23┃daddy?

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"¿Qué le pasa al jefe?" preguntó Mark mientras se acercaba a Derek frente a la mesa de operaciones.

Es un drogadicto", respondió el neurocirujano mientras se echaba un colirio en los ojos.

"¿Él?" reflexionó Mark, "tú eres el que parece estar colgado".

"Sólo estoy cansado".

"Déjame adivinar", sonrió, "Meredith y tú habéis vuelto a estar juntos y habéis estado toda la noche haciendo salsa horizontal".

"Mambo. Mambo horizontal", corrigió Derek con una sonrisa. "Y Meredith y yo, sólo somos amigos".

"No existen los simples amigos", se encogió Mark.

Derek resopló ante el otro asistente. "¿Eso crees?", preguntó antes de dar un codazo a la mano del cirujano plástico. "Entonces, ¿para quién es el café?".

Mark se detuvo un momento al escuchar las palabras de Derek. "Para mí", respondió antes de dar un sorbo y alejarse.


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NORAH SE ACERCÓ al puesto de enfermería, donde la encimera estaba llena de cajas de electrodomésticos. Tostadora, gofrera, batidora, licuadora, olla arrocera; la que más le llamó la atención fue la cafetera exprés.

"Menudos regalos de boda tenéis aquí", dijo mientras se acercaba a la cafetera.

"Sí, y los está regalando", informó Izzie. "Me pido la Mixmaster".

"No te voy a regalar la Mixmaster", dijo Cristina con sorna.

"Creo que la tradición es que los devuelvas", sugirió Meredith.

"No sé tú, pero mi madre me enseñó a no devolver los regalos", dijo Norah. Mark se acercó por detrás de ella, mirando la misma máquina en la que ella había puesto sus ojos. Le apartó la mano de un manotazo antes de que pudiera tocar la caja.

"Mi madre está muerta", dijo Meredith encogiéndose de hombros.

"Burke se inscribió en esta mierda. Ahora soy yo la que tiene que lidiar con ella", despotricó Cristina. "Así que lo estoy utilizando para obtener un beneficio profesional".

"¿Seguro que estás preparada para desprenderte de esto?" preguntó Mark, rozando con la mano la caja de cartón a pesar de la continua protesta de la morena residente.

"¡Eh, yo quiero esto!" argumentó Norah, enviándole una dura mirada.

"Cariño, no hay nada que quiera de ti... excepto quizá tu cerebro, así que...". Cristina sonrió y se volvió hacia el cirujano plástico: "Es tuyo si puedo ayudarte en el colgajo romboidal en tu próxima reparación de defectos de Mohs".

Mark levantó la mano de Norah de la cafetera, y ella le robó el café de la mano. "Ven con papá", murmuró, aunque sus palabras iban menos hacia la máquina y más dirigidas al residente.


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"Así que hoy estoy al servicio del doctor SLOAN", habló Timothy junto a Norah. "Una situación jodidamente extraña para estar, pero sólo he estado viendo a Stevens haciendo el desbridamiento de nuestro paciente".

"Sloan odia a los internos", se encogió Norah.

"Excepto a ti"."Te doy un consejo", se rió y se volvió hacia él, "demuéstrale que tienes buenas manos en plástica y empezará a darte trabajo".

lo prometiste | mark sloanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora