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No podía creerlo, las palabras no le salían y la garganta se le secaba con cada respiro que daba, él era muy alto... Su pequeña altura apenas comenzaba a rozarle el estómago, su acompañante, además de tener unos preciosos ojos verdes, también tenía unos grandes cuernos, Yui supo de inmediato a quien tenía enfrente.
No podía explicar la cantidad de ganas que tenía sobre preguntarle cuál era su papel en este mundo... La pupila de sus ojos se asimilaba a la de un dragon, haciendo su emoción más grande, con las mejillas algo rojas, se volteo, aplastando el mazo de su sarten.
- ¿Por qué estás afuera de mi dormitorio...? -Preguntó con voz decidida, tragandose toda su emoción, el hombre frente a ella, giro la cabeza, algo confundido por lo que acababa de escuchar.
- Que sorpresa... Una niña humana. - posicionando su mano sobre su mentón, se dedico a observarla, Yui ya no se vio tan sorprendida por el hecho de su verdadero ella había sido descubierto de nuevo, la castaña hacia lo mismo que aquel que tenía cuernos. «¿cuál era el dormitorio que utilizaba el verde...?» estaba segura de que Grimm se lo había dicho, pero no podía recordarlo, pero teniendo en cuenta que su "intruso" parecía ser un dragon, era un líder de dormitorio.
Eso y que su aura era muchísimo más profunda e intimidante que la de Riddle junto con Leona, parpadeo un par de veces al pensar en que tenía una versión de la emperatriz del mal frente a ella, se puso en guardia, confundiendo a el extraño.
