Baham.
- ¿Tú eres H? - preguntó Baham.
- ¿Por qué te sorprendes? - inquirió Hécate - ¿Acaso no cumplo tus expectativas?
Baham palideció. Lo que menos quería era insinuar un insulto hacia una diosa como Hécate.
- No es necesario que respondas - habló la diosa antes de que pudiese contestar. - La mayoría de los que vienen por aquí esperan encontrarse con un "dios grande y fuerte" con complejo de salvador que pueda ayudarles, y se sorprenden al encontrar una "diosa delicada e indefensa". Que pensamiento más decepcionante...
Baham agachó la cabeza y evitó cruzar mirada. Era exactamente lo que había pensado. Y es que aquel estereotipo no podía estar más alejado de la realidad. Hécate no parecía ser ni delicada ni alguien que se encontrase indefensa. Su propia presencia en la habitación infundía un aura de poder.
- Pero bueno, - siguió. - vayamos directo al grano. ¿Por qué estás aquí? Y no te molestes en mentir, sabré si lo estás haciendo.
¿A qué se refiere con eso?
- Como tal vez ya sepan, dentro de unos días se conmemorará el primer aniversario de la Creación y habrá un baile en el Palacio del Sol, a modo de celebración. Yo... - comenzó a divagar. - necesito ayudar a un amigo a poder entrar al palacio sin que Universo se entere.
- ¿Universo? - preguntó Nyx, desde el otro lado de la habitación. - ¿Qué tiene que ver mi hermano en todo esto?
¿Hermano?
- Cariño, deja hablar a nuestra invitada.
- Oh, cierto.
Baham, quien seguía sorprendida ante aquella revelación, no notó que ambas diosas la miraban fijamente para que continuase.
- Uhm... si - se aclaró la garganta. - Universo definitivamente no se puede enterar de que él estará en el baile.
- ¿Y quién es este amigo?
- Selien. Él es el dios de la...
- ¡Con que Selien quiere desafiar al idiota de Universo! - exclamó Hécate, divertida. - Que novedad...
- ¿Lo conocen?
- Se podría decir que si - respondió Nyx. - Técnicamente, acompaño a Selien y a las Estrellas cada noche, aunque ustedes no puedan verme.
- Pero... ¿Cómo?
Nyx no respondió. Hécate se limitó a sonreír, cómo si ella tuviese la respuesta a todo, lo que probablemente era cierto.
- Nyx, ¿Podrías por favor traerle una copa a Baham?
Nyx obedeció gustosa. Al cabo de unos minutos, regresó con una copa y una botella. Sin embargo, cuando se dispuso a llenarla, la copa cayó y un leve mareo provocó que la diosa casi cayese al suelo. Rápidamente, Hécate la alcanzó.
- ¡Nyx! - exclamó. - ¿Qué sucede?
- No es nada... - masculló ella mientras se llevaba una mano a la cabeza.
Llevaron a la diosa al mismo sofá en el Baham había estado tiempo atrás. Mientras Hécate la arropaba, Baham fue por un vaso de agua.
- Todo esto es culpa del idiota de tu hermano - gruñó Hécate.
- No lo llames así... - le reprendió Nyx.
- Perdón por entrometerme, pero ¿De qué están hablando?
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Atardecer en el Palacio del Sol
FantasySelien, el dios de la Luna, vive en el exilio, distante de los demás dioses, percibido como una amenaza. Sensible, apasionado y un soñador, ha aprendido a mantenerse alejado del resto. Su único consuelo es el frío y distante Palacio de la Luna, junt...