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Ahora podía empatizar con Baji. El ser perseguido todo el día era la cosa más molesta del mundo, ahora tenía a Ryusei en la puerta de su clase cada que había un cambio de hora ¡Hasta le había llevado comida! Qué vergüenza, de verdad parecía una doncella siendo cortejada, ni siquiera podía decirle algo a Baji, quedaría mal parado.

Así que ahora estaba en su mejor escondite, dentro de la enfermería en donde la simpática enfermera solo leía una revista, sin importarle tener al joven ahí.

Había salido diez minutos antes de la clase para así no poder ser encontrado por Ryusei y tenía miedo de que la enfermera lo regresara a su clase o algo, pero no le importó nada y lo dejó pasar a hacerse el enfermo en una de las camillas, eso sí, con las cortinas alrededor de la camilla para que no lo descubrieran.

-cuando venga alguien te haces el adolorido, voy a salir a comprarme algo de comer- le avisa la enfermera a Chifuyu antes de irse.

Decide irse a dormir cuando de pronto escucha pasos ¿el maestro? Se queda totalmente quieto en la camilla, tratando de descifrar de quién son los zapatos. Debido a la cortina no podía ver más que una silueta difícil de descifrar, de pronto la cortina se abre de una vez, Chifuyu cierra los ojos y sabe que es el fin. Sin embargo ese golpe con el periódico q siempre le daba el maestro nunca llegó, en cambio alguien se echó en la misma cama que él y lo abrazó.

-Chifuyu-Chan, te encontré.

"Hubiera sido mejor encontrarme al maestro" piensa Chifuyu antes de atestar un golpe en el estómago a Ryusei, quien lo abrazaba por detrás.

-¿por qué eres así de violento? Yo te quiero Chifuyu, me gustas?- le dice Ryusei, abrazándolo más fuerte.

-Ya basta, enserio. Me tienes...- Chifuyu tiene que tragarse sus palabras cuando escucha la voz de un maestro.

-¡Ryusei Sato, dónde estás!

-ups, se dio cuenta que me escapé

Maldita sea, maldita sea. Realmente Ryusei solo le traía mala suerte, los gritos del maestro se iban escuchando cada vez menos lejanos. La puerta de la enfermería se abre y Chifuyu sabe que esta vez realmente está muerto ¿que iban a pensar si lo encontraban siendo la cuchara pequeña de Ryusei?

-¡Ryusei, se que estás ahí! - grita el maestro.

-Pro-profesor, soy Chifuyu Matsuno ¿Quien es Ryusei Sato?- el pánico era real, estaba sudando frío.

Lo único que podía hacer era repetir en su mente "que no abra la cortina, que no la abra, que no la abra" Porque si no estaba arruinado, moriría social y académicamente.

-Nadie, jovencito, lamento molestarlo

El maestro se va y por fin los dos pueden respirar tranquilos. Aún así seguían abrazados, como si los nervios hubieran que Chifuyu se olvide de la situación, las manos de Ryusei seguían enredadas en su cintura y sus piernas estaban cruzadas. El joven rubio vuelve a ser consciente de su penosa posición en cuanto siente la respiración de Ryusei directamente en su cuello.

-ya quítate- le pide no muy amablemente, dando codazos ciegos.

La distancia entre los dos cuerpos es nula, Chifuyu es sostenido fuertemente por los brazos de Ryusei que no ceden a dejarlo ir pecho del chico está contra la espalda de Chifuyu y su cara yace en el hueco de cuello, una posición íntima y acaramelada que hacía teñir de rojo las mejillas de Chifuyu y acelerarle el corazón hasta poder sentir sus latidos por su cabeza, más bien por todo su cuerpo.

-no quiero, solo así me siento bien- le responde Ryusei, acercándose incluso más de lo que ya estaba.

¿Qué dirían si alguien los encontrara así? Por fin su cerebro decide funcionar y se escurre entre los brazos de Ryusei, escapando exitosamente.

Casi pierde la razón, casi pierde ante Ryusei.

Love Bomb [Ryusei Sato x Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora