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Lo de la enfermería había confundido a Chifuyu, pero más lo había hecho lo que había pasado después. Luego de ese suceso Ryusei no le había vuelto a hablar, mucho menos a perseguirlo por la escuela; en su lugar Baji había aparecido algunas cuantas veces durante el resto de los días.

Solo habían pasado tres semanas desde que había conocido a Ryusei pero habían sido las 3 semanas más confusas y a la vez emocionantes de su vida, sentía que estaba desvariando al pensarlo pero el sentir la ausencia del chico lo hacía sentir un poco vacío. aunque Baji estuviera a su lado y él fuera su motivo principal ahora mismo no podía apartar su mente de la última vez que Ryusei y él habían compartido un espacio. Recordar las  piernas entrelazadas y la respiración ajena en su cuello le causaban la misma aceleración de latidos siempre.

En clase las cosas no eran tan diferentes a cuando Ryusei no estaba, los tres idiotas de siempre lo perseguían a todos lados y siempre tenían algo que alabar sobre él.

-¡Chifuyu! ¿Estás de mal humor? Te ves algo molesto- le pregunta uno de los que lo seguía.

-¡yo se!- dijo otro- 1000 yenes a que "estoy malditamente aburrido"

-¡1500 a que es "tengo mucha hambre, no desayuné!

En medio del pasillo se ponían a decir esas estupideces, ya no los aguantaba más.

-cierren la boca, malditos-Les dice antes de irse, estaba harto.

Camino a su salón pasa por una de las tantas clases, en donde le parece ver una cabellera conocida, el salón 1-1 está con toda su población femenina se posa alrededor de una sola mesa, la mesa de Ryusei Sato. El chico yacía sentado disfrutando la atención de la gran presencia femenina a su alrededor. De un momento a otro el joven se para y comienza a organizar sus cosas, algo asustado Chifuyu decide esconderse, corriendo hasta la entrada de los baños y solo con su cabeza a la vista.

Ryusei sale de su salón con las manos en los bolsillos y un grupo de chicas detrás siguiéndole los pasos. Principalmente una chica pelinegra, de bellos ojos almendrados y delgadas piernas dignas de modelo.

-¿ya te vas? ¡Se suponía que hoy teníamos una cita!- le reclamó la joven.

-tengo cosas que hacer, para la próxima ¿si?

Chifuyu sintió como si un ladrillo le hubiera caído en la cabeza, sus piernas flaquearon y su corazón se sacudió un poco, una incomodidad en el pecho luego de escuchar la conversación y las ganas de salir a reclamar el porque lo molestaba tanto si al final tenía citas pendientes con chicos. Seguramente esa pelinegra no era la única, seguro tenía a varias chicas más detrás de él y con citas pendientes.

Envalentonado, sale de su escondite con la meta de confrontarlo, de golpearlo y decirle que deje de molestarlo si solo tiene motivos de dificultar su meta de ser el vice capitán, de dejarlo tirado en el suelo e ir directamente en busca de Baji y presumirle su logro.

-¿Qué tienes que hacer?- le pregunta apenas sale de su escondite.

-Chifuyu...-dice algo nervioso- nada de lo que te imaginas.

Sin darle opción a responder Ryusei se va, dejando solo a Chifuyu en medio de ese pasillo vacío, dejando al joven con el corazón inquieto y con una inexplicable molestia en el pecho

Love Bomb [Ryusei Sato x Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora