Emociones || Bakugo x OC || Terminada

17. "Créetelo"

Tal y cómo había prometido, estaba ahí. Esperaba paciente sentado en el sofá de la residencia y, para su suerte, ningún otro alumno de los que le solían molestar estaban allí (ejem ejem, Sero, ejem ejem, Denki), sólo tú.

- ¿Y esa buena cara? Alguien diría que has dormido de 10.

Le saludaste con una sonrisilla burlona, pero no respondió.

- Vaya y yo pensaba que te habías despertado de buen humor... ¿Te duermes conmigo y ni me saludas? No pensaba que fueras de esos...

Fuiste algo más allá con tus burlas. A la vez que le hablabas, revoloteabas a su alrededor, ¿cómo respondería?, ¿qué gesto haría?, y lo más importante... ¿Por qué te gustaba tanto chincharle?

Seguía serio, pero no incómodo. Solo apartó la mirada y chasqueó los dientes. Conociéndolo sus ganas de gritar crecían pero se retenía.

- Ya paro, ya paro - dijiste mientras sujetabas tu tripa de la risa -. ¿Vamos? - le sujetaste la puerta para que saliera.

- Gracias por cuidarme mientras me duraba el efecto del quirk - soltó sin vergüenza ni soberbia. Sólo sinceridad, no era de esos que temían hacer lo correcto cuando fuera necesario.

- ¡¿Quéee?! Espera voy a avisar a Kiribb, va a estar muy orgulloso de ti - intentaste correr a dentro pero te agarró firmemente de la muñeca.

- ¡Quirk estúpido, no me tientes, vamos ahora o nada!

Mordiste un pañuelo y lo estrujaste de la impotencia -. Bueno ya se lo contaré más tarde...

Empezaste a caminar tras de él. Su ritmo era algo acelerado.

- Y sin embargo... - sonreíste sincera-. No me esperaba que el Gran Bakugo fuera tan mimoso de pequeño - enfatizaste el "gran".

- ¡¿Mimoso?! !¿Cómo se te ocurrió a ti que durmieramos juntos?!

- No lo sé.

- ¡Sabías que me revertiría de un momento a otro!

- No lo pensé - te frenaste en seco y miraste al suelo -. Estaba muy cansada - respondiste despreocupada para seguir caminando.

- ¿Y?

- Sabes que por mi quirk suelo dormir más de lo normal y... También eras bastante tenaz... Obcecado desde bien chiquito, quién lo diría.

- Tsk - con las manos en sus bolsillos, aceleró ligeramente el paso.

- Eh, espérame.

- Camina, o nos cierran.

- Pero si es primera hora de la mañana.

Aún así le seguías el paso sin rechistar. Parecían dos personas totalmente diferentes. Uno, enfrascado en sus pensamientos, mirando la suelo y manos en los bolsillos; otra, ensimismada mirando el paisaje y con las manos sin parar quietas.

Habías decidido dejar de molestarlo por unos minutos, al menos hasta llegar al recinto. Aunque tenías la sensación que tus comentarios cada vez se le hacían menos molestos, al menos a tí no te atacaba con sus explosiones cómo seguía haciendo con Denki y Sero. En cualquier caso, ya lo torturarías más tarde con sus fotos de pequeño.

Ya en la tetería, desayunaban tranquilos. Removías una y otra vez la pajita al rededor de tu vaso, pensando y pensando.

- ¿Sabes? Creo que te entiendo - el comentario le hizo levantar la mirada y arquear una ceja -. Nos pasa algo parecido. Yo... Veo a Tsu, a Kiribb, a Momo... a muchos de nuestros compañeros y... no puedo evitar sentir envidia.