Capítulo 10

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Lan Sizhui sonrió levemente al momento en el que su mirada cruzó por tercera vez con la joven Madam Jin. Trató de no removerse en su lugar, sin embargo, se convertía en algo imposible, al estar en la habitación por orden del líder. No tenía una excusa asegurada hasta que todo fuera controlado. Eso fue lo que quiso decir el líder Jin.

Jiang Yanli parecía mucho más atenta a sus movimientos, o las expresiones que hacía, ya que no dejaba de preguntar por su bienestar. Era amable, quizás demasiado a lo que estaba acostumbrado y por ello deseaba huir, con cada uno de los segundos que pasan.

—¿Se encuentra bien, Joven Lan?

Sizhui asintió, y bajó la mirada hacia la taza entre sus dedos, al notar que las palabras adecuadas no aparecerían. Quería saber de su hermano, buscarlo por sí mismo. Encontrarlo, y quizás plantearse la idea de huir como la había prometido a Hanguan-jun, si se daba la oportunidad. En una sola dirección, hacia la libertad que ganarían. De esa manera, podrían buscar salvar a su querido benefactor de esas reglas, aunque él no quisiera. Pero no era algo que le explicaría a la joven madam Jin, no, eso estaba fuera de sus planes.

Jin Ling no apartó la mirada de su madre, demasiado expresiva, incluso mucho más que cuando se encontraba el Líder de la secta Jiang, porque era eso, y solo eso para él. Sonrió hacia su madre, y dejó que ella acariciara el dorso de su mano, mientras pedía que se cuidaran de los discípulos que parecían seguir a Meng Yao. Quizás ella era tan consciente como su abuela, de cómo la secta parecía desmoronarse frente a ellos, hasta casi llegar a la nada. Aun cuando estaban en la cumbre de que todo volviera a estar en la normalidad.

El querer llamar el alma de su baba, se convirtió en una excusa para saber la situación de la secta. Su padre había dicho que, como fueron los primeros en caer en desgracia en manos del patriarca. Ver como habían progresado, después de permanecer en puertas cerradas para las conferencias, incluso si se habían reunidos en las otras sectas con el porte elegante que a ellos no lo abandonan. Chismosos en pocas palabras.

—Joven Lan, ¿Usted tiene familiares fuera de la secta Lan? Es que... su rostro se me hace familiar —mencionó Yanli, con una suave sonrisa en su rostro. Jin Ling observó el intercambio silencioso entre ambos. Realmente no se esperaba esa pregunta—. Disculpe mi cuestionamiento, es que tiene un parecido a alguien que conozco.

—No... tranquila Joven madam Jin, es... extraño que alguien pregunte eso —respondió Sizhui, sin levantar la mirada, y sonrió. Estas rompiendo otra regla—. La realidad es que mis padres, no son Lan, por lo que si hay una posibilidad de que los haya conocido.

—Entonces... ¿Cultivadores errantes?

—Madre —interrumpió Jin Ling, negando en su dirección—. No creo que Sizhui se sienta cómodo.

—Tranquilo Joven heredero Jin, es la primera vez que me preguntan sobre ellos... y sí, tengo entendido que lo fueron. Los más fuertes y valientes.

—¿Amantes de la libertad? —continuó ella, por lo que asintió. Sí, esa sería las palabras correctas para ellos.

—Sí, por lo que sé, nada los detenía.

Con eso, Jiang Yanli no se detuvo a recordar su juventud, antes de que el muelle fuera atacado, en ese tiempo de aun podía correr con sus hermanos y sus padres, incluso si discutían, parecían apreciar sus compañías. Cuando los discípulos nadaban y cazaban con unas grandes sonrisas en sus rostros. Ambos jóvenes la escucharon sin detenerla.

Jin Ling sonrió con pesar, después de todo, las anécdotas siempre tenían una segunda parte de la voz de su baba, con sus ropas rotas y castigos que venían de parte de Madam Yu, como última parte. Una realidad que él también extrañaba.

La oscuridad que los protege; XuanXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora