Luego de tal velada, era imposible para Taehyung poder ver a Jin.
No era porque no lo quisiera, en realidad, ansiaba volver a encontrarse con él cada segundo que pasaba. Sin embargo, las responsabilidades crecían cada vez más y su padre se volvía más estricto que antes.
—¿Por qué no puedo salir hoy? —preguntó Taehyung mientras cenaba junto a Jimin en Anchae —. Mi padre nunca ha tenido problema con que llegue más tarde.
—Eso es porque ni siquiera estaba consciente de eso —respondió Jimin —Sé que quieres verlo, pero tu padre se ha enterado. Está enfadado por ello.
Taehyung lo miró con curiosidad.
—Soy un adulto.
—Tu padre no parece entenderlo —dijo Jimin, chasqueando la lengua, luego colocó los palillos a un costado —. Así que es mejor que te quedes aquí por el tiempo dado.
No tenía más opción. Todas las mañanas Taehyung salía con rumbo a su trabajo, acompañado de un par de guardias.
El trabajo en el palacio era algo que no le desagradaba del todo, sino que podía tomarse un respiro de la residencia al menos por un rato. Se hundía en los libros e iba de un lado a otro para poder recolectar y organizar los documentos del rey.
Y todo ese tiempo solo podía pensar en Jin. En la pequeña confesión que habían tenido aquella tarde en la que se vieron por última vez. Seok Jin había dicho que lo quería. ¿En qué los convertía eso ahora?
Tuvo una charla con Jimin acerca de ello.
—Eso me suena a que ambos comparten sentimientos —dijo su amigo, sonriendo con avidez —. Cuando te encuentres con él la próxima vez, tienes que preguntarle. Ambos deben de estar en la misma página de ser posible.
—¿Crees que sea viable?
Jimin se lo pensó un poco, luego se encogió de hombros —. Es complicado —respondió, notando cómo el rostro de Taehyung se entristecía —. Lo sé, también me pone triste, pero es la verdad, por más dolorosa que sea.
—Quiero irme de aquí, Jimin.
La primera ocasión en que Taehyung pensó en escapar de casa fue cuando su padre castigó a Jimin por un pequeño error que cometió durante una reunión. Esa noche, Taehyung confortó a Jimin y curó su rostro que comenzaba a llenarse de moretones.
Jimin no dejaba de llorar, sintiéndose asustado de su nuevo hogar. Y Taehyung, quien había recibido cientos de castigos antes, se atrevió a pronunciar unas palabras llenas de valentía.
—¿Por qué no escapamos? Tú y yo —dijo aquella ocasión, haciendo que su amigo lo mirara curioso —. He estado ahorrando dinero suficiente para esto, ¿crees que nos alcance?
Y le mostró una pequeña caja con cientos de nyangs que había recopilado durante los Chuseok y sus cumpleaños. Jimin sacudió la cabeza y le miró con miedo.
—Es muy peligroso.
—No lo será, papá va a dejar de buscarnos algún día, ¿no? Solo tenemos que escondernos durante ese tiempo.
—Ese dinero no bastará, tenemos toda una vida por delante.
Era de atinar que nunca volvieron a tocar ese tema.
Taehyung, sin embargo, seguía ahorrando cada vez que podía y guardaba la caja al fondo de un cajonero en su habitación. Al menos eso lograba tranquilizarlo, de que en un futuro podría lograrlo. De que podría deshacerse de aquel ritmo de vida que terminó por odiar.
—Sería buena idea —dijo Jimin entre risas —. Mira, he escuchado algunas cosas aquí en la residencia —explicó, bajando la voz para que nadie pudiera escucharlos —. Hay un clan interesado para formar una alianza. Los ministros están cuestionando que vas a cumplir veinticinco y no has formado una familia.
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The Longest Time; Jintae
FanficEn cuánto Kim Seok Jin, un chico noble de otro clan, se mudó a la casa vecina, Taehyung no dudó en hacerse un buen amigo de él. Adoraba pasar tiempo con él, escucharlo hablar de cualquier tema y, sobre todo, adoraba lo atento que aquel muchacho era...