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𝐓/𝐧 (𝐭𝐮 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞) ☘︎

-Por fin amor mío... - Entró a la habitación, yo sólo me remití a levantar la mirada. - Por fin nadie te está buscando y nunca más lo harán. La policía cerró el caso y tu familia...bueno, ya nadie interferirá nunca más entre nosotros. - Asentí con la mirada baja. - ¿No te hace eso feliz cariño? Al fin tendremos la vida que siempre quisimos. Al fin han entendido que tú eres mía y sólo mía. - Su voz se volvió más grave.

Mi mirada se nubló por el cúmulo de lágrimas que quería sacar. El nudo en mi garganta se intensificó haciendo que me costara respirar. Tenía tantas ganas de gritarle todas sus verdades y apuñalarlo con lo primero que me encontrara...

Pero no lo haría. Aprendí mi lección.
La última vez que hice eso me obligó a tener sexo por no sé cuántas horas...aquel maldito encuentro tan doloroso y forzado que sangré tanto hasta que perdí la conciencia en parte también por el gran dolor que me causó.

Me tomó del mentón con algo de fuerza, obligándome a levantar el rostro hacia él. Su mirada comenzaba a llenarse de coraje, y sabía perfectamente lo que pasaba cuando aquel se enojaba...no...no quería eso, no otra vez.

No podía recordar quién era yo ni nada de mi pasado...todo se volvía borroso y confuso.

Había perdido la noción del tiempo, ya ni siquiera tenía idea de cuánto tiempo había pasado aquí.

Y ya ni siquiera me interesaba.

Es decir, ¿Qué caso tenía pelear por algo que no recordaba y luchar contra algo inevitable como lo es el tiempo?

Llevaba todas las de perder...pero estaba harta de esto, de vivir siendo un trofeo, un objeto y nada más.

Así que, hacía tiempo que yo también me traía un plan entre manos. Y si tenía éxito, podría al fin salir de aquí...sin importar el hecho de que nunca recordaría quién fui y que jamás encontraría a mi familia...pero ya, sólo deseaba con toda el alma salir de aquí.

Con suavidad, llevé su mano de mi mentón a mi mejilla, tragándome mis lágrimas, sonriendo despacio y asintiendo con la cabeza.

De inmediato su mirada se volvió suave y una sonrisa victoriosa adornó sus labios.

-Lo han entendido y eso es lo que importa. - Respondí cerrando los ojos cuando aquel comenzó a acariciar mi mejilla. - ¿No te gustaría celebrarlo? - Pregunté cambiando a una voz más sensual.

Sus ojos comenzaron a oscurecerse, mirándome con deseo.

Me puse de pie, abrazándolo por el cuello y dejando que sus manos me recorrieran la silueta...aunque por dentro moría de asco de sentirlo en mi piel.

Por alguna razón, mi rostro no expresó ese asco y miedo, sentí la capacidad de ocultarlo "actuando" mi sentir.

*ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ*

Sus manos suaves recorrieron mi cintura lentamente, tan cuidadoso como si estuviera admirando una piedra preciosa...cuidando que no me fuera a romper.

-Eres tan divina... - Bajó su tacto a mi cadera, apenas apretando. - Oh amor... - No me di cuenta cuando su tacto fue hasta mi trasero, apretándolo a su gusto...gracias a mis genes y el ejercicio, siempre había tenido un cuerpo envidiable y bastante buenos atributos. Tomando mi trasero una vez más, me pegó a su cuerpo haciendo que mi entrepierna entrara en contacto de una manera muy clara con su erección dura, palpitante y creciente. Entonces mi sexo se mojó y supe lo mucho que quería que me hiciera el amor.

*ғɪɴ ᴅᴇʟ ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ*

Aquel flashback llegó a mí de una manera más clara, mi corazón comenzó a latir con fuerza y una emoción me recorrió de arriba a abajo y viceversa. Por primera vez en todo este tiempo algo había llegado a mí de una manera más clara.

𝐏𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora