One-Shots Solangelo

De primeras palabras y emociones

El atardecer era el momento del día favorito de Nico, el momento en que el cielo se teñía de naranja y el podía tranquilamente preparar un café y sentarse a ver un programa de televisión mientras Ángel jugaba en el suelo. Donde no había pájaros cantando, ni perros ruidosos, solo el sol bajando y los murmullos de su bebé haciendo eco.

Aunque al ser fin de semana quizá su pequeño se quedara con Will jugando en el cuarto o dibujarían en la mesa, no estaba seguro. Simplemente esperaba que fuera una tarde pacífica y silenciosa como la mayoría.

—Hay café en la cocina, voy a ver televisión— informó desde la puerta a Will que simplemente asintió sin mirarle mientras tomaba el pequeño juguete que le entregaba el bebé.

Nico se sentó y escuchó el leve murmullo de la voz de Will mientras le decía algo a su hijo, río mientras encendía la televisión, el sonido de esta opacado todo lo demás. Busco pacientemente por todos los canales y cuando encontró un programa de construcción escucho tranquilamente mientras tomaba su café.

La hora pasó mientras el programa avanzaba y el término su café posando la taza sobre la mesita de al lado, recostó su cabeza del espaldar y quizá se hubiera quedado dormido de no ser por los gritos de su pareja un segundo después.

—¡Nico! ... ¡Cariño, escucha!— El corazón de Nico saltó ante los gritos y se levantó a trompicones del sofá para correr a la habitación, encontrándose con Will a medio camino.

Se relajó al ver la sonrisa gigante en el rostro pecoso y simplemente frunció el ceño.

—¿Qué carajos Solace? Me asustaste— trató de golpear a Will en el brazo pero este le esquivó.

—Escucha Nico— repitió y volteó a ver a Ángel— anda, dile lo que practicamos.

Ángel giró a ver a Nico, su carita regordeta dudosa vio de nuevo a Will y este le dio una sonrisa de ánimo, Ángel respiró profundo.

—Papá— soltó con voz bajita y Will le abrazó fuertemente con un gritó que le hizo reír. Nico estaba pasmado delante suyo.

—Otra vez— pidió Will acercándose a Nico que les miraba atentamente, asimilando la información con una sonrisita temblorosa creciendo en sus labios.

—Papá— repitió Ángel y Nico sin dudarlo lo arrebató de los brazos de Will para abrazarlo con la emoción consumiéndole totalmente.

Will les miró mientras Nico respiraba desastrosamente, besando todo el rostro de Ángel y riendo de emoción, su bebé le acababa de decir papá por primera vez.

—Papá— soltó nuevamente, más animado al ver la emoción de ambos adultos por sus palabras.

—Si, somos tus papás— Nico le abrazó fuertemente con el corazón acelerado, sus manos temblaban de felicidad y miró a Will que le miraba satisfecho por su logró.

"Dile lo que practicamos" Nico se sintió maravilloso al pensar que Will había pasado días o quizá semanas intentando que Ángel dijera esa palabra. Se acercó a él y aún abrazando a Ángel se recostó de su pecho y sintió los brazos del rubio envolverlo rápidamente sin ninguna duda.

—Papás— repitió Ángel, la única palabra que conocía por el momento, esperando ver más emoción y diversión de parte de ambos adultos.

Las emociones en ambos fueron demasiadas y se quedaron allí, abrazados y sonriendo tontamente durante un rato. Mientras Ángel, ajeno al peso e importancia de estas palabras, repetía una y otra vez "papá" y "papás" en espera de más diversión.

Aunque cuando Will acarició sus cabellos se recostó de ellos, dejando que le abrazaran y mimaran durante un largo rato. Nico se movió unos minutos después guiando a su familia para terminar sentados sobre el mueble, Ángel en sus piernas y el siendo abrazado por Will.

Pasando así a tener una tarde ya no tan silenciosa porque Ángel no dejaba de repetir "papá" una y otra vez solo para que ambos le movieran de aquí para allá. Will y Nico lo elogiaban y abrazaban entre su emoción, la calidez se expandía entre ambos y se filtraba en su bebé demostrándole con algo más allá de sus acciones, algo que se sentía en el ambiente, lo mucho que lo amaban y lo felices que los hacia su voz formando esa palabra.

Empezaron a intentar que Ángel dijera otra palabra, incluso probaron con sus nombres, pero ahora que el bebé estaba en el pequeño barco de emoción que había zarpado ante tantas atenciones y emociones por su primera palabra no quería bajarse, repitiendo lo mismo una y otra vez sin parar.

Algo que a la pareja realmente no le molestaba, Ángel podría decirles así las veces que quisiera sin ningún problema. Y ciertamente el bebé no perdió oportunidad de hacerlo luego de ese día, al levantarse para que le sacaran de la cuna, mientras comía para llamar su atención, frente a la puerta cuando era hora de que llegara Will.

Un montón de veces a partir de ese día.

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Bueno... No funciono.