Reviso de nuevo la dirección entre sus manos, era la tercera vez que iba a ese lugar, de nuevo obtuvo la misma respuesta, no sabiendo que hacer se sentó en un banco, había un parque justo al frente de ese edificio, mientras la gente transitaba por ahí pensó que seria bueno tomar se un tiempo mientras meditaba que iba a hacer, soplo tratando de alejar unos mechones de su rostro, no quería regresar a casa de nuevo con las manos vacías, después de unos largos minutos vio un carro muy elegante detenerse al frente del edificio, vio a un sujeto de cabello negro salir de el acompañado de otros hombres, fue hasta que visualizo a una de las secretarias del edificio salir con prisa para recibirlo.
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¿Y si es él?
Se puso de pie inmediatamente, justo antes de alcanzarlo un hombre le impidió el paso.
—Hey, déjeme pasar, necesito hablar con el -dijo mientras luchaba por pasar.
—Lo siento pero eso no es posible. -Hinata hizo un puchero, sin desanimarse comenzó a gritar.
—¡Hey señor Uchiha! ¡Necesito hablar con usted! ¡Es importante! -sus gritos tuvieron efecto, aquel hombre la voltio a ver.
—Esperen.-dijo a sus empleados —¿Quién es ella?
—Lo siento señor, es solo una...
—¡Señor Uchiha! lo siento, necesito hablar con usted es importante.
—No puede ser -expreso asombrado —¿A caso eres familiar de Hanna?
—Así es señor soy su hija. -se quedo sorprendido mirándola por unos minutos, pidió que la dejaran acercarse, la llevo hasta su oficina para escucharla.
—Disculpe por la forma tan...brusca de mi personal. -tomo asiento frente a ella invitándola a imitarlo.
—No se disculpe.
—No puedo creer, tienes un gran parecido a tu madre, por un momento pensé que eras ella,¿Cómo esta ella?
—B-bien, bueno en lo que cabe.
—¿Por qué dices eso? Dime ¿Por qué Hanna te a mandado a buscarme?
—Vera, han sido varios días, he yo, bueno, fueron varios días en los que he pedido hablar con usted pero sus empleadas no me han dejado, veo que nunca le llegaron los mensajes que pedí que le dieran al parecer tampoco los de mi mamá.
—Lo siento, me disculpo por ello, es política que deben seguir. Sabes, conocí a tu madre hace muchos años atrás fuimos amigos.
—Lo sé
—Dime qué es lo que necesita tu madre, de verdad.
—Vera, necesito que me ayude a contactar a mi padre.
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—¿Tú padre? -contesto sorprendido. —Disculpa pero no tengo idea que quien sea.
—Si, mi madre me dijo que usted lo conoció, que usted puede contactarlo.
Fugaku
La niña que estaba frente a mi me estaba preguntando quien era su padre, la verdad no puedo pensar en nadie que haya podido conquistar el corazón de Hanna, siempre fue una persona trabajadora enfocada en sus metas decía continuamente que el amor no era para ella.
La conocí en el año de 1978, en ese entonces éramos unos niños mi abuelo le compraba las frituras que vendía, había comenzado a vivir en la calle después de huir de su madre quien se dedicaba a la vida galante, por lo que me conto Hanna su madre quería que siguiera sus pasos, cansada del maltrato y de los constantes acosos de los clientes de su progenitora había decidido salir de ahí.
Para cuando comencé la secundaria Hanna y yo éramos ya éramos amigos, mi abuelo la convenció de trabajar para nosotros ya que a ella no le gustaba la caridad, quería ganarse todo con el sudor de su frente, esa era una frase contante de ella.
Mi abuelo quería protegerla de los peligros de la calle por lo que siempre trataba de darle tareas incluso se ofreció a pagarle la escuela. Yo me gane una beca en uno de los mejores colegios del país para estudiar la preparatoria, yo quería que estudiara conmigo pero ella se negó, acepto ir a la escuela pero solo los fines de semana ya que se dedicaba a vender golosinas afuera de las escuelas.
Por supuesto Hanna estuvo cerca de mi en todo ese tiempo incluso le presente a mis amigos quienes fueron respetuosos, al iniciar la universidad mi abuelo murió por lo que tuve que irme con una tía lejana en el extranjero, ahí fue cuando perdí comunicación con Hanna. De verdad no tenia idea que quien seria la persona con la que Hanna tuvo una hija.
Era difícil saber, ella no tenia las características de un viejo conocido, al menos uno que recuerde, le había sacado todo a su madre.
—¿Tú padre dices? perdón por la pregunta pero ¿Sabes cómo se llama?
