Tn es una chica sin ningún amigo, no tiene una alta reputación, y no le interesa subir en la escala del estatus social: vive bien donde está.
Manjiro Sano es un chico con unos amigos increíbles, su reputación es alta dentro y fuera de su grupo, y le...
Mis padres accedieron gratamente a cambiarme de escuela, me cepillo el pelo con cuidado, pero lo tengo tan enredado que solo me hago sufrir; casi que parecería a propósito el hacerme sufrir así. Una vez que ya estaba de camino, algo me hizo frenarme, un chico rubio de gafas... ¿Eso de su pelo es el símbolo de ToMan? Me quedo helada mirando su tétrica sonrisa, sus ojos me miran. De repente, suena la bocina de un camión.
- ¡Tn! - unos brazos temblorosos, pero decididos me sujetan de la cintura y me atraen hacia ellos; mi cuerpo está quieto, congelado en el tiempo. Solo mis ojos consiguen enfocar débilmente aquel cabello rubio, junto a un cabello color vino.
- ¿T-Takem-micchi...? - mis labios no son capaces de articular palabra, tengo demasiado miedo como para hacer algún movimiento, oigo a los lejos el motor de la Suzuki de Baji y cierro los ojos llevada por el sonido.
- ¡Tn, abre los ojos, Tn! - gritas demasiado, cállate un rato y déjame dormir, Mikey da demasiadas patadas como para dejarme dormir tranquila en mi cama, el ruido se acerca y oigo la ruidosa voz del pelinegro.
- ¿Qué pasa aquí? - lo oigo decir, siento que algo me hace cosquillas en la nariz y yo me rasco, haciendo un leve sonido para que me dejara en paz; pero no parece querer dejarme y sigue haciendo ese gesto tan molesto con su pelo.
- Baji, bas... - al abrir mis ojos, no es el pelinegro quien tiene la cara a solo unos centímetros de mí. Unos hermosos ojos negros me miran divertidos, parece divertirse con la situación, su pelo rubio sigue en mi cara.
- Buenos días, princesa. - la última palabra que sale de su boca me pone como un tomate, pongo mi mano derecha sobre mi cara y con la izquierda alejo la suya; hay demasiados chicos rodeándome como para pensar con claridad, me siento en el suelo de a poco y miro a mi salvador.
- Gracias, Takemicchi, sin ti no la cuento... - lo abracé con dulzura y él no tardó mucho en devolverme el gesto, sentía cómo sus amigos nos miraban, pero era poco y nada lo que me importaba que nos vieran; aunque creo que no todos parecían contentos de algo entre el rubio que tenía abrazado y yo.
- Quizás, salvándote, cambie el futuro... - ese susurro atravesó mi alma como agujas que atraviesan la tela de una prenda de ropa rota, ¿el futuro? Tenía ganas de preguntar, pero no es el momento de hacerlo, quizás no soy la única con una habilidad especial después de todo...
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- ¡Soy Yamagishi Kazushi, el mejor detective de pandillas que hay en toda nuestra secundaria! - el mejor detective no sé, pero el más entusiasta seguro, en todo caso, siempre es bueno tener a alguien que te haga reír en el grupo.
- Yamamoto Takuya, amigo de la infancia de Takemichi. - él parecía más bien un chico dulce que disfrutaba con pocas cosas a su alrededor, tenía una presencia tenue y agradable, como una pequeña flor blanca en un jardín lleno de lavandas.
- ¡Suzuki Makoto, a su servicio! - más parecido a Yamagishi, este pelinegro parece ser enérgico y bastante confiado, es una presencia impetuosa, pero no debe ser más que pura apariencia; era otro de los esclavos de Kiyomasa.
- ¡Yo soy Sendo Atsushi, pero llámame Akkun! - el chico restante es el de pelo color vino que vi un par de veces, es a quien le dije que mirara atentamente la confrontación de Mikey con Kiyomasa.
- ¡Es un placer conocerlos, Yugen Tn! - no mencionaré nada de ToMan por el momento, no creo que sea necesario para ellos saber de esas cosas, viven bien siendo chicos de secundaria normales.
