La oscuridad que los protege; XuanXian

Capítulo 6

Patriarca Yiling

Invocación de su alma

Jin Zixuan volvió a leer la carta, tan corta y con palabras amables como sería escrito por un Lan, con los detalles tan claros para lo que habían querido reunirse desde hace unos años atrás en la secta, algo que había impedido desde que su padre murió, dejando a la secta Jin fuera de esa invocación.

Respiró hondo, tratando de no romper aquel papel, y la falta que esta puede representar, cosa que no quería que Jin Ling copiara de él.

Pero, los Lan, pacíficos, amables y tan rectos con sus reglas, esos mismos que dieron un punto de vista egoísta, escuchando solo lo que deseaban, y dejando por fuera lo que era la importancia a la vida de personas inocentes. Iniciando la cacería hacia los ancianos Wen, y ahora querían seguir lastimando el alma de su esposo. Zixuan negó, sin por creer que aún no había misericordia contra los muertos.

¿Asegurarse para que no regresa? ¿No había sufrido suficiente Wei Wuxian a manos de ellos, cuando aún vivía?

¿Dónde estaba lo honrado en sus palabras? No los entendía.

Y no quiera aceptarlo, no cuando Wei Wuxian le explicó lo ocurría con su alma a lo largo de los años mientras vigilaba en la distancia, lo doloroso que era mantenerse cerca de algunas barreras que rodeaban las habitaciones, pero que con el tiempo fue capaz de romper para lograr estar mucho más cerca de su hijo.

Siempre hubo un momento en el que pude escucharlos, buscaban mi alma sin importar que tan agresivos eran con las notas. Algunos parecían recios a que no hubiera una respuesta, y lo que queda de este cuerpo es lo más pequeño de mi alma, y A-xuan... puedo desaparecer, en cualquier momento... y no creo que sea capaz de avisarte, no como antes.

Antes.

Lo recordaba, eran aún muy jóvenes, y habían logrado tener un acercamiento mucho más grande, después de todas las discusiones en las que se enfrentaban por una sola persona, la más querida para Wei Wuxian. Altercados que terminaran con ellos golpeándose, poco importándoles el castigo que podría llevarse a manos de los mayores.

Gusu Lan, quizás fue la solución entre ellos, una mayor cercanía, el conocerse sin tener que gruñirse como animales fue mucho más agradable, conversar se volvió algo cómodo, el beber a escondidas intercalando habitaciones se convirtió en el mejor secreto para ellos. Jin Zixuan recordó observarlo por un largo tiempo, era verlo sonreír y coquetear sin saber con los demás. Era tener su delgada, pero fuerte figura a su vista, cada vez que tocaba los entrenamientos entre ellos, incluso con una túnica extra por la temporada, aun con todo eso, él podía delinear su figura.

Reía cuando Jiang Cheng tragaba polvo cada vez que Wei Ying ganaba, se molestaba cada vez que Lan Wangji se convertía en la atracción del Wei, y, aun así, odiaba admitir que había sentimientos, hasta que casi lo pierde cuando ayudaban a los Lan en la investigación del lago. Fue allí, cuando la sensación de vacío golpeó su pecho y el dolor de no poder ver sus brillantes y claros ojos, fueron suficiente para no querer separarse de él.

Entonces, fue cuando la guerra empezó a tener auge, y el verse a escondidas empezaba a peligrar sus vidas, mucho más cuando fueron llamados a la reeducación del Clan Wen, cuando ocuparon un lugar como despedida. Cuando entre besos y caricias, buscaron un consuelo en la calidez de sus pieles, para olvidar y amarse tanto como habían prometido. Protegerse y ser felices, eran lo único que querían, alejados de sus familias, el querer huir era una tentadora opción.

Pero no lo hicieron, seguían siendo jóvenes, y siempre habría una mirada que los seguiría.

Encerrados en la cueva, Jin Zixuan prometió regresar por él, y lo cumplió junto con quien sería su cuñado. Yummeng Jiang cae, y él desaparece, sin noticias o manera de saber de él. Nada que pudiera calmar la dolorosas punzadas que lo hacían perder la respiración más de una vez, cuando veía como los discípulos mayores para dar noticias de lo que ocurría en el mundo de la cultivación.