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Roseanne, el día anterior, pasó de estar en casa de Jennie a terminar en el hospital. Regañadas de su madre y padre se llevó, obviamente, Roseanne tenía una dieta estricta a causa de ser intolerante al gluten y debía de tomar algunos medicamentos para tratar lo mismo, y no volver a pisar el hospital.

Le pasaba más de niña que ahora, que es adolescente donde es más responsable de sí misma, pero eso no quita que haya descuidos.

Y Jennie, entre negaciones y negaciones, logró asistir a casa de Roseanne. Su madre se lo negó en un principio, pero únicamente por Nayeon accedió a darle permiso.

Ahora está de camino a la habitación de Roseanne, entre molesta y preocupada por la nombrada, pero trata de disimularlo.

—Perdona a mi hermana, en serio jamás les dije que eras intolerante al gluten —murmura apenada, estirando una taza de té a la menor.

Roseanne la recibe con una sonrisa y niega con su cabeza sutilmente, para después dejarla en la mesita de noche.

—Está bien, no es su culpa. Lo importante es que estoy mejor.

—Pero idealmente no debías de terminar en el hospital luego de cenar con mi familia —Jen se recuesta a su lado, luego de haberle dado la taza— Lo siento, cariño.

—Oh, de verdad no te tienes que disculpar —Roseanne sonríe— Son cosas de imprevisto, además que yo debí de ser responsable y preguntar antes de comer. En realidad es un fallo mío.

Jennie no responde, solo se acurruca al lado de Roseanne buscando cariño de la misma y también calidez, porque una de las mejores cosas que puede hacer un fin de semana, es recibir todo tipo de gesto cariñoso que venga de Roseanne.

—Tú te enfermas solo porque mi mamá me pidió que te llevara a casa. Si piensas que mi familia es un desastre, estás en lo correcto —suspira, acariciando el vientre de la menor con lentitud.

—No son un desastre —sabe que sí— No totalmente.

Jennie solo se acomoda sobre el pecho ajeno, calmando su respiración cuando las yemas de los dedos de Roseanne comienzan a acariciar su hombro con suavidad y delicadeza.

Roseanne siempre toca su cuerpo como si fuese un cristal, no ha tocado un solo cabello suyo sin consentimiento de Jen y la misma se muere porque la menor deje ese cuidado, esa sutileza y ternura, para poder dar cierto peso que, a perspectiva de Jisoo, es la peor cosa que podrían hacer para su pequeña.

Pero nadie está ahí aparte de Roseanne. Los padres de la misma siguen trabajando, están completamente solas y su novia está mucho mejor del estómago que antes.

—Rosie —llama tiernamente.

—¿Mmh?

—No hay nadie en casa... —murmura, comenzando a jugar con sus dedos sobre el vientre de Roseanne— Podríamos...

—¿Podríamos qué?

Jennie se levanta un poco más, únicamente para conectar sus ojos con los de Roseanne y centrarse en esa brillante mirada que realmente la enamora.

—No me hagas decirlo.

La menor ríe.

—¿Tú quieres hacer eso?

𝑹𝒖𝒅𝒆 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora