensamiento más allá del temor que sentía. De repente tropezó con algo, sintió la característica sensación de vacío cuando comenzó a caer, lo que le hizo soltar un grito.

Gritó y se levantó del enredo de sábanas en su cama. Su respiración era rápido y superficial y su corazón aún galopaba tan rápido como en su sueño, el chico trató de calmarse y se giró un poco, extendiendo su brazo, buscando con sus temblorosos dedos el interruptor de la luz. La oscuridad solo le hacía recordar lo que soñó.

Cuando la luz invadió su cabaña solo pudo sentarse en la cama con los rastros del pánico aún haciendo estragos en él. Un suspiro de frustración salió de sus labios, sabía que ya no podría volver a dormir aunque lo intentara, el sueño ya había implantado la semilla del temor en él y no podía evitar sentirse observado a pesar que sabía no había nadie allí.

Se levantó para ir al baño y lavarse la cara y en el camino se giró tras suyo aunque sabía no encontraría a nadie allí. Cuando estaba saliendo del baño la puerta hizo un chasquido al cerrarse y su cuerpo saltó instintivamente ante el ruido, que volvió a desatar el miedo que ya creía haber controlado.

Penso un segundo y sintiéndose presionado por el miedo se acercó a su cama y con la sombra provocada por esta hizo un viaje hasta la cabaña de apolo, justo al lado de la cama de esa persona que podría darle un poquito de paz en ese momento. Lo miró, el rubio se encontraba profundamente dormido, su mejilla pecosa se aplastaba contra la almohada y sus rizos estaban desordenados por el movimiento al dormir, se veía pacífico y tranquilo en medio del sueño y Nico inmediatamente se arrepintió de haber ido allí.

No quería ser una molestia ni despertar a Will. Se dijo a sí mismo que ese sueño no había sido nada comparado con otros, que podría controlarse y dormir o simplemente esperar hasta que amaneciera. Rendido ante sus pensamientos se giró para hundirse entre las sombras cuando sintió una mano tomar la suya.

Hubiera dado un brinco y hasta gritado si no hubiera sabido de quien se trataba. No sabía cómo carajos lo reconocía pero ese era el toque de Will, con la vergüenza tiñendo sus mejillas se giró a mirarlo. Sus ojos aún estaban medio cerrados como asimilando su alrededor y Nico se derritió ante lo lindo que se veía recién despertado, en cambio Will lo observó con cuidado antes de hablarle en un susurró:

—¿Nico? ¿Que haces aquí?— su voz sonaba ronca y confusa por el sueño y su mano lo apretó, como confirmándose de que era real y no un sueño.

La idea de mentir y huir había tentado la mente de Nico, pero, si algo había aprendido a lo largo de su relación, era que con Will la comunicación era la mejor manera de salir de un problema. Además, el mismo había ido allí, así que lo mejor que podía hacer era sentarse y conseguir el calor y la paz que quería obtener del rubio.

Se sentó en la cama cuidadosamente y Will rápidamente se acercó, desenredandose de sus sábanas y sentándose a su lado mientras se frotaba un ojo con la palma de la mano, aún sosteniéndolo con la otra. Nico, a pesar de la vergüenza, se sentia más tranquilo y menos asustado, al menos ya no estaba solo, estaba en una cabaña rodeada por otros campistas y por su novio, que le apretaba levemente la mano mientras esperaba que hablara.

—He tenido una pesadilla— inicio en un susurró.— Me ha ganado el miedo. Terminé viajando por las sombras hasta aquí— confesó, esperando un regaño del rubio, con la mirada pegada al suelo y su corazón acelerado, ahora por algo un poco diferente al miedo, pero que igualmente le seguía revolviendo el estómago.

Para sorpresa de Nico, no recibió un regaño, sino que contra todo pronóstico Will solto su mano para rodearle los hombros y atraerlo hacia sí, haciendo que terminara con la cabeza apoyada en su hombro. Will tenía la capacidad innata para saber los pensamientos y necesidades de Nico, así que con parsimonia pasó sus dedos por el cabello de Nico, concentrandose para regular su pulso y su presión arterial para relajarlo.

—¿Fue muy malo?— pregunto Will en voz baja luego de un rato, cuando sintió el pulso de Nico normalizarse por completo y que este estaba tranquilo contra él.

Nico suspiró, el sueño no había sido especialmente gráfico o elavorado como otros, que incluían almas quejosas, monstruos, sangre o al tártaro. Pero había algo en el hecho de que todo era oscuro y que no sabía que lo perseguía que lo había hecho más aterrador que cualquiera, ya que podría haber sido cualquiera de esas opciones o hasta algo desconocido y peor. Eso era lo que lo asustaba más, no saber que había allí, por eso tenía tanto miedo.

—Lo siento— murmuró Will al ver que Nico pasaba tanto rato callado, sintió culpabilidad por haberle hecho recordarlo.— Ven, acuéstate conmigo.

Nico quería reír por las palabras dichas y lo mucho que podían malinterpretarse pero se dejó guiar hasta estar acostado con el rubio, quien estaba teniendo cuidado al acomodarse, no queriendo incomodar a Nico, se movió hasta que quedaron lado a lado, lo suficientemente cerca para rozarse y sentir el leve calor corporal del contrario.

—¿Quieres que te abrace? ¿Quieres mimos?— Nico río ante las ofertas del chico y sin responder se acercó hasta acostarse en su pecho. Will, tomando eso como un si, empezó a acariciar sus cabellos.

—Todo era oscuro y me sentía ridículamente observado, a pesar que no había nada ni nadie a mi alrededor— explicó el moreno en voz baja y Will asintió, acercandolo más a él.

—Bueno, ahora estás aquí conmigo y no está tan oscuro— Will usó un tono calmado y bromista, con intención de relajar a Nico, que en realidad ya se encontraba bien. Totalmente tranquilo y relajado ahora, ha sabiendas de que estaba acompañado y protegido.

—¿Podrían callarse y dormir ya? Siguen coqueteando por la mañana.— Soltó Kayla, con voz ronca y arrastrada, sus palabras hicieron sonrojar a Will y medio reír a Nico.

—Perdón por despertarte Kay— el rubio se giró un poco, aún rodeando a Nico, para hablarle a la chica que estaba acostada boca abajo en la litera tras la suya— ya nos callamos.

—Cuento con ello— murmuró para, acto seguido, taparse completamente con la sábana.

Nico y Will se miraron antes de reír un poco. Se acomodaron y cerraron los ojos dispuestos a dejarse llevar por morfeo al mundo de los sueños. Nico inhaló pausadamente, dejando entrar en sus pulmones el leve olor a colonia de Will, sintiéndose cálido y protegido en los brazos del pecoso, que lo rodeaba completamente como si de algo precioso y valioso se tratase, cosa que Nico no dudaba fuera para él. Will le subió un poco más la cobija, como si su propio calor corporal, que igualaba a una estufa, no fuera suficiente.

Con todas esas atenciones Nico estuvo seguro que por primera vez en días volvería a dormir toda la noche. Y aunque al día siguiente debieron soportar muchas bromas. Ambos, descansados y de buen humor, decidieron que había valido la pena.

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Estoy en finales:') deséenme suerte porque la necesito.

Voten y comenten. Al final despertaron como en la imagen de multimedia, todo lindos y abrazados❤.

Cuando termine el semestre quizá haga un mini maratón.

QUIZÁ

No prometo nada, depende como me vaya en los exámenes.

One-Shots SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora