CAPÍTULO 8: La boda I

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— ¡Ya está! — Dice Mariona, una de las peluqueras de la boda, quién me estaba arreglando el pelo.

Miro hacia el espejo, no se podía hacer mucho por qué mi pelo es sumamente rizado pero no tan voluminoso. Ella, colocó un espejo detrás para poder verlo, recogió algunos mechones y los unió colocando unas flores blancas que todas las chicas de la boda teníamos que llevar puesto en algún lugar.

A mi prima también le gustan las flores, tanto como a mí.

Mi maquillaje está intacto. Rimmel, una sombra natural y los labios con gloss.

Me ayudó a ponerme el vestido rojo, sin estropear el pelo y el maquillaje. Y mis tacones negros, que me hacen ver un poco más alta.

Me miré en el espejo, estaba sorprendida de lo bien que me veía, me sentia súper bien y me veía muy guapa.

— ¡Dios mío! ¡Estás preciosa! — Dice emocionada.

— Gracias por todo lo que has hecho — Contesto girandome, siendo sincera, para ver cómo se me ve el culo con el vestido.

Estuvimos un par de segundos en silencio mirándome, yo y ella, estábamos felices.

— ¡Mi niña! ¡Que guapa! — Dice mama entrando colocándose sus manos en la boca sorprendida. — ¡Dios mío! Voy a llorar — comienza a ventilarse los ojos.

— ¡No llores que he estado mucho tiempo con ese maquillaje! — Dice Mariona.

— Lo sé, lo sé — Mira hacia arriba un par de segundos, yo sonriente me quedé delante de ella — Cómo has crecido tanto...

— Mamá, ayer fui igual que ahora, además, no soy yo la que se casa — Dije riéndome.

— Lo sé, verte así de arreglada me... Me hace muy feliz lo guapa que estás, lo bien que estás haciendo las cosas y lo feliz que estás ahora.

Abracé a mamá para que no lloré.

— Gracias mamá — Susurré.

— Lo mejor será que bajemos, papá nos está esperando abajo.

— Vamos — Contesto separándome. — Gracias por todo Mariona. — Dije antes de salir.

— Gracias a ti — Me responde antes de salir.

Mamá abrió la puerta y salimos las dos, bajamos las escaleras que están delante de nosotras, debajo estaban todos esperando para que nos digan de ir hacia la iglesia, la cual estaba al acabar un camino de arena com arboles, para decorar la entrada a la iglesia.

Bajamos las escaleras en silencio, miré a Papá cuando quedaban pocas escaleras, él nos miraba sonriente.

— Que guapas están las chicas de mi corazón — Dice abrazandonos a las dos.

— Gracias papá, hacia mucho tiempo que no te veía en traje.

— Estás muy guapa — Me dice dejando un beso sobre mi cabeza. — Tu sigues igual de guapa que siempre. — Le dice a mamá.

— ¿Sabéis dónde está Nate? — Pregunto mirando a mi alrededor.

— Buscas a tu novio — Dice papá sonriente.

— Papá... — Digo riéndome avergonzada.

— Te notamos muy feliz con él... ¿Estáis saliendo? — Pregunta mamá.

— Si os soy sincera no sé lo que hay... Creo que nos gustamos mutuamente pero no lo hacemos formal, estamos cómodos como estamos ahora y poco a poco nos estamos conociendo más... Y si, estoy muy feliz con él, me hace sentir bien.

Nate CardanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora