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pain

Jisung:

Es mediodía casi la hora del almuerzo, la noche anterior no fue fácil con lo del robo de la radio y eso. Mi hermosa comprometida ha estado muy asustada desde entonces, y como no quiere quedar sola en casa mientras cumplo mi turno en el hospital está en casa de mi hermano. Estoy seguro de que Tatum le hará muy buena compañía durante la tarde, acordamos en encontrarnos allí cuando mi turno acabe, que son aproximadamente entre las nueve y diez de la noche.

Tomé la bata del perchero y pasé los brazos por esta, planché con mis manos más o menos la prenda, siempre solía arrugarse o a veces olvidaba plancharla. Son exactamente las doce y dos del mediodía, arreglé un poco mi cabello para que las cocineras me hagan descuento en el postre, porque están subidos de precio y a ellas les parece tierno. Salimos ganando los dos ¿no es así?

Salí de mi consultorio, la sala de espera está vacía, que raro, hoy no tuve tantos pacientes. Amo estar con los niños, Ryujin siempre me recuerda que el trabajo que tengo es el más considerado de todos y que adora que esté cerca de ellos.

Me gusta, los amo, son tan inocentes y divertidos, también su curiosidad hace partirme de la risa y de la ternura. El hospital ha reconocido la paciencia con la que trato a los pequeños niños, que el pasillo donde está mi consultorio es el más popular y tanto madres como padres me confían la salud de sus hijos.

Subo a la siguiente planta, casi llegando a la cafetería pero unos murmullos me distraen de mi pacífica caminata. Esta ingresando una camilla de urgencias, abro los ojos sorprendido cuando veo a Hyuna llorando, aunque sea parte del equipo del hospital los paramédicos que reaniman a quién creo que es, la apartan lejos. Es obvio, no van a dejar que vean a su hijo.

No sé como hacesMin pero últimamente no puedo sacarte de mi mente ¿tendría que asustarme?

Dejo pasar lo que acabo de ver y veo la entrada a la cafetería, quiero detenerme y ver que sucedió allí pero lo evito, creo que es mejor. Finalmente ingresé a la cafetería, no tengo mucho hambre, mi estómago pide a gritos que no ingrese nada porque sé que voy a vomitarlo.

No, otra vez.

Me pongo nervioso cada que pienso en él o tenemos esos raros acercamientos, aquel día en mi consultorio, sobrepasé los límites de acercamiento. No puedo volver a permitirlo pero siempre terminamos juntos no importa la situación o el horario. Cuando me llamó a mi celular no me quedó otra que aceptar ir a sacarlo de la comisaria, no sería muy amable de mi parte ignorarlo, además no sé por qué esperaba que fuera él el del robo de mi radio. No quiero decir que Min sea un delicuente pero después de ver ese sobrecito con cocaína deduje que si robaba lo hacía en esas condiciones.

Sólo me pedí el té helado que suelo tomar por las tardes y me senté junto al gran ventanal donde se aprecia una vista a la planta baja del hospital. Nada irrelevante que ver, sólo doctores, enfermeras y enfermeros haciendo lo suyo, pacientes adultos, ancianos y niños, es un día como cualquier otro, quiero convencerme de aquello.

Ahora estoy ansioso, mi pierna derecha se mueve inconscientemente y bebo el té con prisa. ¿Le habrán disparado cuando intentó robar algo más? ¿Sufrió un colapso de tanta droga que ingirió? Espero que no, de verdad espero que no sea nada grave.

¿Por qué me estoy permitiendo preocupar? no es de mi incumbencia, él no... ya no más.

Si mi padre leyera lo que pasa por mi mente ahora me mataría, pero hay dos razones por la cual no puede hacerlo. Número uno, es imposible. Número dos, está enfermo y ya no creo que le importe. Pero se la pasa preguntando cuando es el día que me casaré con Ryujin, no sé qué responderle porque ella no ha sacado el tema y yo tampoco.

𝙸 𝙷𝚊𝚝𝚎 𝙷𝚒𝚖  × 𝑚𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora