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—Estoy harta de la novia de Jennie. Har-ta.

Hirai Momo toma un sorbo de la taza de té, en casa de Jisoo escuchando a la misma quejarse sobre la pobre e inocente chica que se hace llamar novia de su pequeña hija.

—¿Qué hizo aparte de existir?

—Escúchame —Momo la mira atentamente— Tiene una perforación en el labio y en la nariz, es una vándala. Ocupa ropa negra, no tiene más creatividad para otros colores.

—Bueno...

Jisoo interrumpe sus siguientes palabras.

—¡Anda en motocicleta! ¡Una puta motocicleta! Ahí no me va a traer a mi princesa —niega fuertemente— La detesto.

—Creo que es una exageración.

—No me vengas con las mismas frases de mis hijas porque tú eres mi mejor amiga y me tienes que apoyar —la señala.

—¿Puedo darte un ejemplo para que sepas que estás exagerando? —pide, causando confusión en Jisoo— Jeongyeon igualmente protege demasiado a Lia, pero desde que está conociéndose con Ryujin la peor limitación que le colocó, fue salir hasta las doce de la noche porque las calles en la madrugada suelen ser peligrosas. Entonces, me gustaría que compararas tu trato con el de Jeongyeon y veas cuál es el más correcto.

—El mío.

—Joder, Jisoo —bufa la de cabello negro— ¿Por qué mejor no haces monja a Jennie?

—Ella no quiere.

—Por algo será —Jisoo sigue con un semblante indignante— Tiene dieciocho años, casi va a ser mayor de edad, ¿Te parece correcto limitarla a tantas cosas a estas alturas de su vida?

—Ella sigue siendo mi pequeña —reprocha— Es mi princesa, Momo. No quiero que crezca más.

—¿Y por qué a Nayeon no le haces estas escenitas ridículas? —la pregunta de Momo pone alerta a los sentidos preocupantes de Jisoo.

Aun así Nayeon sea su hija mayor por exactamente cuatro años a comparación de Jennie, no niega que en su momento la protegió bastante y hasta ese instante lo sigue haciendo.

—Nayeon tendrá sus veintidós años —aclara— Pero ella igual sigue siendo mi otaku favorita y no dejaré que se meta con cualquiera.

—Nay definitivamente es mayor de edad. Ya va en la universidad, no vas a hacerle escenitas celosas de sobreprotección a ella.

Aunque si lo piensa del lado de Jisoo, Momo cree increíblemente capaz a la nombrada en proteger a Nayeon sin importar que ésta ya tenga sus años de madurez.

—Sigue siendo mi niña.

—Nayeon ya es una mujer.

—¿Y Jennie qué demonios es?

—Esa enana sigue siendo una adolescente hormonal —aclara— Aun así no justifica tu trato tan limitado a tener su vida amorosa.

—¡Ellas son mis niñas! —golpea la mesa sutilmente.

Momo da un salto leve a causa del gesto tan repentino, mas no quita su mirada de desaprobación a los pensamientos de Jisoo que de alguna manera u otra no le parecen justos.

𝑹𝒖𝒅𝒆 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora