Tn es una chica sin ningún amigo, no tiene una alta reputación, y no le interesa subir en la escala del estatus social: vive bien donde está.
Manjiro Sano es un chico con unos amigos increíbles, su reputación es alta dentro y fuera de su grupo, y le...
- No soy el único de nosotros que tiene un poder, ¿verdad, Tn? - esa pregunta me toma por sorpresa y me atraganto con mi saliva, no me esperaba que Takemichi fuese tan perspicaz, usualmente se muestra ajeno a todo lo que me concierne.
- No, no lo eres, Takemicchi. - unos pasos se acercan a gran velocidad, mi mirada se dirige como puede al rubio - Si es Kiyomasa o alguno de sus perros, estamos muertos, es un honor compartir este momento contigo, peli-pollo...
- No soy Kiyomasa o uno de sus perros, bobina. - la voz de Hina fue el más dulce de los sonidos que hay en el mundo, al menos en este momento lo es. Me desató y yo salí corriendo a donde me habían dicho que sería la pelea, ni siquiera esperé a Take.
"Ahora podré... ¡Podré vengar a Pah!", te oigo y te entiendo, Peyan; pero no puedo dejar que mates a Draken. Llegué justo cuando la cabeza del trenzado rubio estaba en el suelo, Mikey le gritó una orden a Takemichi, quien cargó a Draken en su espalda y salió corriendo. Lo dejo en tus manos, cuida de él, por favor, viajero del tiempo; miro frente a mí y reconozco su silueta alargada y ese pendiente tan feo que cuelga de su oreja.
- Vaya, Serpiente Roja... ¡Ya llegamos todos a la fiesta! - los capitanes de ToMan giraron su cabeza a todas partes para buscar a la persona encapuchada que estaban acostumbrados a ver, sin embargo, solo estaba yo.
- ¡Si Serpiente Roja estuviera aquí, nos daríamos cuenta, es imposible no distinguirlo! - creen que soy un chico... El capitán sonriente con pelo de algodón de azúcar sigue moliendo a golpes a los demás, él tampoco sabe que soy una mujer.
Es momento de salir, Tn. Caminé en medio de todo el revuelo, todos me miraban, la pelea se había detenido por culpa de mi presencia: capitanes, subcapitanes, miembros generales de ambas pandillas... Todos me miran, soy el centro de atención en este sitio. Muevo mi pelo, dejando ver a todos el pendiente de serpiente que recorre mi oreja.
- ¡Yo soy Yugen Tn, la Serpiente Roja de la Tokyo Manji Gang! - todos posaron sus miradas en mí, algunas carcajadas se oyeron por lo bajo, pero al ver que Mikey no desmentía lo que yo había dicho empezaron a cesar poco a poco esas burlas.
- ¡¿La ToMan estuvo en manos de una mujer?! - Chichi parecía sorprendido - ¡Eso no estaba en mis mangas! - él y sus páginas en blanco y negro... Matsuno Chifuyu, Chichi para mí, era el primer subcapitán al que le hablé o, bueno, que me habló.
- Es verdad, Tn es quien se escondía detrás de la capucha de ese miembro tan fuerte: ¡El miembro de las sombras, Serpiente Roja, por fin ha mudado de piel y se ha mostrado como es! - el tipo gigante tomó mi cabello con fuerza y me tiró hacia atrás, Mikey le dio una patada, pero este la paró... Sus patadas no sirven.
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Estamos en el hospital, Draken tuvo que ser operado de urgencia ya que muchos de sus órganos se vieron afectados debido a las perforaciones que sufrió. Mikey nos dijo que no nos preocupemos, que aquel rubio era muy difícil de matar, pero... "No mueras... Ken-chin.", está tan asustado como nosotros. Quiero decirle a Mikey todo lo que sé y lo que puedo hacer, aunque eso me haga ver como un bicho raro.
Luego de ver a Draken, todos volvimos a nuestras casas, le dije a Mikey que viniera porque tenía algo muy importante que decirle... No estoy segura de lo que haré, pero sí quiero que él lo sepa, ¿verdad? Puedo leer la mente de las personas, ¡¿quién creería una cosa así?! ¡No puedo soltarle eso a Manjiro, no me hablará más por loca! ¡¿Y si llama a un manicomio para que me encierren ahí?! ¡No, no, no y no, no hay manera de que le diga tal cosa al rubio!
- ¿Para qué me llamaste, Tn? - un pinchazo atravesó mi corazón al verlo tratarme tan seco, es cierto que últimamente no habíamos hablado mucho... Desde que le dije que me gustaba Akkun dejó de venir a mi casa y, en resumen, desapareció casi por completo de mi vida.
- Esto... Mikey... - no pensé dos veces lo que iba a hacer, tomé su camisa y pegué mis labios a los suyos, él parece sorprendido: yo también. De todas las reacciones que pude tomar, esa era la peor.
