Tn es una chica sin ningún amigo, no tiene una alta reputación, y no le interesa subir en la escala del estatus social: vive bien donde está.
Manjiro Sano es un chico con unos amigos increíbles, su reputación es alta dentro y fuera de su grupo, y le...
- ¡El rey contra el esclavo! ¿Qué me dices, Kiyomasa? - ¿dónde estás, voz interna? Puedo oírte, tienes miedo, pero estás protegiendo a alguien, ¿quieres que te ayude? ¡Contéstame, dame una señal y yo iré!
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- ¡Oigan, tráiganme mi bate! - esa voz... Kiyomasa, mira hacia abajo con repugnancia, como quien ve a una cucaracha arrastrándose por el suelo; un chico de pelo amarillo y ojos azules es el comparado - Voy a acabar con esta rata...
- ¡Oye, Kiyomasa! - la voz de Draken resuena por todo el lugar, haciendo que todos los presentes se giren hacia él, levantando un murmullo general. Yo me posiciono en las gradas, como si fuese nada más que una simple espectadora del espectáculo del gigante matón - ¿Quién te crees para hacer peleas ilegales, manchando el nombre de ToMan?
- Oye, Ken-chin... - a Mikey parecía importarle entre poco y nada lo que estuviera pasando, era una situación graciosa de ver, al menos para mí, quien conoce su posición en la pandilla - Me acabé mi dorayaki.
- Te he dicho que no me llames así... - otra vez se ponen a discutir, paso que dan, pelea que tienen: así funcionan las cosas entre estos dos, es fascinante que no se hayan matado todavía. Mikey ignora el comentario de Draken y pasa por su lado para acabar frente a Kiyomasa.
- ¿Quién se cree ese enano, es que no sabe dónde está? - un chico con el pelo color vino susurra a sus amigos, tienen la ropa sucia y están polvorientos, uno de ellos gira su vista hacia mí y yo señalo mi ojo; entienden que deben seguir viendo.
Mikey le suelta una patada en la mandíbula a Kiyomasa y lo agarra del pelo, le dice algo que no puedo oír y el grandullón se inclina ante el rubio; pero otra patada le llega esta vez por parte de Draken, "¿es que crees que esa reverencia es lo suficientemente buena para Mikey?". Humillado, Kiyomasa decide quedarse sentado donde está.
- ¿Y tú quién eres? - mi amigo se agacha hasta donde está la antigua víctima de Kiyomasa, el chico tiembla y lo mira con terror, pero abre la boca, vacilante.
- Hanagaki Takemichi... - Mikey sonríe y acerca más su cara, el pobre Takemichi parece que se va a morir del susto, Draken me mira y sonríe de manera que yo solo lo perciba y le regreso la sonrisa: ya sabemos lo que va a pasar.
- A partir de ahora... - una leve pausa dibuja una sonrisa en la cara del Comandante, quien sujeta el pelo del amigo nuevo con un menor agarre - Seremos amigos, Takemicchi.
- ¿Takemicchi...? - parece confundido, no me extrañaría que lo estuviese, a veces no es fácil comprender a Mikey, pero nunca es del todo imposible, solo hay que saber cómo le gustan los rompecabezas al chico.
- Si Mikey lo dice, así te llamarás, Takemicchi. - Draken no puede parecer más amable, incluso cuando trata de decir las cosas lo más tranquilo posible, su mera presencia hace que los demás tiemblen ante él; solo los capitanes, Mikey, Emma y yo sabemos que por dentro es todo un osito.
Me acerco a la escena, todos me miran estupefactos, nadie entiende por qué hay una chica en un ring de peleas ilegales, se supone que a las chicas no les gustan esas cosas; me planto junto a Mikey, con Draken un poco más atrás, y le sonrío a Takemichi. Él solo me mira, tan perplejo como los demás, siento algo extraño que proviene de él... Inquietante e intrigante.
- Hanagaki Takemichi... ¡Eres muy extraño! - me río de buena gana, su voz es la que me estaba llamando, me pedía ayuda, pero yo no entendía cómo eso era posible - Yugen Tn. - le tiendo mi mano para que se levante.
- Un placer... - conozco esa mirada de desconfianza, la vi durante demasiado tiempo entre los miembros de ToMan cuando me veían en las reuniones (o en las que aparecía por aburrimiento), pero él no me miraba con una mala intención... Era una mirada de desconfianza inocente, cuando algo puede acabar muy bien, pero no confías en ti para hacerlo.
