Capítulo 12

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—Alguna vez... ¿Has hablado con Madam Jiang sobre Jin Ling...?

—Ella ya lo sabe, no es necesario hablar sobre eso A-sang —respondió, tampoco es que quiera recordar eso época—. No esta en contra de nada de esto, ¿Por qué la mencionas ahora?

—Jin-xiong, ambos hermanos se encontraron con el líder la secta Su, pensé que lo sabias.

Jin Zixuan negó, casi no hablaba con Jiang Yanli, pero tampoco estaba en malos términos con ella. Ambos tenían una brecha que no podría ser reparada en sus corazones cuando las personas que amaban murieron a manos de Jiang Cheng. Ella no lo podía odiar con tanta libertad como él lo hacía, pero allí estaban, viviendo con eso.

¿Ella lo traicionaría? O ¿También buscaba mantener a raya a su hermano? No sería sorprendente si quisiera reunirse con el líder Su para invocación del alma de Wei Wuxian, era Jiang Cheng quien estaba más de acuerdo con no dejar rastro de quien fue su hermano jurado, casi fue una elección silenciosa que todos hicieron cuando se inició el rito.

—Recuerda que es él quien guarda su flauta, es obvio que nada bueno viene del Líder Su —continuó Huaisang. Claro que no era un secreto quien mantenía la poderosa Chequing como trofeo por su logro.

—Lo sé, ¿Qué quieres saber?

—¿Ella no sabe sobre el alma de Wei-xiong?

—¿Cómo sabría ella eso? —preguntó, sin apartar la mirada. ¿Qué trataba de decir él ahora?

—Las mujeres son astutas, Jin-xiong, incluso si están en buenos términos, no sabemos si de verdad esta de nuestro lado.

Jin Zixuan suspiró mientras buscaba la manera de sobre pensar. Entendía que no debía de confiar en nadie más, ni siquiera de quien llamaba madre. Sin embargo, no podía dudar de ella, no sentía que debía hacerlo, incluso su esposo fue quien se sintió más arrepentido al momento de que su relación inició. No quería dudar de quien se había vuelto en una buena amiga, a casi el final de todo.

Dio un trago largo directo del jarrón, y exhaló, necesitaba hablar con su esposo, porque estar con él para nada tonto Líder Nie, era demasiado agotador.

—¿Algo que quieras agregar ahora? —Huaisang asintió lentamente.

—Se trata de la secta Lan y Hanguang-jun, y la corrupción de los ancianos en sus castigos —sonrió el líder Nie—. Jin-xiong, no hemos terminado, Lianfan-zun no es el único que nos hizo la vida imposible.

Sí, Zixuan había querido saber de la secta más respetable que la más importantes. Levantó la mirada viendo la forma tan peculiar con la que trabaja el joven Nie. ¿Qué hubiera pasado si Mingjue hubiera estado vivo? Si tanto de la injusticia que había en la actualidad, fuera permitido.

—Bien, dime todo lo que sabes —continuó Zixuan, apagando las velas y solo dejando una frente a ellos, oscureciendo la habitación.

—Sí, yo también quiero saber, a-sang.

Huaisang se sobresaltó cuando la sombra se posó a lado de Zixuan, besando su mejilla tan amoroso como él podía ser, solo pudo sonreír y molestar en conjunto a Zixuan al verlo mucho más avergonzado frente suyo. El joven mimado de años atrás podría haberse caído de la vergüenza con tan solo imaginarse en esa situación, imaginarlo no era tan difícil. Y aunque el líder Nie no podía aun acostumbrarse a la imagen de su mejor amigo tan escalofriante, no se detuvo en explicar como la secta Lan estaba progresando desde que él había muerto.

La caída de los Wen no solo fueron una razón egoísta de castigar a los inocentes. Incluso cuando el segundo heredero Lan había estado en contra, encerrado y alejado del mundo de cultivación luego de haber huido en una noche, sin embargo, todo alegaron que había manifestado la misma enfermedad que su difunta madre.

La oscuridad que los protege; XuanXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora