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—¿Qué es lo que siempre escribes en tu cuaderno?
—Poesía, me gusta mucho— dijo Jennie, con una sonrisa.
Jisoo abrió su boca ligeramente.
—¿Podrías leerme uno?— preguntó, notó a Jennie sonreír con cierta vergüenza y el rubor subir a sus mejillas, está vez, su gorro era de color rosa y combinaba perfecto con el tono de sus mejillas—. No si no quieres, ya sabes, deben ser personales y-
—‹‹ La mirada que mi corazón se graba, tallado tengo tu nombre en mi piel, tus besos en mi alma dorada, quedan en mis labios los tuyos, sabor a miel más ocultos las desgracias, que de sorpresa nos atrapan, un destino sellado y tú amor me ha abandonado... ¿O Será cruel tu corazón? El que amor dejó de dar sin razón »
Jisoo la miró sin poder decir palabra, del otro extremo del cuarto, los otros tres compañeros de grupo aplaudieron a sus palabras, y Jennie hizo una reverencia y cubrió su rostro, mientras dejaba una risa escapar de sus labios.
—Es muy bonito— dijo Jisoo.
—No, es horrible— Jennie negó, divertida—.La rima es un asco, la métrica también, no tiene casi nada de recursos poéticos, es básico y simple.
—Debe haber una razón por la que lo hayas hecho.
Jennie hizo una pausa.
—Pues si la hay...— suspiró de forma pesada—. Pero mis fracasos amorosos no son de tu interés.
—¿Por qué no?— preguntó Jisoo. Jennie la miró un momento y negó.
—Me enamoré perdidamente de un chico, que en algún momento fue mí novio, y en cuanto le dije que estaba enferma me dejó porque le parecía demasiado...Dijo que no quería verme morir y mucho menos seguir conmigo porque si yo moría, de algún modo seguiríamos siendo novios pero yo ya no estaría aquí y eso lo atormentaba...y prefirió romper conmigo antes de que eso pasara.
Miró a Jisoo, rogando no dar tanta lástima, Jisoo sólo asintió, comprendiendo.
—Quién no esté preparando para pasar hasta los peores momentos contigo, entonces no vale la pena.
Jennie sonrió mínimamente y asintió.
—Lo sé— dijo.
Jisoo extendió su mano hacia ella, tal como Jennie lo había hecho consigo en la primera sesión, hacia un par de semanas.
—Nini... siempre te despides de mi con un beso volador, ¿Es por algo?— preguntó Jisoo.
—Mi sistema inmunológico está en la ruina, no puedo despedirte con un beso de verdad— dijo, sus mejillas se encendieran del más sutil rosa—. Yo soy muy cariñosa en verdad y bueno...—se encogió de hombros—. No me permiten dar mucho afecto, mucho contacto podría hacer que corra el riesgo de contagiarme algo.
‹‹Antes solía dar muchos abrazos y besos a todos—dijo, riendo con nostalgia—. Oh y ni hablar de los animales...ahora con suerte puedo acariciar al gato del hospital, pero porque saben que está limpio y no tiene nada con que ensuciarse.
—Eso es un poco triste— dijo Jisoo.
Jennie negó.
—Quita la palabra triste de todo lo que digas, la tristeza no puede tener un lugar aquí.
Jisoo frunció el ceño.
—Estar triste solo lo empeora— dijo Jennie—. La verdadera cura es la felicidad.
»Cuando salga de aquí podré dar cariño de nuevo— dijo con seguridad.
Y Jisoo no entendía cómo alguien se podía ver fuera de esto, ella no pensaba que lo lograría nunca, y Jennie era todo lo opuesto a ella.
Quizás necesitaba un poco de ella.
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