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time to say goodbye

No tengo idea de que hora es, mi cuerpo está relajado en una cama y hay voces a mi alrededor que me molestan. Me muevo pero algo duele en mi hombro, no tengo ganas de abrir los ojos pero si me quejo todo lo que quiera, de repente las voces se detienen. Una voz de mujer desconocida para mí comienza a llamarme por mi nombre.

¿Cómo termine en el hospital?

No había un alma por esa calle, supongo que algún buen drogadicto o vecino de esa Villa llamó a la ambulancia. Otra vez aquí no... me rindo ante los llamados de la enfermera, o lo que sea esta muchacha, abro los ojos apenas por la luz asquerosa del hospital, ahg todo es tan feo y horrible aquí, con sus paredes y pisos blancos, todo blanco y pulcro, odio lo blanco y ese olor característico de los hospitales.

Noto que tengo el hombro vendado por el vidrio incrustado, un escalofrío me recorre el cuerpo al recordar ese dolor. Intento tocar mi nariz, tengo una cosa blanca gigante o vendaje, que cubre toda mi nariz. Mi nariz... mi preciosa nariz está rota.. ¡Ya es de día! ¿Cuánto llevo aquí? no puede ser, tengo que advertirle a Jisung sobre el hijo de puta de Mingi, no puedo ponerlos en peligro a él y a su esposa.

Intento levantarme de la cama pero la mano femenina de la enfermera me detiene por el pecho.

― ¿De verdad vas a levantarte? Sufriste un corte profundo en el hombro y tu nariz está rota.

― Gracias por recordarmelo, cariño. No hacia falta ―le digo con sarcasmo. Ahora que la veo mejor, me doy cuenta de que es la enfermera del otro día, a la que intenté coquetearle, espero no meterme en problemas.

― Hyuna está como loca ―menciona.

― No quiero que me vea de esta forma. No le digas que desperté.

― ¿Y por qué crees que te haría caso a ti? ―dice con notable fastidio. Cruza sus brazos sobre sus pechos y me mira con una ceja elevada―. No puede ser que con la nariz rota seas un encanto de todas formas, te odio.

― Yo también te odio. ¿Así tratas a tus pacientes?

― Puedo hacer excepciones contigo.

Ambos reímos divertidos, ya había cruzado palabras con ella antes y me agradaba su humor. Menos mal que ella me curó y también me atiende porque si no ya estaría yéndome a tomar aire en la azotea del hospital para después lanzarme al precipicio. Las enfermeras mayores suelen odiarme porque siempre me encontraban robando frasquitos de morfina o algún medicamento sin receta, pero también tenían un cierto aprecio por mi, o eso decía mamá para subirme el autoestima.

― ¿Está sólo mi madre ahí fuera? ―pregunté curioso acomodandome nuevamente en la camilla.

― No, están los chicos de tu banda y una chica de cabello rosa, con su novio creo ―dice escribiendo en las libretas que colocan a los pacientes en las camillas.

¿Chae se tiñó de rosa y ahora tiene novio? esa chiquilla me va escuchar ahora, es demasiado pequeña para tener un novio.

― De todas formas diles que no pa..

― ¿¡Min?! ¿¡Estas vivo?! ―gritó Hyunjin entrando a la habitación, atrás venía Chan con su típica cara de fastidio.

― No ―respondo y viro los ojos.

― Me tenías con los huevos en la boca ¡Hijo de puta creí que te pasó algo peor!

― ¿No es "me tenías con el jesucristo en la boca"? ―pregunta una confundida Irene, la enfermera.

― Déjalo, de verdad. Sólo atina a decir estupideces, está cerca de los treinta ―bromeo y Hyunjin ríe como idiota. Ah, extrañaba su rara risa.

𝙸 𝙷𝚊𝚝𝚎 𝙷𝚒𝚖  × 𝑚𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora