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«¿Quieres mi amor...? ¿Por qué? ¿Qué hay de especial en mi ser apagado para complacer a alguien de tan hermoso porte y presencia?»
La madre de los Ichinen no se caracteriza por ser la mujer más bondadosa, ni la más hermosa, pues aquella adulta estaba celosa del atractivo de sus hijos, así como también de la fuerza de voluntad de su hijo mayor para sacar a flote su hermana menor, está mujer no podía ser redimida por mucho que los niños lo intentarán, al ser terriblemente violentados por ella durante muchos años, terminó por cansar al más grande los dos, quién poseía mayormente las características de sus padre, el cual desde un inicio fue desconocido para ambos, esta mujer de cabello claro con las puntas de su pelo muy a penas llegaban a rozar sus hombros, oh, y que decir de su mirada muerta.... Yuichiro no quería que su querida hermanita se reflejará en ese horripilante intento de ser humano, pues solo le haría palpitar más su cabeza del estrés, con esta introducción, podemos continuar con el inicio de las emociones del mayor de ambos Ichinen.
La adolescencia se le conoce más que nada por... Muchas veces desgraciar las vidas de aquellas en camino a convertirse en adultos, aunque este no era el caso de Yuichiro, la pubertad tuvo mucho que ver con las circunstancias que se encontró con ella, y como ella en vez de crear una relación de confianza con su única familia, casi acaba por separarla de ella.
