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𝐓/𝐧 (𝐭𝐮 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞) ☘

Caminé hasta la habitación que me habían señalado, tendría la primera sesión con mi psicóloga quien resultó sorprendida pues fui yo quien la había solicitado.

Al entrar vi un gran consultorio blanco con una gran ventana que iluminaba de una manera perfecta la habitación, había pequeñas plantas, una estantería llena de libros de colores varios, un escritorio de cristal con libretas, un pequeño portalápices y una laptop, también había un sillón blanco individual donde supongo ella consultaba y enfrente pegado a la pared un gran sillón gris.

-Pasa nena, siéntate. - Animó la psicóloga y me regaló una sonrisa que me inspiró confianza.

Me senté en aquel sillón, ella se recargó en su escritorio del lado contrario a dónde se sentaba y me miró unos segundos.

-A todo el equipo nos alegra que a tan pocas horas de tu rescate estés teniendo una respuesta positiva ante el estímulo de convivencia y de tu compañía. - Asentí. - Y me alegra muchísimo que hayas decidido consultarme acerca de tu sueño.

-¿Y puedo saber porqué envió a Aidan a consultarme todos los detalles? No es que haya sido incómodo o me moleste, pero, ¿Para qué?

Por la mañana había pedido una consulta con mi psicóloga, quien fue a verme y le di el contexto de la situación, sentía que necesitaba hablarlo con ella. Luego de una hora Aidan llegó a la habitación y platicamos un poco, luego me dijo que había sido enviado por la psicóloga y necesitaba saberlo todo pues lo necesitaría. Se lo conté, pero no tenía idea del para qué.

-Claro, él es uno de los más involucrados en tu caso, visto a que fue al primero que viste al despertar y con quién encuentras la paz en medio de tus ataques, lo envié a conocer ese "sueño" a lujo de detalle, pues puede que no se tratara sólo de un sueño. Verás, tu mente empieza a saber que estás a salvo y que aquí no hay peligro alguno, y al tener el estímulo de haber tenido a un hombre de tu confianza tan cerca tuyo pudo haber empezado a desbloquear tus recuerdos.

-¿Y por eso él necesitaba saberlo?

-No, él necesitaba saberlo porque él ha ido directamente con tu marido a consultarlo y a conocer la situación a lujo de detalle. Tú sabes que por tu salud, tu marido como tal no se puede presentar frente tuyo, así que Aidan tomará ese papel. Cuando se lo pida, él comenzará a hablarte como tal y si tú lo deseas, tu esposo ha permitido el contacto físico hasta donde es sano. Claro que sólo será para la terapia y que esto nos ayudará contigo, necesito que seas del todo honesta y dejes que tu corazón hable, pues Aidan será intermediario hasta que estés lista para enfrentar las consecuencias de ver a tu marido.

Asentí tragando saliva.

Todo estaría bien, sólo era terapia.

Aidan entró enseguida, me sonrió y se sentó en aquel sillón blanco.

La psicóloga y él se miraron y ella asintió, luego ambos me miraron de manera suave. Sonreí nerviosa, ¿En qué me había metido?

Ella tomó su libreta en silencio y Aidan me regaló toda su atención.

-Bien nena, ¿En qué nos habíamos quedado?

Lo miré nerviosa y sentí el calor subir a mis mejillas. Respiré muriendo de vergüenza, mordí mi labio con miedo y lo miré.

Si él tenía que entrar en el papel de mi marido entonces yo entraría en el de su mujer.

-En cómo entrabas en mí y tu mano iba hasta mi punto más dulce, lo que me hizo sentir como tu corazón latía con tanta fuerza como el mío...tus embestidas eran tan...suaves que me transmitían amor, el hecho de estar juntos me hacía sentir segura, amada, deseada, protegida... - Suspiré y él asintió.

-Muy bien, esa noche lo hicimos tal y como lo recuerdas, delicado, con amor. Luego de hacerlo te recostaste en mi pecho y comenzaste a hablar acerca de cómo sería tener un hijo y lo mucho que deseabas ver la mezcla perfecta de nosotros corriendo por el patio y riendo mientras tú disfrutabas de verle feliz y yo de amarlos a ambos. Entonces te pregunté si estabas embarazada, realmente no había cosa que me hiciera más feliz en el mundo...el amor de mi vida llevando mi semilla en su vientre.

Cerré los ojos unos segundos mientras dejaba que su voz me guiara intentando imaginarlo.

Guardó silencio enseguida, creo que mi pareja no quiso hablar más y entendía el porqué. El estar embarazada ahora era completamente improbable.

-Entonces sucedió tu desaparición.

-¿Esa noche?

-A la noche siguiente, sólo desapareciste de la premiere y de inmediato supe que algo estaba mal.

"No eres nadie" "Soy tu todo, maldita" "No necesitas libertad, no necesitas algo más que no sea yo" "Nadie te está buscando y nadie nunca más lo hará"

Flashbacks de aquel maldito volvieron a mí recordándome que no era nadie y no lo valía en absoluto.

De inmediato abracé a Aidan y sollocé entre sus brazos. La tranquilidad volvió poco a poco a mí al sentir sus brazos abrazarme y dejar fuera todo el miedo y el dolor.

Recargué mi cabeza en su hombro y cerré los ojos ante tal sensación, sin importar nada más.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2023 ⏰

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𝐏𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora